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Hoy en día, los niños están expuestos a mucha información sobre el sexo y las relaciones a través de la televisión y de internet. En el momento en que llegan a la pubertad, ya se pueden haber familiarizado con algunas ideas relacionadas con esta etapa. Pero hablar sobre la pubertad sigue siendo una tarea importante para los padres, porque no toda la información que reciben los niños procede de fuentes fiables.
No espere a que su hijo acuda a usted con preguntas sobre los cambios que le están ocurriendo en el cuerpo. Es posible que ese día nunca llegue, sobre todo si su hijo no sabe que puede hablar con usted sobre un tema tan delicado.
Hablar con su hijo sobre la pubertad no es una conversación que se hace una sola vez. Hable con su hijo sobre los cambios por los que atravesará su cuerpo a medida que vaya creciendo. Algunas niñas inician la pubertad con 8 años y hay algunos niños que los hacen con 9. O sea que tal vez tenga que iniciar este tipo de conversaciones antes de lo que creía. Hable con su hijo sobre los cambios emocionales que vienen con la pubertad antes de que estos empiecen.
Normalmente la pubertad empieza en las niñas cuando tienen entre 8 y 14 años de edad. Con las chicas, los padres deben hablar sobre la menstruación antes de que tengan el primer período menstrual. Si una chica no sabe qué le sucede, se puede asustar al ver la sangre y el lugar de dónde proviene.
La mayoría de las chicas tienen su primer período menstrual cuando tienen 12 o 13 años de edad, lo que es de 2 a 2 años y medio después de que empiecen la pubertad. Pero a algunas chicas les viene la regla tan pronto como a los 9 años y hay otras que no lo les viene hasta los 16.
En general, los varones empiezan a entrar en la pubertad cuando tienen de 9 a 15 años de edad. Como promedio, los varones inician la pubertad un poco más tarde que las niñas, generalmente alrededor de los 10 u 11 años.
Muchos niños y niñas reciben educación sexual en la escuela. Sin embargo, a menudo se dividen las clases en función del sexo. A las chicas se les explica, sobre todo, la menstruación y el uso del sostén para hacer deporte, mientras que los chicos aprenden sobre las erecciones y el cambio de la voz. Es importante que las chicas también se informen sobre los cambios por los que pasan los chicos y que los chicos aprendan sobre los cambios que afectan a las chicas. Por lo tanto, hable con el profesor de su hijo sobre los temas que se tratan en esas clases para saber qué aspectos necesita completar usted. Es una buena idea revisar con su hijo los temas que vayan tratando en las clases, ya que es posible que le hayan quedado dudas por resolver sobre algunas cuestiones.
Cuando hable con su hijo sobre la pubertad, trate de tranquilizarlo. La pubertad conlleva tantos cambios que es fácil que los niños se sientan inseguros y solos.
Los niños suelen mostrar inseguridad sobre su aspecto durante la pubertad. Les puede ayudar saber que todo el mundo ha pasado por los mismos cambios, muchos de los cuales le resultarán chocantes. También deben saber que existe una gran variabilidad con respecto a cuándo ocurren esos cambios. El acné, los cambios de humor, los estirones y los cambios hormonales: todo forma parte del crecimiento y todo el mundo pasa por ello, aunque no siempre al mismo ritmo.
Las chicas pueden empezar la pubertad tan pronto como en segundo o tercer grado de la enseñanza primaria. Por ejemplo, a su hija le puede molestar ser la primera que tenga que llevar sujetador para hacer deporte. Se puede sentir sola o rara, o como si todas las miradas se centraran en ella.
En los chicos, los cambios incluyen que se les quiebre o se les haga más grave la voz, así como el crecimiento del vello facial (barba). Si su hijo es de los primeros en atravesar estos cambios, se puede sentir incómodo o como si fuera el centro de las miradas de sus compañeros de clase.
Los niños deben saber lo siguiente sobre la pubertad:
No es de extrañar que los niños tengan muchas preguntas a medida que vayan aprendiendo cosas sobre la pubertad. Asegúrese de brindar a su hijo la oportunidad de hacerle preguntas. Contésteselas con sinceridad.
Algunas de las preguntas más frecuentes son las siguientes:
Hágale saber a su hijo que está siempre disponible para hablar, aunque también es importante que usted inicie algunas conversaciones. Hable sobre la pubertad, y sobre las emociones que acompañan a los cambios corporales, con la máxima abertura de miras que sea posible. Aunque a los padres les pueda resultar embarazoso hablar sobre temas delicados, a los hijos les suele aliviar que sean sus padres quienes vayan sacando la conversación de tanto en tanto.
Le puede ayudar mucho tener la seguridad de que usted domina el tema. O sea que, antes de responder a las preguntas de su hijo, asegúrese de responder antes a sus propias preguntas sobre la pubertad. Si no está del todo cómodo manteniendo una conversación sobre la pubertad con su hijo, practique antes lo que le quiera decir. Dígale a su hijo que es posible que le resulte un poco incómodo hablar sobre estos temas, pero que es importante mantener este tipo de conversaciones.
Si su hijo tiene dudas o preguntas sobre el desarrollo y la pubertad que usted no puede responder, pida consejo al médico de su hijo.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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