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A finales de 2019, un nuevo tipo de coronavirus llamado SARS-CoV-2, comenzó a enfermar a personas. Estas personas presentaban síntomas gripales. La enfermedad causada por este virus se llama "enfermedad de coronavirus-19" o COVID-19 para abreviar. El virus se propaga fácilmente y ha afectado a personas de todo el mundo.
Sí, las vacunas contra el COVID -19 son seguras y efectivas y ahora están disponibles para personas mayores de 5 años. Las vacunas de refuerzo se recomiendan para adultos y niños mayores de 5 años. Todas las personas elegibles deben recibir la vacuna contra el COVID-19 y la vacuna de refuerzo lo antes posible.
Cuando una enfermedad afecta a muchas personas en una comunidad u otra área limitada, se denomina epidemia. Si la enfermedad se propaga a muchos países o en todo el mundo, se denomina pandemia.
La propagación mundial de COVID-19 es una pandemia. En ciertos momentos hay más personas infectadas que en otros. Esto se denomina oleadas. El virus se propaga fácilmente, por lo que los aumentos repentinos son más probables cuando las personas se reúnen y no usan mascarillas o no están vacunadas. También son más probables si el virus cambia a una forma más contagiosa.
A veces, una enfermedad puede volverse endémica. Esto significa que la enfermedad siempre está presente en una determinada comunidad o área limitada, pero no afecta a las personas en oleadas. Cuando una enfermedad es endémica, se propaga de manera estable y predecible. Tanto la gripe como el resfriado común son infecciones endémicas. Es muy temprano para saber si el COVID-19 se volverá endémico y cuándo sucederá.
Las infecciones pueden causar una amplia gama de síntomas. Entre los síntomas más comunes se encuentran la fiebre, la tos, la dificultad para respirar y los problemas gastrointestinales, como dolor de estómago, náuseas, vómitos y diarrea. Otras quejas incluyen: dolores de cabeza, dolores musculares, pérdida del gusto y del olfato, y síntomas típicos de un resfriado. El virus puede ser más grave en algunas personas que en otras. Y algunas personas no presentan ningún síntoma.
Algunos niños presentan síntomas causados por la inflamación en todo el cuerpo, varias semanas después de haberse infectado con el virus. Puede afectar a muchos órganos, incluidos los pulmones, el corazón, el cerebro, los riñones, los vasos sanguíneos, la piel, los ojos y el aparato gastrointestinal. Esto se denomina síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). MIS-C es una afección grave que puede provocar daños en los órganos si no se trata rápidamente. Pero es muy poco común y la mayoría de los niños se recuperan por completo después de recibir atención médica.
En raras ocasiones, algunas personas tienen síntomas que duran mucho tiempo (generalmente más de un mes), una afección conocida como COVID prolongada (o de convalecencia larga). A veces, estos síntomas comienzan cuando una persona aún está enferma, pero también pueden comenzar después de que alguien se recuperó o después de que tuvo una infección sin síntomas. Estos síntomas pueden incluir cansancio, dolor de cabeza, dificultad para dormir, dificultad para respirar, dificultad para concentrarse ("confusión mental"), dolor muscular y articular, palpitaciones del corazón y cambios en el sentido del gusto u olfato.
Las personas pueden contraer el COVID-19 contagiándose de otras personas que tienen el virus, incluso cuando éstas no tengan ningún síntoma. Esto sucede cuando la persona infectada respira, habla, estornuda o tose expeliendo gotitas infectadas en el aire. Estas gotitas pueden aterrizar en la nariz, la boca o los ojos de alguien que está cerca, o ser respiradas. Algunas de las gotitas más pequeñas, llamadas "aerosoles", pueden permanecer en el aire de minutos a horas y viajar en las corrientes de aire. Pero parece que el riesgo de propagación es mayor cuando las personas están a menos de 6 pies de distancia, cuando pasan mucho tiempo juntas, cuando se reúnen en interiores y cuando el espacio interior está mal ventilado.
Las personas también se pueden infectar si tocan las gotas infectadas con virus que han quedado sobre una superficie y después se tocan la nariz, la boca o los ojos. Pero este tipo de propagación es mucho menos común.
Los expertos están estudiando la manera en la que se propaga el virus y cómo permanece en el aire, y si puede propagarse a través de las heces (excremento). También están analizando si una mujer embarazada infectada puede transmitir el virus a su bebé, lo que parece posible pero poco común.
El uso de mascarillas todavía es una manera importante de prevenir la propagación del virus. Todas las personas mayores de 2 años deben usar una mascarilla en lugares públicos (por ejemplo, al ir de compras) y en lugares al aire libre donde haya mucha gente, especialmente si:
Todas las personas deben usar mascarillas cuando viajan en transporte público, sin importar dónde vivan o si están vacunados. En general, es una buena idea evitar los lugares con mucha gente y los espacios interiores donde no hay una buena ventilación.
Se han registrado menos infecciones en niños que en adultos y, por lo general, de enfermarse, éstos presentan una enfermedad más leve. Pero algunos niños con síntomas más graves (como los que tienen MIS-C) necesitan tratamiento en un hospital, especialmente los niños menores de 5 años, que todavía no pueden vacunarse porque son pequeños. Algunos niños han muerto por COVID-19.
A veces, el COVID-19 puede provocar miocarditis; una inflamación del músculo cardíaco. En los niños, los síntomas más comunes incluyen: cansancio, dificultad para respirar, dolor en el pecho o dolor abdominal. La mayoría de los niños se recuperan por completo de la miocarditis, pero a veces esta afección puede ser más grave y causar daño cardíaco duradero.
Los médicos han notado que más niños de lo habitual han sido diagnosticados con diabetes durante la pandemia, especialmente después de haber estado enfermos con COVID-19. Aún no se sabe por qué ocurre esto, pero se están realizando estudios.
La mayoría de las personas con una enfermedad leve, incluidos los niños, no necesitan ningún tratamiento específico. Mejoran con descanso, líquidos y medicamentos para bajar la fiebre.
Muy pocos niños que corren un mayor riesgo de contraer un COVID-19 grave pueden recibir ciertos medicamentos, como medicamentos antivirales o anticuerpos monoclonales, para evitar que se enfermen gravemente y necesiten atención hospitalaria.
Algunas personas que se enferman gravemente por COVID-19 necesitarán atención hospitalaria, posiblemente en la UCI (Unidad de cuidados intensivos). Los médicos pueden controlarlos de cerca, administrar oxígeno o líquidos por vía intravenosa, si es necesario, y tratar cualquier problema que se presente. En raras ocasiones, también le administrarán medicamentos antivirales, anticuerpos monoclonales o esteroides. Alguien que necesite ayuda adicional para respirar será conectado a un respirador.
Llame a su médico si su hijo tiene síntomas de COVID-19 o de síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C), o si simplemente no se siente bien. Informe al médico si su hijo ha estado cerca de alguien con COVID-19, o si ha vivido o viajado a un área donde muchas personas tienen el coronavirus. El médico decidirá si es mejor que su hijo:
Pida ayuda médica de inmediato si su hijo:
Estos síntomas pueden ser síntomas de una enfermedad grave.
Para ayudar a prevenir la propagación de gérmenes, siempre es una buena idea hacer lo siguiente:
Consulte los sitios web de los CDC y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para obtener información actualizada.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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