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Los trastornos de la conducta alimentaria son problemas relacionados con la forma en que comen las personas. Pueden ser muy perjudiciales para la salud de la persona, sus emociones y sus relaciones personales. Hay varios tipos distintos de trastornos de la conducta alimentaria.
Los tipos más frecuentes de trastorno de la conducta alimentaria son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación/restricción de la ingesta (ARFID, por sus siglas en inglés).
La anorexia nerviosa. Las personas con anorexia nerviosa:
Las personas con anorexia nerviosa son muy estrictas sobre qué deben comer y en qué cantidad. Pueden estar pensando en las calorías constantemente.
Para perder peso, muchas personas con anorexia nerviosa ayunan o hacen demasiado ejercicio. Otras pueden usar laxantes, diuréticos, o enemas.
La bulimia nerviosa. Las personas con bulimia nerviosa:
Las personas con bulimia nerviosa comen mucho más (durante un período determinado de tiempo) que lo que come la mayoría de la gente. Si una persona se da atracones y se purga con regularidad, esto puede ser un signo de que tiene bulimia nerviosa. A diferencia de la gente con anorexia nerviosa, que está muy baja de peso, las personas con bulimia nerviosa pueden estar delgadas, tener un peso corporal promedio o tener sobrepeso. Las personas con bulimia nerviosa suelen ocultar sus atracones y sus purgas.
El trastorno por atracón. Las personas con un trastorno por atracón:
Muchas personas con trastorno por atracón comen más deprisa de lo normal. Pueden comer a solas para que los demás no se enteren de cuánto comen. A diferencia de la gente con bulimia nerviosa, las personas con trastorno por atracón no vomitan de forma voluntaria, no usan laxantes ni hacen ejercicio físico para compensar sus atracones. Si una persona se da un atracón por lo menos una vez a la semana durante tres meses seguidos, esto puede ser un signo de que padece un trastorno por atracón.
El trastorno por evitación/restricción de la ingesta. Las personas con trastorno por evitación/restricción de la ingesta:
Las personas con este trastorno no comen porque les disgusta el olor, el sabor, la textura o el color de la comida. Pueden tener miedo a vomitar y/o atragantarse con un alimento y sufrir asfixia por aspiración. Pero no tienen anorexia nerviosa, bulimia nerviosa u otro problema médico que podría explicar su comportamiento relacionado con la alimentación.
Los trastornos de la conducta alimentaria pueden causar problemas graves por todo el cuerpo.
La anorexia nerviosa puede conducir a problemas causados por la desnutrición y el bajo peso corporal, como los siguientes:
A las personas con anorexia nerviosa, les puede costar mucho concentrarse y pueden tener problemas para recordar cosas. Entre los cambios en el estado de ánimo y los problemas emocionales, se incluyen los siguientes:
La bulimia nerviosa puede conducir a problemas causados por los vómitos, el uso de laxantes y diuréticos, como los siguientes:
Las personas con bulimia nerviosa pueden tener problemas emocionales como los siguientes:
El trastorno de comer por atracón puede conducir a problemas de salud relacionados con el peso, como los siguientes:
Las personas con trastorno por atracón pueden:
El trastorno por evitación/restricción de la ingesta puede conducir a problemas de salud derivados de la desnutrición, similares a los de la anorexia nerviosa. Las personas con este trastorno pueden:
Las personas con trastorno por evitación/restricción de la ingesta tienen más probabilidades de tener:
Este tipo de trastornos no tiene una sola causa. Los genes, el ambiente y el estrés desempeñan un papel. Hay algunos factores que pueden aumentar las probabilidades de que una persona tenga un trastorno de la conducta alimentaria, como los siguientes:
Los profesionales de la salud o los profesionales de la salud mental pueden diagnosticar un trastorno de la conducta alimentaria basándose en el historial médico, los síntomas, las pautas de pensamiento, las conductas alimentarias y una exploración física.
El médico registrará el peso y la estatura de la persona y comparará estas medidas usando una gráfica de crecimiento. Es posible que el médico pida pruebas para saber si puede haber otra causa de los problemas relacionados con la alimentación y para evaluar los problemas causados por el trastorno de la conducta alimentaria.
Las familias se pueden fijar en los primeros signos de alarma de un trastorno de la conducta alimentaria, como los siguientes:
Si le preocupa que su hijo tenga un trastorno de la conducta alimentaria, hable con su médico.
Los trastornos de la conducta alimentaria se tratan mejor cuando los lleva un equipo de profesionales, que suele incluir a un médico, un dietista o nutricionista y un terapeuta. El tratamiento engloba el asesoramiento sobre nutrición, los cuidados médicos y la psicoterapia (individual, de grupo y familiar). El médico puede recetar medicamentos para tratar el trastorno por atracón, la ansiedad, la depresión u otros problemas relacionados con la salud mental.
Los detalles del tratamiento dependerán del tipo concreto de trastorno de la conducta alimentaria que presente cada persona y de lo grave que sea. Algunas personas deben ser hospitalizadas debido a su extrema pérdida de peso y a las complicaciones médicas que presentan.
Si cree que su hijo puede tener un trastorno de la conducta alimentaria:
Pida ayuda cuanto antes. Cuando un trastorno de la conducta alimentaria se aborda pronto, la persona tiene muchas más probabilidades de recuperarse. Pida hora de visita para su hijo con un médico o un especialista en trastornos de la conducta alimentaria.
Hable con su hijo sobre lo que le preocupa. Mantenga la calma, sea directo y afectuoso con él. Hágale saber que usted está ahí para ayudarle. Pídale que le explique cómo se siente.
Acudan a todas las visitas médicas. El tratamiento implica tiempo y esfuerzo. Trabaje con el equipo médico para obtener la ayuda que necesita su hijo. Haga todas las preguntas que necesite hacer.
Tenga paciencia y sea comprensivo. Aprenda qué puede hacer para ayudar a su hijo. Trate de mantener una relación estrecha y positiva con él. Resérvese tiempo para escuchar a su hijo, hablar con él y hacer cosas con las que él disfruta.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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