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El asma es una afección que causa problemas para respirar. Los niños pueden toser, tener resuello, emitir "pitos" al respirar o faltarles el aliento. Esto ocurre porque las vías respiratorias que van hacia los pulmones se inflaman, se estrechan y se llenan de mucosidades.
El asma es frecuente en niños y adolescentes y se tiende a dar por familias. Puede ser leve o tan grave como para llegarse a interponer en las actividades cotidianas.
Con medicación y un buen plan de acción contra el asma, se pueden controlar los síntomas del asma para que niños y adolescentes pueden hacer cuanto quieran hacer.
Nadie sabe exactamente cuál es la causa del asma. Los expertos creen que puede ser una combinación de factores ambientales y genéticos.
Una persona con asma puede tener un padre u otro pariente cercano que tiene asma. Las personas con sobrepeso son más proclives a tener asma.
En el asma, el aire no se mueve por los pulmones como se debería mover.
Normalmente, cuando una persona inspira, el aire entra por la nariz o por la boca, baja por la tráquea y luego llega a los pulmones a través de los bronquios. Cuando una persona expira, el aire sale de su cuerpo en la dirección contraria.
En el asma, al aire le cuesta hacer este recorrido. Las vías respiratorias se inflaman y se llenan de mucosidades. Los músculos de alrededor de las vías respiratorias se tensan y contraen, lo que las estrecha. Los elementos que pueden irritar las vías respiratorias se llaman "desencadenantes". Entre los desencadenantes más frecuentes, se incluye el humo del tabaco, las alergias y el ejercicio físico.
Los desencadenantes pueden llevar a crisis asmáticas o "ataques de asma"
Una crisis asmática es cuando los síntomas del asma empeoran. Ocurren cuando las vías respiratorias se irritan y se inflaman (o hinchan) más de lo habitual.
Durante una crisis asmática, los niños pueden tener:
Algunas crisis asmáticas son graves, pero hay otras que son leves. Las crisis asmáticas pueden ocurrir de repente o prepararse a lo largo del tiempo, sobre todo si los niños no toman sus medicamentos contra el asma según las indicaciones de sus médicos.
Los elementos que desencadenan las crisis asmáticas se llaman desencadenantes. Los desencadenantes varían de una persona a otra pero, entre los más frecuentes, se incluyen los siguientes:
Una parte importante del control del asma consiste en evitar los desencadenantes. El médico de su hijo trabajará con usted para elaborar un plan de acción contra el asma que ayude a prevenir las crisis asmáticas al máximo.
Para diagnosticar el asma, el médico le hará preguntas sobre la salud de su hijo, sus problemas para respirar y los antecedentes médicos de su familia. También le hará preguntas sobre cualquier alergia, enfermedad y exposición a elementos que empeoren la respiración de su hijo.
También le hará una exploración física y tal vez una prueba de la función pulmonar. Esto suele implicar evaluarle la respiración con un espirómetro, una máquina que analiza el flujo del aire que pasa a través de las vías respiratorias.
El asma no tiene cura, pero se suele poder controlar previniendo las crisis asmáticas. El tratamiento del asma consiste en dos cosas importantes: evitar los desencadenantes y tomar medicamentos.
Hay muchas formas de evitar los desencadenantes. Una vez identificados los desencadenantes de su hijo, su médico trabajará con usted a fin de elaborar un plan para evitarlos.
Por ejemplo, si la caspa animal o el moho que hay en su casa desencadenan los síntomas asmáticos de su hijo, puede hacer su casa segura para el asma cambiando las sábanas a menudo, pasando la aspiradora con regularidad e impidiendo que la mascota de la familia entre en la habitación de su hijo. Si las alergias al ambiente exterior (como la alergia al polen) son un problema, su hijo debería evitar estar en exteriores aquellos días en que los índices de polen sean altos.
Si el ejercicio físico es un desencadenante, es posible que el médico recete a su hijo un medicamento para que se lo tome antes de cualquier actividad física a fin de impedir que se le contraigan y se le estrechen las vías respiratorias. Los médicos ayudan a los niños con asma inducida por el ejercicio a gestionar las actividades físicas, en vez de a evitarlas. El ejercicio físico puede ayudar a la gente a mantenerse sana a nivel general (de hecho, ¡muchos atletas profesionales tienen asma!).
Ponerse la vacuna antigripal cada año también es importante, porque enfermedades como la gripe pueden desencadenar crisis asmáticas.
La mayoría de los medicamentos del asma se respiran para que lleguen directamente a los pulmones o se "inhalan", pero también los hay en forma de comprimidos y de jarabes. Hay dos tipos de medicamentos para el asma:
Los medicamentos de alivio rápido actúan deprisa para abrir unas vías respiratorias contraídas. Se pueden usar según sea necesario durante las crisis asmáticas. Actúan deprisa, pero sus efectos no duran mucho. Estos medicamentos también se conocen como medicamentos “de efecto inmediato” o “de rescate".
Los medicamentos de control a largo plazo controlan el asma previniendo los síntomas antes de que ocurran. Reducen la inflamación de las vías respiratorias, la causante de su estrechamiento y de la acumulación de mucosidades en su interior. (Los medicamentos de alivio rápido solo tratan los síntomas causados por la inflamación.) Los medicamentos de control a largo plazo (también llamados "preventivos" o “de mantenimiento”), se deben tomar cada día, aunque el niño se encuentre bien.
Algunos niños con asma solo necesitan medicamentos de alivio rápido; y hay otros que necesitan ambos tipos de medicamentos para mantener el asma bajo control.
El cuidado del asma puede parecer agobiante, sobre todo al principio. Pero dispone de muchas herramientas para ayudar a su hijo a controlar esta enfermedad.
Un plan de acción contra el asma es un plan de actuación que usted desarrollará con el médico de su hijo. El plan da instrucciones detalladas sobre cómo controlar el asma, incluyendo:
Seguir ese plan puede ayudar a su hijo a hacer sus actividades cotidianas sin presentar síntomas asmáticos.
Llevar un diario sobre el asma es otra forma de ayudar a controlar esta enfermedad. Llevar un registro de los síntomas de su hijo y de los medicamentos que toma le ayudará a saber cuándo es más probable que tenga una crisis asmática.
Contar con un medidor de flujo respiratorio máximo también puede ayudar. Esta herramienta portátil sirve para medir la capacidad respiratoria de una persona. Cuando bajen las lecturas del medidor, será un signo de estrechamientos de las vías respiratorias.
Usando estas herramientas, dando a su hijo los medicamentos según las indicaciones de su médico y evitando los desencadenantes, ayudará a su hijo a mantenerse sano y a respirar bien.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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