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El resfriado común es una infección contagiosa de origen viral que afecta a las vías respiratorias superiores.
La mayoría de los adultos se acatarra de tanto en tanto, pero los niños pueden llegar a contraer ocho o más resfriados al año. Son el principal motivo de que los niños dejen de ir a la escuela.
La mayoría de los resfriados están provocados por rinovirus, que se encuentran en gotas invisibles presentes en el aire que respiramos o en las cosas que tocamos. Estos virus pueden entrar en el revestimiento protector de la nariz y de la garganta, desencadenando una reacción del sistema inmunitario que causa dolor de garganta, dolor de cabeza y dificultades para respirar por la nariz.
El aire seco (interior o exterior) puede disminuir la resistencia de su hijo a las infecciones provocadas por los virus que causan los resfriados. Ser fumador o estar cerca de un fumador pueden tener el mismo efecto. Los fumadores tienen más probabilidades de contraer un resfriado que los no fumadores, y lo más probable es que sus síntomas sean peores y más duraderos, pudiendo evolucionar, incluso, a una bronquitis o una pulmonía.
Pero, por mucho que digan los cuentos de las viejas, nadie contrae un resfriado por no llevar chaqueta o jersey cuando hace frío, por sentarse o quedarse dormido exponiéndose a corrientes de aire o por salir de casa con el pelo mojado.
Los primeros síntomas de un resfriado suelen ser picor de garganta, congestión o moqueo nasales y estornudos. Los niños resfriados también pueden estar muy cansados y tener dolor de garganta, tos, dolor de cabeza, fiebre leve, dolores musculares y pérdida del apetito. Las mucosidades nasales se pueden volver espesas y de color amarillo o verde.
Los resfriados son las infecciones contagiosas más frecuente en EE.UU. Son muy contagiosos, sobre todo durante los primeros dos a cuatro días que siguen a la aparición de los síntomas. Y se pueden contagiar incluso durante un par de semanas después de que la persona se empiece a encontrar mal.
Los resfriados se contagian a través del contacto directo con una persona resfriada o al inhalar partículas del virus que los provoca, que pueden viajar a través del aire hasta 12 pies (3,7 metros) de distancia, cuando alguien que está resfriado tose o estornuda. Tocarse la boca o la nariz después de haber tocado una superficie contaminada es otra vía de contagio.
Los síntomas del resfriado suelen aparecer dos o tres días después de exponerse a la infección. La mayoría de los resfriados desaparecen en una semana, pero hay algunos que duran un poco más.
Los médicos no pueden identificar el virus específico que está causando los síntomas del resfriado, pero pueden examinar la garganta y los oídos del paciente y hacerle un cultivo de exudado faríngeo para asegurarse de que los síntomas no se deben a otra afección que podría requerir tratamiento. Si, al cabo de aproximadamente tres días, los síntomas de su hijo empeoran, en vez de mejorar, es posible que haya contraído una faringitis estreptocócica, una sinusitis, una pulmonía o una bronquitis, sobre todo si su hijo fuma.
Si los síntomas duran más de una semana, aparecen cada año en la misma época, o cada vez que su hijo se expone al polen, al polvo, los animales u otras sustancias, es posible que su hijo padezca una alergia. Los niños a quienes les cuesta respirar o que emiten un sonido sibilante cuando se acatarran, es posible que padezcan asma.
Los catarros se curan solos sin ningún tratamiento médico específico. Los medicamentos no pueden curar el resfriado, pero pueden aliviar algunos de sus síntomas, como los dolores musculares, el dolor de cabeza y la fiebre. Dele a su hijo paracetamol o ibuprofeno, basándose en las indicaciones del envase o del prospecto sobre edad o peso.
No dé nunca aspirina (o cualquier medicamento que contenga ácido acetilsalicílico) a niños o adolescentes porque su uso se ha asociado al síndrome de Reye, una afección poco frecuente pero grave que puede ser mortal.
Ahora muchos expertos creen que, por lo general, no hay motivo para dar anticongestivos y antihistamínicos de venta libre a niños menores de 6 años de edad. Hay muy pocas pruebas de que estos medicamentos funcionen, y los anticongestivos pueden provocar alucinaciones, irritabilidad y frecuencia cardíaca irregular, sobre todo en los lactantes.
Puesto que son tantos los virus que pueden provocar un resfriado, no hay ninguna vacuna para prevenirlos. Para ayudar a evitar el contagio de los resfriados, los niños deberían:
Los investigadores no están seguros de si el hecho de tomar vitamina C o zinc puede limitar la duración o la gravedad de los síntomas del resfriado, pero tomar grandes dosis diarias de estas sustancias puede causar efectos secundarios negativos. Los resultados sobre la eficacia de los remedios a base de plantas medicinales, como la equinacea, o son negativos o no son concluyentes. Se han hecho pocos estudios científicos sobre este tipo de tratamientos en niños.
Hable con el médico de su hijo antes de tomar la decisión de darle un remedio a base de plantas medicinales o una dosis superior a la dosis diaria recomendada (DDR) de cualquier vitamina o suplemento.
Para aliviar las molestias de su hijo, usted puede:
¿Y qué pasa con las sopitas de pollo? No hay pruebas reales de que tomarlas cure los resfriados, pero quienes los han padecido llevan apostando por ellas durante más de 800 años. La sopa de pollo contiene un aminoácido para diluir las mucosidades llamado "cisteína", y algunas investigaciones indican que el caldo de pollo ayuda a controlar a unos glóbulos blancos llamados "neutrófilos", que provocan la congestión nasal.
De todos modos, lo mejor es no preocuparse por "alimentar al catarro" o "matar de hambre a la fiebre". Basta con que se asegure de que su hijo coma cuando tenga hambre y beba abundante líquido, como agua o zumo, para ayudar a compensar el líquido que ha perdido a través de la fiebre y la producción de mocos.
Llame siempre al médico si cree que su hijo puede padecer más que un resfriado, si empeora en lugar de mejorar o si presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
Al igual que la mayoría de infecciones de origen viral, los resfriados deben seguir su curso. Descansar mucho y beber mucho líquido (zumo y agua) pueden ayudar a su hijo a encontrase mejor.
Lo más probable es que el hecho de proseguir con sus actividades cotidianas, como ir a la escuela, no empeoraría el resfriado de su hijo. Pero sí que aumentaría las probabilidades de que contagiara a sus compañeros de clase y a sus amigos. Por eso es recomendable que su hijo abandone algunas de sus actividades cotidianas hasta que se encuentre mejor.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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