Todos los padres saben que criar a un hijo es uno de los desafíos más gratificantes de la vida. Pero si su hijo tiene una discapacidad, una afección o una enfermedad crónica, su rol adquiere un propósito aún mayor. Usted es más que un padre dedicado, también es el primer defensor de la salud de su hijo.
Si bien el precio emocional de criar a un niño gravemente enfermo puede resultar devastador, esto es solo una parte de la realidad. Incluso durante este tiempo difícil, debe considerar las consecuencias financieras de la enfermedad de su hijo.
Algunos padres se abruman por los gastos médicos o quedan sorprendidos por gastos inesperados y tarifas adicionales. Incluso las familias adineradas pueden verse al borde del colapso financiero cuando comienzan a acumularse los gastos médicos.
Aun en esos casos, mantener el bienestar financiero de su familia no es imposible. Con organización y una planificación adecuada, puede aprender a administrar su dinero durante una crisis médica.
Los costos de la atención médica a largo plazo pueden ser muy elevados y las familias no siempre les hacen frente hasta que se encuentran con la primera factura o la primera explicación de beneficios que no comprenden. "Cuando uno se encuentra con un niño con tantas complicaciones médicas como nuestro hijo, simplemente se preocupa por lograr que respire todos los días y lo último en lo que piensa es en los gastos", explica Carol, cuyo hijo Dylan tiene espina bífida.
Algunos padres tal vez creen que el seguro cubrirá la totalidad o la mayor parte de los gastos médicos de su hijo o que solventar las necesidades de atención médica del niño no será un problema. Pero cada servicio médico tiene su propio precio y los padres suelen asombrarse al saber que la atención en el hospital, los procedimientos quirúrgicos, las visitas al médico y los análisis de laboratorio son servicios independientes, con facturas independientes. "Desde el punto de vista financiero, sentíamos que se nos venía una tormenta encima. La primera factura del hospital, sin incluir la cirugía y la anestesia, fue de 308.000 dólares", explicó Kellie, cuya hija tiene una discapacidad grave. Incluso el típico copago del 10 % puede consumir las reservas financieras de una familia.
Algunos padres tal vez pasen por alto los costos indirectos de la atención del niño (costos que pueden ascender rápidamente). Entre estos, se encuentran los días de trabajo perdidos, el cuidado de los hermanos, los mayores gastos en servicios públicos, el transporte especial y las reformas en el hogar, como rampas para el acceso de una silla de ruedas.
Existen maneras de cubrir estos costos, pero es necesario obtener la información adecuada para entender completamente el sistema de atención médica.
La mejor manera de comprender las facturas y prevenir los problemas financieros consiste en asumir una actitud activa. Aprenda todo lo posible acerca de su plan de salud.
Así como desea saber todo lo posible acerca de la salud de su hijo, debe aprender todo lo posible acerca de su póliza de seguro. ¿Qué médicos participan en su plan? ¿Qué servicios están cubiertos?
Aprenda el significado del lenguaje del seguro, como:
Comprender el diseño y las políticas de su plan de salud puede ahorrarle miles de dólares.
Puede ser útil pedirle a su asegurador una copia escrita de su póliza. Si bien tal vez tenga el libro de información de inscripción de su empleador, la póliza real ofrece detalles específicos acerca de su cobertura. Si su aseguradora cuenta con un sitio web, debe consultarlo para recibir información adicional.
Las políticas y las facturas pueden ser confusas, pero usted cuenta con ayuda. Estos simples pasos pueden ayudarlo a evitar problemas:
A las familias les puede resultar difícil afrontar nuevos gastos, en especial si uno de los padres debe dejar de trabajar para cuidar de un niño. Es posible que las facturas mensuales regulares sean dejadas de lado o ignoradas. Las deudas comienzan a crecer y una familia que mantuvo un estilo de vida cómodo puede estar acercándose a tener problemas.
Si las siguientes preguntas le parecen demasiado familiares, es hora de que busque ayuda:
La falta de decisión puede ser su peor enemigo. Ignorar las obligaciones financieras puede conducir a problemas más graves con el tiempo, como la bancarrota, la pérdida de activos y un mal registro de crédito (y todos estos problemas pueden afectar a toda la familia).
En lugar de posponer las cosas, comunique su problema en cuanto sea posible a la persona o la oficina adecuada.
