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Es completamente normal sentirse ansioso de vez en cuando. La mayoría de las personas han tenido esa sensación de mariposas en el estómago antes de hacer algo importante, como una presentación en una clase o una competencia deportiva. Este tipo de ansiedad tiene una finalidad. Te ayuda a prepararte para un desafío.
Pero, a veces, las personas sienten una ansiedad demasiado intensa. En lugar de desaparecer cuando el desafío finaliza, la ansiedad parece más de lo que pueden soportar. Las preocupaciones o los miedos consumen demasiado tiempo y energía. Tal vez, se sientan ansiosas incluso cuando no exista ninguna amenaza. Comienzan a evitar las cosas que las ponen ansiosas. Estas cosas pueden ser signos de un trastorno de ansiedad.
Si la ansiedad es excesiva, las personas quizás eviten ir a la escuela o pasar la noche fuera de casa. Es posible que la ansiedad no les permita participar de una charla. Quizás no vayan solos a algunos lugares o no hagan nuevas actividades. Es posible que les cueste dormir o comer. Disfrutan menos de la vida a causa de la ansiedad. Tal vez la ansiedad también les cause síntomas físicos, como dolores de estómago o dolores de cabeza.
Las personas con un trastorno de ansiedad pueden:
Existe un tipo de terapia llamada terapia cognitivo conductual que es eficaz para la mayoría de las personas con trastornos de ansiedad. Esta terapia ayuda a aprender maneras de pensar y de actuar al sentir ansiedad. En la terapia, aprenderás a enfrentar los miedos en lugar de evitarlos.
En la terapia, te reunirás con un psicólogo para hablar y aprender. Los psicólogos de terapia cognitivo conductual te enseñan de qué manera tus pensamientos afectan el modo en que te sientes y lo que haces. En esta terapia, hablarás para superar aquello que te causa ansiedad. El terapeuta te hará preguntas para orientar la conversación. Juntos, analizarán las situaciones y las separarán entre lo que piensas, lo que sientes y lo que haces.
En terapia, aprenderás habilidades que te permitan afrontar estas situaciones. Escogerás nuevas formas de pensar y actuar ante situaciones que te causen ansiedad. Conversarás sobre esto y lo pondrás en práctica durante las sesiones de terapia. Tú decides cómo poner en práctica tus nuevas habilidades cuando no estás en la terapia. Luego, tendrás más sesiones con el psicólogo para hablar sobre lo que aprendiste con la práctica. Hablarás de tu progreso.
Aprenderás, a tu propio ritmo, a enfrentar las cosas sin que la ansiedad te paralice.
Si crees que podrías tener un trastorno de ansiedad, haz lo siguiente:
Cuéntaselo a tus padres o a otro adulto en quien confíes. Explica lo que está pasando. Pídeles a tus padres que programen una visita con un médico o un psicólogo. Esto puede ayudarte a descubrir si tienes un trastorno de ansiedad y qué cosas pueden resultarte útiles.
Hazte un chequeo médico. Cuéntale al médico sobre tu problema de ansiedad. Te hará preguntas y escuchará. También puede asegurarse de que tus síntomas no se deban a algún problema de salud. Si existe un problema de salud, podrán ocuparse de eso. Si tienes un trastorno de ansiedad, el médico puede aconsejarte un psicólogo.
Consulta a un profesional de la salud mental. Estos profesionales te explicarán qué cosas pueden ayudarte. Pueden ofrecerte terapia. También pueden enseñarles a tus padres cómo ayudarte.
Cuídate. Haz ejercicio físico, aliméntate y duerme bien. Busca maneras de reducir tu estrés. Comparte tiempo con gente que saque lo mejor de ti. Aprende a meditar. Piensa cómo puede ser tu vida cuando la ansiedad no te paralice.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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