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Estás sentado en clase y el estómago te empieza a hacer ruido. Al final, suena el timbre. ¡Es hora de comer! ¡Bravo! Después de tantas horas de clase, te mereces pasar un rato en el comedor del colegio, sentarte, relajarte y disfrutar de la compañía de tus amigos durante el descanso de la hora de comer. Pero espera un minuto —¿qué vas a comer exactamente?
En mayor medida que en otras comidas principales, los niños tienen mucho más control sobre lo que comen a la hora de la comida cuando están en el colegio. Un niño puede elegir comerse las judías verdes que le ha preparado su madre o tirarlas a la basura. Un niño también puede elegir entre comerse una manzana o un helado.
A la hora de elegir qué comer, es muy importante hacer una elección saludable. He aquí por qué: comer una variedad de alimentos saludables te aportará la energía que necesitarás para hacer cosas, te ayudará a crecer como deberías e incluso es posible que impida que enfermes.
Piensa en la comida que haces en el colegio como en el combustible con el que llenas el depósito de tu cuerpo. Si eliges un combustible inadecuado, es posible que te quedes sin energía antes de acabar el día. ¿Y cuál es el combustible adecuado? ¿En qué consiste una comida saludable? A diferencia de aquella respuesta asesina que te pusieron en el examen de matemáticas, hay muchas respuestas correctas a estas dos preguntas.
La mayoría de los niños tienen la opción de llevarse la comida de casa o comprársela en el comedor del colegio. La buena noticia es que se puede hacer una comida saludable en ambos casos. Pero la cosa no es nada fácil. Algunos de los alimentos que se sirven en los comedores de los colegios son más saludables que otros.
Según un estudio reciente, la típica comida que se sirve en los colegios sigue teniendo un contenido en grasas más alto del recomendable. Esto no significa que no debas comprarte la comida en el colegio sino que es mejor que analices el contenido del menú del comedor. Léetelo el día antes. Si sabes con antelación que habrá para comer, ¡podrás decidir si quieres comértelo o no! Llévate a casa una copia del menú o entérate de cómo encontrarlo en la página de Internet de tu colegio.
El hecho de llevarse la comida de casa no significa automáticamente que tenga que ser más saludable que la que sirven en el colegio. Si te llevas de casa un trozo de pastel de chocolate y una bolsa de patatas fritas, ¡no harás una comida muy nutritiva que digamos! Pero el hecho de llevarte la comida preparada de casa tiene una ventaja incontestable: podrás estar seguro de incluir tus alimentos saludables favoritos —cosas que sabes que te gustan. No será una comida prototipo que gustaría a todo el mundo sino una comida pensada solamente para ti. Si tu bocadillo favorito es el de mantequilla de cacahuete (mani) y tu fruta favorita el plátano, inclúyelos en tu comida. O tal vez te encanten las olivas. ¡No te lo pienses dos veces y llévate unas cuantas!
Si quieres llevarte la comida de casa, necesitarás que tus padres te echen una mano. Coméntales qué te gustaría llevarte para comer a fin de que haya provisiones de esos alimentos en casa. Es posible que tu padre o tu madre se ofrezcan a prepararte la comida. Es un detalle de su parte, pero tal vez quieras ver cómo lo hacen y preguntarles si puedes empezar a preparártela tú. Es una forma de demostrarles que te estás haciendo mayor.
Independientemente de que te lleves la comida de casa o te la sirvan en el colegio, sigue las siguientes recomendaciones:
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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