Es fundamental que se mantenga en contacto con la persona encargada de cobrar sus facturas. En cuanto sea posible, comuníquese con el consultorio del médico, los departamentos de cobranzas, las oficinas comerciales del hospital, los acreedores y las instituciones prestamistas para explicarles el cambio de su situación familiar. La mayoría de las personas están dispuestas a trabajar con usted, pero no sabrán que necesita ayuda si no se los dice.
Tal vez, algunas oficinas le pidan que lo "ponga por escrito". La mayoría de los médicos o los trabajadores sociales del hospital estarán dispuestos a escribir una carta en su nombre, explicando por qué necesita más tiempo para pagar una factura o para apelar una decisión de la aseguradora.
Los acreedores pueden ser indulgentes (acordar cronogramas de pago, aceptar pagos parciales, etc.), pero necesitan que usted se comunique con ellos. Aun cuando solo pueda realizar un pago parcial, esto demostrará su intención de cumplir con su obligación.
Los padres que han atravesado este proceso recomiendan lo siguiente:
Son pocas las personas que atraviesan una enfermedad catastrófica sin necesidad de algún tipo de ayuda. Tal vez le resulte complicado dejar de lado su orgullo y pedir ayuda, pero su familia y sus amigos suelen alegrarse genuinamente cuando pueden ayudar.
Recurra al administrador del caso, en especial para comprender las facturas e interpretar los documentos. Recuerde mantener al administrador del caso al día con nueva información y tener un contacto frecuente. Las oficinas comerciales del hospital también pueden ser valiosas para interpretar las facturas, calcular los costos o comunicarse con la aseguradora en su nombre.
Compare sus notas con las de otras familias que han atravesado problemas de salud catastróficos. Sus esfuerzos pueden ahorrarle tiempo y energía, y muchos padres aprecian recibir el apoyo de quienes han pasado por problemas similares.
También puede obtener asistencia financiera a corto y largo plazo de varias fuentes, como agencias gubernamentales y privadas. Tal vez se sorprenda por los servicios que hay a su disposición y por el entusiasmo con el que otras personas trabajarán para satisfacer sus necesidades.
Explore las siguientes organizaciones privadas:
Si bien no todas estas organizaciones ofrecen asistencia financiera, pueden recomendarle otras fuentes o servicios.
Las organizaciones gubernamentales también pueden ayudar con la atención médica y los cuidados relacionados de su hijo. No es necesario ser pobre para recibir estas ayudas; de hecho, tal vez reúna los requisitos para participar de programas de los que jamás había escuchado hablar. Dos de estos programas gubernamentales que complementan el seguro de salud de un niño con una enfermedad grave o crónica son Medicaid y Supplemental Security Income (SSI). A medida que investigue las diferentes posibilidades de asistencia, consulte con el administrador de su caso acerca de estas y otras opciones.
También puede aprovechar el asesoramiento financiero gratuito y el apoyo que ofrecen agencias nacionales como CCCS (Consolidated Credit Counseling Service). El CCCS cuenta con asesores financieros certificados que ayudan a las familias a analizar su estado financiero y a superar las deudas. Pueden negociar con los acreedores en su nombre para lograr pagos más bajos, tasas de interés reducidas y para obtener que le perdonen las multas y los cargos por mora. Puede optar por inscribirse en su programa de administración de deudas, en cuyo caso usted enviará un pago mensual a la oficina de CCCS. La oficina después prorratea y desembolsa sus pagos a los acreedores.
Lo más importante, sin embargo, es que aunque busque asistencia financiera, tendrá que reducir sus gastos.
Para asegurar su estabilidad financiera, debe aprender a reducir sus gastos haciendo cambios en su estilo de vida. Cuando se tiene un hijo enfermo, las prioridades cambian. Salir a cenar unas pocas veces al mes tal vez ya no esté dentro de su presupuesto; pero pagar la factura de electricidad sí debe estarlo.
Quizás le resulte útil comparar los gastos mensuales con sus ingresos y eliminar cualquier gasto que no sea absolutamente necesario. Otros consejos:
Si toma una decisión consciente de reducir los gastos, actúa rápidamente, hace preguntas y aprende a buscar y aceptar ayuda, puede proteger el futuro de su familia.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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