E. coli es un tipo de bacteria que normalmente vive dentro nuestros intestinos, donde ayuda al cuerpo a descomponer y digerir los alimentos que comemos. Pero hay algunos tipos (o cepas) de E. coli que son infecciosos y se propagan a través del agua o de los alimentos contaminados, o bien a partir de otras personas o animales infectados.
Las infecciones por bacterias Escherichia coli pueden provocar diarrea grave y sanguinolenta. En algunos casos, la infección puede conducir a graves problemas de salud. Afortunadamente, la mayoría de las personas sanas que contraen esta infección no desarrollan problemas graves y se recuperan por si solas sin necesidad de tratamiento.
La mayoría de las veces, E. coli se contrae al comer un alimento que contiene este tipo de bacteria. Entre los alimentos de mayor riesgo, se incluyen los siguientes:
Las bacterias también se pueden contagiar de una persona a otra al no lavarse las manos, al tocar superficies infectadas, al nadar en agua contaminada y al tocar animales en granjas o zoológicos interactivos.
Algunos tipos de bacterias E. coli fabrican una toxina (una sustancia venenosa) que puede dañar el revestimiento interno del intestino delgado. Esto puedo llevar a fuertes retortijones estomacales, vómitos y diarrea (generalmente con sangre). A consecuencia de estos signos, las personas se pueden deshidratar.
Los síntomas suelen aparecer entre 3 y 4 días después de haber entrado en contacto con las bacterias y desaparecen aproximadamente en el trascurso de una semana. Una infección por E. coli es contagiosa por lo menos mientras las persona tenga diarrea, y a veces durante más tiempo.
La mayoría de la gente se recupera por completo de una infección por E. coli. Pero algunas personas desarrollan un problema grave en los riñones y la sangre llamado síndrome urémico hemolítico. Entre los signos del síndrome urémico hemolítico, se incluyen los siguientes:
El síndrome urémico hemolítico puede ser de riesgo vital y se debe tratar en un hospital.
Llama al médico si presentas cualquier síntoma de una infección por E. coli, sobre todo dolor de estómago o diarrea persistente, fuerte o sanguinolenta.
Llama al médico de inmediato si tienes síntomas de deshidratación, como orinar menos de lo habitual, o signos de síndrome urémico hemolítico, sobre todo si acabas de padecer una enfermedad gastrointestinal.
Si crees que puedes tener una infección por E. coli, es posible que el médico te pida que recojas una muestra de heces para buscar bacterias E. coli. También te puede pedir un análisis de sangre para detectar posibles complicaciones.
Algunas cosas a saber para tratar las infecciones por E. coli:
Si una persona se deshidrata, es posible tenga que ingresar en un hospital para recibir líquidos por vía intravenosa (VI); si contrae un síndrome urémico hemolítico, puede tener que hacer diálisis debido a la insuficiencia renal y/o recibir transfusiones de sangre.
Mientras te estés recuperando de la infección, podrás retomar tus actividades normales después de que dos cultivos de heces no contengan bacterias E. coli. No utilices piscinas ni toboganes acuáticos hasta 2 semanas después de que te hayan desaparecido todos los síntomas de la infección.
Los brotes de E. coli se han relacionado con una amplia variedad de alimentos, incluyendo las espinacas frescas, las hamburguesas, la carne picada de ternera, la mortadela, las avellanas, los quesos empaquetados, la lechuga en juliana y la masa empaquetada para hacer galletas.
La seguridad en la preparación de los alimentos es un punto clave para protegerte de las infecciones por E. coli:
No olvides lo importante que es lavarse bien las manos. Lávate las manos a conciencia y a menudo, sobre todo después de ir al lavabo, tocar animales, venir del exterior, y antes de comer o de preparar la comida. Evita tragar agua mientras nadas.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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