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Tal vez hayas visto algún quirófano por televisión o conozcas a alguien que haya estado en uno. Puede parecer misterioso e interesante – ¿pero que ocurre realmente dentro de un quirófano?
Un quirófano es una sala de hospital donde se opera a los pacientes. Otra forma de llamar a una operación es “intervención quirúrgica”. Cuando se opera o interviene quirúrgicamente a una persona, un médico especial denominado cirujano trabaja en la superficie o el interior del cuerpo de esa persona para arreglar algo que no funciona bien.
Hay muchas operaciones que son habituales durante la infancia. Una de ellas es la implantación de unos tubitos especiales en los tímpanos para ayudar a prevenir las infecciones de oído y mejorar la audición. O un niño que contrae una amigdalitis tras otra puede necesitar que le practiquen una amigdalectomía, que es cuando se extirpan (o extraen) las amígdalas para prevenir futuras infecciones.
Algunos niños tienen que operarse para arreglarse algún defecto de nacimiento, como una fisura palatina, que es una hendidura en el techo del paladar. Este tipo de intervenciones se programan con antelación, de modo que el paciente sabe cuándo ingresará en el hospital.
Menos frecuentemente, es preciso hacer operaciones de urgencia. Por ejemplo, puede ser necesario hacer una intervención quirúrgica de urgencia si un niño tiene apendicitis aguda o se hace una fractura que no se puede corregir solo con una escayola.
Si sabes con antelación que vas a tener que someterte a una intervención quirúrgica, intenta visitar el hospital antes de la fecha de ingreso (es decir, antes del día en que entres en el hospital). Asimismo, no dudes en aclarar con tus padres, médicos o personal de enfermería cualquier pregunta que puedas tener sobre qué ocurrirá antes, durante o después de la intervención.
Cuando te prepares par ir al hospital, tal vez te apetezca llevarte a tu habitación algo de tu casa. Muchos hospitales tienen salas de espera y salas de juegos (o ludotecas) con televisores y juguetes, pero también podrás llevarte cosas de casa para encontrarte más a gusto, como tu manta o peluche favorito, un libro o un juego.
Si no se trata de una urgencia, te citarán para que ingreses en el hospital en una fecha determinada a fin de prepararte para la operación. Primero tratarás con el personal de la recepción, que solicitará a tus padres mucha información, como tu nombre, dirección, número de teléfono, los nombres de tus padres y mucho más. Dependiendo del tipo de intervención a que te vayas a someter, permanecerás cierto tiempo en el hospital después de que te operen o, si se trata de una intervención menor, te dejarán irte a casa el mismo día de la operación.
Cuando se acerque la hora de la intervención, probablemente un miembro del personal de enfermería te ayudará a prepararte. Te formulará, a ti y a tus padres, algunas preguntas sobre tu salud y sobre si eres alérgico a algo. Es posible que también te examine, tomándote la temperatura, la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, a fin de asegurarse de que te encuentras bien. Si todavía te queda alguna pregunta sobre la operación por hacer, podrás formularlas entonces.
Una de las cosas buenas de las operaciones es que casi siempre se pasan estando dormido. El médico o el enfermero(a) que te ayudará a quedarte profundamente dormido se llama anestesista o un enfermero(a) anestesista. Está especializado en administrar un medicamento que ayuda a conciliar el sueño y a permanecer dormido hasta que haya concluido la operación. Ese medicamento también impedirá que experimentes dolor durante la intervención.
Antes de quedarte dormido, probablemente también verás al cirujano, que será la persona encargada de operarte.
Para mantener el quirófano libre de gérmenes, el personal que trabaja en él lleva gorros en la cabeza y mascarillas tapándoles la boca para evitar la propagación de gérmenes. ¡Hasta llevan una especie de patucos o botines encima de los zapatos! Tal vez parezcan todos iguales, pero cada uno tienen una función diferente.
Si te van a dormir para operarte, probablemente no te dejarán desayunar ni comer nada. Esto es porque tener comida –e incluso agua- en el estómago puede ser peligroso cuando te pongan anestesia. Te dirán con suficiente antelación qué puedes o no puedes comer. Tras la intervención, una vez te hayas recuperado de la anestesia, el médico te dará luz verde para comer y beber.
Tal vez te administren un medicamento especial justo antes de que entres en el quirófano para ayudarte a conciliar el sueño. Este medicamento se administra para relajar a los pacientes antes de la intervención. Tiene un efecto curioso, ya que atonta y embota los sentidos.
Tu padre o madre podrá estar a tu lado hasta que llegue la hora de la intervención. A veces, se permite que los padres estén delante mientras les administran anestesia a sus hijos. Pero tus padres no podrán permanecer en el quirófano. Esperarán en la sala de espera hasta que concluya la intervención. Probablemente el cirujano hablará con ellos en cuanto finalice la operación para informarles de que ya ha estás operado y que estás saliendo de la anestesia en la sala de reanimación.
“Pos” significa “después”, de modo que es fácil adivinar que la unidad de cuidados posoperatorios, también denominada “sala de recuperación”, es donde se lleva a los pacientes una vez operados. Es el lugar donde se van despertando de la anestesia, y eso es exactamente lo que hará tú -¡despertarte!
Un miembro del personal de enfermería estará contigo para comprobar cómo vas recuperando la conciencia. A veces dejen entrar a los padres en la unidad de cuidados posoperatorios, de modo que es posible que veas a tus padres en cuanto te despiertes. Otras veces, los padres tienen que esperar fuera, pero no te preocupes: podrás ver a tus padres al poco tiempo de recuperar la conciencia.
Cuando estés completamente despierto, te llevarán bien a una habitación del hospital (si vas a pasar la noche allí) o a otra unidad de cuidados posoperatorios, donde podrás esperar con tus padres hasta que el médico o algún miembro del personal de enfermería vaya a ver qué tal estás.
A pesar de que te encuentres como nuevo tras la intervención, el personal hospitalario te pedirá que te lo tomes con calma. El reposo es una parte importante del proceso de recuperación. O sea que ¡a descansar para ponerte bueno pronto!
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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