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La vacuna contra la hepatitis B (HepB) protege contra la hepatitis B, una infección hepática (del hígado) causada por el virus de la hepatitis B. La gente que se infecta puede no presentar ningún síntoma, o presentar una enfermedad leve como la gripe. Hay algunas personas que se pueden encontrar peor, con fiebre, náuseas, vómitos y una ictericia que dura varias semanas.
Los niños suelen recibir la vacuna contra la hepatitis B como una serie de tres inyecciones:
En lo que respecta a la primera inyección:
Cualquier persona menor de 60 años puede ponerse la serie de vacunas contra la hepatitis B en cualquier momento si se las saltó cuando era bebé. Los adultos de 60 años o mayores deben vacunarse si tienen un mayor riesgo de infectarse o si simplemente desean estar protegidos del virus.
Algunos niños pueden tener que vacunarse otra vez más adelante. Entre ellos, se incluyen los siguientes:
A veces, los médicos ponen la vacuna contra la hepatitis B junto con otras vacunas (en una misma inyección), como la DTPa, la VPI, la Hib o la vacuna contra la hepatitis A.
Las personas que no saben que están infectadas pueden contagiar el virus de la hepatitis B. Esto se debe a que el contagio no se puede evitar solo siendo cuidadoso. Por eso, los expertos en salud recomiendan vacunar a todos los bebés justo después de nacer.
La vacuna contra la hepatitis B suele generar inmunidad a largo plazo. La mayoría de los bebés que reciben la serie de vacunas de la hepatitis B están protegidos de contraer esta infección mucho más allá de la infancia, durante la etapa adulta.
Protegerse de la infección de hepatitis B también reduce el riesgo de cirrosis hepática, enfermedad hepática crónica y de cáncer de hígado.
Los efectos secundarios suelen ser leves y pueden incluir fiebre baja, dolor de cabeza, cansancio, pérdida de apetito y dolor o enrojecimiento en el lugar de la inyección. Como ocurre con cualquier vacuna, existe un pequeño riesgo de desmayo y una posibilidad muy pequeña de sufrir una reacción alérgica.
La vacuna contra la hepatitis B contiene virus muertos (inactivos); por lo tanto, no puede causar una hepatitis.
Los médicos posponen la vacuna en aquellos bebés que pesan menos de 4 libras con 7 onzas (2000 gramos) al nacer y cuyas madres no presentan el virus de la hepatitis B en la sangre. Estos bebés recibirán la primera dosis de la vacuna cuando tengan un mes de vida o cuando reciban el alta hospitalaria.
Un simple resfriado u otras enfermedades de poca importancia no deben impedir vacunarse. Su médico podría retrasar la vacunación si su hijo tiene una enfermedad más grave.
Hable con su médico sobre si la vacuna es una buena idea si su hijo alguna vez tuvo una reacción alérgica grave o alguna otra reacción alérgica a una dosis anterior de la vacuna o a la levadura.
Para el dolor o la fiebre, consulte al médico de su hijo sobre si le puede dar paracetamol o ibuprofeno, y para saber cuál es la dosis correcta.
Colocar un paño húmedo y caliente o una esterilla eléctrica, o mover o usar el brazo donde haya recibido el pinchazo también puede ayudar a reducir las molestias musculares.
Llame al médico si:
Cada año, las vacunas mantienen sanas a millones de personas preparando al cuerpo para combatir enfermedades. Sepa de qué manera ayudan las vacunas y obtenga respuestas a sus preguntas.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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