La hepatitis B es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis B (VHB). En algunas personas, se trata de una enfermedad breve que desaparece sin ningún problema. En otros casos, puede causar una enfermedad prolongada y problemas a largo plazo en el hígado.
Habitualmente, el virus de la hepatitis B se contagia a través de:
En los Estados Unidos, la forma más habitual de contagio del VHB es mantener relaciones sexuales sin protección con personas que tienen la enfermedad. Las personas que comparten agujas también corren riesgos porque las agujas no suelen estar esterilizadas.
Los médicos clasifican las infecciones de hepatitis B en agudas o crónicas:
Cuanto más joven se infecte una persona con este virus, más probabilidades tendrá de desarrollar hepatitis B crónica. Aproximadamente el 90% de los bebés con el VHB desarrollarán una infección crónica. Este riesgo baja al 6%–10% cuando el niño tiene más 5 años de edad al infectarse. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan administrar a todos los bebés la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B entre las 12 y las 24 horas posteriores al nacimiento. Recibirán dos dosis más adelante, cuando tengan entre 1 y 2 meses y luego entre los 6 y los 18 meses de edad.
El VHB puede causar una amplia variedad de síntomas, desde una enfermedad leve y una sensación general de malestar hasta una enfermedad hepática más grave que puede llegar a causar cáncer de hígado. Una persona con hepatitis B aguda tal vez presente síntomas similares a los causados por otras infecciones virales, como la gripe. Es posible que presente los siguientes síntomas:
El virus de la hepatitis B puede hacer que la orina sea más oscura de lo habitual, que las heces tengan un color claro o grisáceo, o que haya ictericia (cuando la piel y el blanco de los ojos adquieren una tonalidad amarillenta), dolor en las articulaciones y dolor abdominal.
Una persona que se exponga al virus de la hepatitis B puede empezar a presentar síntomas al cabo de entre 1 y 6 meses. Los síntomas pueden durar de semanas a meses.
En algunas personas, la hepatitis B causa pocos síntomas o ninguno en absoluto. Pero incluso quienes no tienen ningún síntoma pueden contagiar la enfermedad a otras personas.
La hepatitis B crónica es una infección grave. Puede evolucionar a cirrosis (formación de cicatrices permanentes) en el hígado, insuficiencia hepática o cáncer de hígado, que pueden causar síntomas graves y hasta la muerte.
Si una mujer embarazada tiene hepatitis B, aun cuando no tenga síntomas, su bebé tiene muchas probabilidades de contagiarse la enfermedad en el parto o inmediatamente después, si no recibe una inmunización especial y la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B apenas después de nacer.
A veces, el VHB no causa ningún síntoma hasta que la persona ya lleva un tiempo infectada por el virus. En esa etapa, es posible que la persona ya haya desarrollado complicaciones más graves, como lesiones en el hígado.
Si una persona tiene síntomas o puede haber estado expuesta al virus a través de las relaciones sexuales o el consumo de drogas, debe ver inmediatamente al médico para hacerse un análisis de sangre y detectar si hay anticuerpos al virus. El análisis de sangre también puede indicar si la persona padece una infección aguda o crónica.
La hepatitis B no tiene cura. Los médicos le aconsejarán cómo controlar los síntomas; como descansar mucho y beber abundantes líquidos. Las personas que están demasiado enfermas para comer o beber deberán recibir tratamiento en un hospital.
En la mayoría de los casos, los niños mayores y los adolescentes que se contagian de hepatitis B se recuperan y pueden desarrollar una inmunidad natural a las infecciones por el VHB en el futuro. La mayoría de ellos se encuentra mejor al cabo de unos 6 meses. Los médicos observarán atentamente a aquellos pacientes que desarrollen una hepatitis B crónica y, a veces, los tratarán con medicamentos antivirales.
Algunas personas serán portadoras del virus y pueden contagiar a otros durante el resto de su vida. No deben beber alcohol y deben consultar a sus médicos antes de tomar cualquier medicamento (sean recetados, de venta libre o suplementos) para asegurarse de que no provoquen más lesiones en el hígado.
Las personas que hayan dado positivo en la prueba de la hepatitis B no pueden donar sangre.
Sí. En EE.UU., los recién nacidos reciben sistemáticamente las vacunas contra la hepatitis B, una serie de tres pinchazos que se administran durante el transcurso de 6 meses. Gracias a la vacunación, ha habido un importante descenso en la cantidad de casos de hepatitis B.
Los médicos también recomiendan vacunar a todos los niños y adolescentes menores de 19 años de edad que no se vacunaron cuando eran bebés o que no recibieron las tres dosis de la vacuna. Algunos niños tal vez deban volver a vacunarse cuando sean más grandes. Entre ellos, se incluyen los siguientes:
Si una persona que no está vacunada se expone al VHB, los médicos le pueden aplicar la vacuna y/o una inyección de inmunoglobulina que contenga anticuerpos contra el virus para tratar de impedir que la persona se infecte. Por eso es tan importante ir al médico inmediatamente después de una posible exposición al virus.
Para prevenir la transmisión de la hepatitis B a través de la sangre y de otros fluidos corporales infectados, los adultos y los adolescentes deben hacer lo siguiente:
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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