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Cuando los seres queridos van a la guerra

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Seguramente, has leído acerca de las guerras en los libros de historia y has aprendido cómo modificaron la historia. Pero aprender sobre las guerras en clase, o incluso observar imágenes en la televisión o en películas, puede ser muy diferente a vivir durante una guerra real; especialmente, cuando la situación involucra a un miembro de tu familia u otra persona importante para ti.

Muchos hombres y mujeres deciden prestar servicio militar durante los conflictos en Irak y Afganistán. Estos honorables hombres y mujeres han elegido la difícil responsabilidad de servir y proteger a nuestro país y sus ciudadanos. Ya hay cientos de miles de hombres y mujeres uniformados en el extranjero y se están enviando más. Aunque sean ellos quienes han decidido ir, la partida de una persona importante para ti genera una situación difícil.

Preocupaciones y reacciones frecuentes

La posibilidad de que un ser querido resulte herido es atemorizante aun cuando sepas que está bien entrenado y equipado, y que se harán todos los esfuerzos para garantizar su seguridad.

Quienes te dicen que no pienses al respecto no son muy realistas, aunque tengan buenas intenciones. Hasta que tu familiar o amigo regrese a salvo, a veces sentirás preocupación.

Pero si tu preocupación se intensifica demasiado, puede interferir con aspectos de la vida diaria, como el sueño, el apetito o la capacidad de aprender o concentrarse. La ansiedad también puede afectar tus calificaciones.

Es posible que la preocupación por los demás haga que una persona deje de actuar como lo hace habitualmente. Por ejemplo, podría volverse más irritable, estar de mal humor, tornarse olvidadiza o tener distracciones. El exceso de preocupación también puede ocasionar problemas físicos como dolores de cabeza, dolores de estómago u opresión en el pecho. Cuando la preocupación es intensa, contarle a alguien cercano cómo te sientes puede ayudarte a obtener el apoyo adicional que necesitas. Quizás descubras que los demás también están pensando en esa persona y compartir los pensamientos es una forma de recordar a su ser querido.

Ya sea que tu preocupación por la guerra sea leve o intensa, siempre es útil saber cómo sobrellevarla. De esta manera, puedes rendir al máximo mientras tus seres queridos están lejos.

Cómo sobrellevar las preocupaciones

Puedes intentar hacer ciertas cosas para sentirte mejor sobre la situación. A continuación, te damos algunas sugerencias para ayudarte a lidiar con tus sentimientos:

  • Reconoce que estás preocupado. A veces, la preocupación (y lo que conlleva, como trastornos alimentarios o del sueño) puede invadirte sin que siquiera te des cuenta. Una vez que te das cuenta de que parte de lo que está pasando guarda relación con tus sentimientos, puedes hacer algo al respecto.

  • Consigue ayuda. Conversar sobre lo que sientes con un amigo, uno de tus padres, un maestro o un consejero realmente puede ayudarte.

  • Haz ejercicio, aliméntate y duerme. A veces, la preocupación puede hacer que las personas busquen consuelo en comidas poco saludables o que se dejen absorber por la televisión o los videojuegos. Hacer ejercicio, comer bien y dormir lo suficiente te puede ayudar a mantenerte fuerte y en buen estado.

  • Limita la cantidad de noticias que ves y habla con alguien sobre lo que ves y oyes. Mantenerse informado es importante, pero mirar constantemente las noticias puede hacerte sentir peor.

  • Haz algo por los demás. Si estás preocupado por un ser querido, es probable que otros miembros de tu familia sientan lo mismo. Averigua qué pueden necesitar los miembros de tu familia y prepárate para ayudarlos. Quizás implique colaborar en tareas adicionales, cuidar o ayudar a un hermano menor a hacer sus tareas escolares, ofrecer ayuda a uno de tus padres o sorprender a alguien con un pequeño detalle amable.

  • Entra en acción. Envía una carta o un mensaje de correo electrónico a la persona querida, haz trabajos voluntarios en la comunidad o alguna otra cosa para ayudar a los demás. Tú sabes que tu ser querido está haciendo algo por otras personas. Hacer lo mismo puede hacerte sentir conectado con la persona que extrañas.

  • Exprésate. Dibuja, pinta o escribe en un diario, un poema o una carta a alguien que te importe. Seguramente lo apreciará.

  • Únete a otras personas para hablar. Algunas comunidades y escuelas cuentan con grupos y servicios de apoyo especiales para las familias de militares en servicio. Si tu escuela o iglesia no los ofrecen, trata de crear uno. Quizás otras personas tengan las mismas preocupaciones que tú.

  • Haz cosas que te ayuden a tranquilizarte. A algunos les puede servir escuchar música, tocar un instrumento, leer un libro, disfrutar de la naturaleza, relajarse en silencio o pasar tiempo con una mascota —la actividad que más te calme—.

  • Dedica tiempo a la reflexión positiva. Muchas personas se dan cuenta de que incluir a sus seres queridos en sus pensamientos y plegarias los ayuda a sentirse mejor. Arma un álbum de recortes u organiza una actividad que le gustaría hacer al ser querido que se encuentra en el extranjero. Si te mantienes ocupado, la espera del regreso de un ser querido transcurrirá más rápido.

Es natural preocuparte por un amigo o familiar (al menos durante parte del tiempo) hasta que el peligro realmente cese y regrese al hogar. Hasta ese momento, mantente saludable y haz tu máximo esfuerzo para apoyar a tu familia.

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Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.

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