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Algunos niños tienen problemas médicos que hacen que les resulte difícil obtener suficiente nutrición por vía oral (por la boca). Una sonda de gastrostomía es un tubo que se introduce en el abdomen para administrar alimento directamente al estómago. Es una de las maneras que tienen los médicos de asegurarse de que los niños con dificultades para comer obtengan el líquido y las calorías que necesitan.
Un cirujano coloca este tipo de sonda durante un breve procedimiento que recibe el nombre de gastrostomía. La sonda se puede dejar puesta durante el tiempo que haga falta.
Los niños a los que les han hecho una gastrostomía pueden retomar sus actividades normales con bastante rapidez después de recuperarse.
Los niños necesitan sondas de gastrostomía por distintos tipos de problemas de salud, como los siguientes:
Los médicos suelen pedir varias pruebas antes de colocarle una sonda de gastrostomía a un niño. La más frecuente es una radiografía del tubo digestivo alto. Esta prueba permite ver la parte superior del sistema digestivo.
A veces, el cirujano pide a la familia que lleve al niño a especialistas, como un gastroenterólogo, un dietista o un trabajador social. Esto se hace para elaborar un plan de cuidados, que permita tenerlo todo organizado cuando el niño salga del hospital y vuelva a su casa con la sonda de gastrostomía.
A fin de prepararse para este procedimiento, usted tendrá que seguir cuidadosamente las instrucciones sobre cuándo debe dejar de comer y de beber su hijo. Cuando lleguen al hospital, el médico le describirá qué ocurrirá y responderá a cualquier pregunta que tenga. El equipo de anestesiología le preguntará por los antecedentes médicos de su hijo y por la última vez que ha comido y bebido.
Antes de iniciar el procedimiento, el equipo médico enciende unos monitores para registrar las constantes vitales de su hijo (como la tensión arterial y la concentración de oxígeno) y le coloca una vía intravenosa (VI) para administrarle medicamentos y anestesia.
Su hijo entrará en el quirófano y usted lo esperará en la sala de espera. El personal del hospital le avisará cuando el procedimiento haya terminado.
Los médicos pueden introducir una sonda de gastrostomía de tres maneras. A veces, se combinan varios métodos.
Solo se tarda entre 30 y 45 minutos en colocar una sonda de gastrostomía.
Los niños se suelen quedar en el hospital de 1 a 2 días. La mayoría de los hospitales permiten que uno de los padres se quede con su hijo. Mientras esté en el hospital, su hijo recibirá la medicación para el dolor que necesite.
El personal de enfermería le enseñarán a:
Cuando su hijo esté listo para irse a casa, usted debería tener:
Todas las operaciones implican ciertos riesgos. El equipo quirúrgico se los explicará antes del procedimiento y hará todo lo posible para reducirlos al mínimo. Si hay algo que le preocupa, asegúrese de comentarlo con el cirujano antes del procedimiento.
Las complicaciones de esta operación pueden incluir:
Por lo general, el tejido de granulación y los escapes se pueden resolver cuidando la herida según las indicaciones o modificando el horario de alimentación. A veces, es necesario operar para reparar un problema en el lugar de la inserción de la sonda.
Es normal que, al principio, el hecho de que a su hijo le pongan una sonda de gastrostomía lo ponga un poco nervioso, pero es importante que se acostumbre a la sonda y se sienta cómodo cuidando de su hijo. Aquí tiene algunos consejos:
Llame al médico si su hijo presenta cualquiera de estos síntomas:
La mayoría de los problemas se pueden tratar con rapidez cuando se detectan pronto.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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