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La columna vertebral no está completamente recta, sino que se forma una leve curvatura hacia delante en la parte superior de la espalda. Esta curvatura es normal y ayuda a sostener la cabeza y la parte superior del cuerpo.
En algunos niños con cifosis, a veces denominada "joroba" o "chepa", la columna se arquea demasiado hacia delante, lo que puede provocar molestias y/o dificultades para respirar.
Por lo general, la cifosis no provoca ningún problema y no es necesario hacer nada para corregirla. Pero, a veces, el arqueamiento de la columna es lo bastante importante como para que la persona deba utilizar un corsé ortopédico o hacerse una operación.
El término cifosis proviene de la palabra griega que se utilizaba para indicar "curvado hacia delante", y de eso se trata la cifosis: una curvatura o arqueo muy grande hacia delante de la columna vertebral. Es una afección bastante frecuente, tanto en los niños como en los adultos.
En realidad, la columna vertebral no está compuesta por un solo hueso. Está formada por muchos huesos pequeños, llamados "vértebras", que se apilan entre sí y se unen mediante ligamentos. Las vértebras de la parte media y superior de la espalda están unidas a las costillas. Estas son las vértebras que se arquean demasiado hacia adelante cuando una persona tiene cifosis.
Existen distintos tipos de cifosis que pueden afectar a los niños, cada uno de ellos con su propia causa:
A veces, la cifosis es fácil de detectar. Una persona con cifosis tendrá la espalda más arqueada de lo normal y es posible que hasta presente joroba (o chepa). Otros casos de cifosis son más difíciles de reconocer porque no se pueden ver a simple vista.
Para saber si tienes cifosis, el médico te examinará la columna vertebral y es posible que te haga una prueba sencilla, que consiste en flexionar el tronco hacia adelante. No te dolerá; lo único que tendrás que hacer es flexionarte hacia delante por la cintura. La cifosis es más fácil de detectar cuando la espalda se coloca de esta forma. También es posible que el médico te pida que te acuestes, lo que le podría ayudar a diagnosticar una cifosis postural.
Si tu médico cree que podrías tener cifosis, pedirá que te hagan una serie de radiografías de la columna. Estas radiografías le ayudarían a saber si tienes cifosis y a determinar el tipo de cifosis que padeces.
Para saber si la cifosis está afectando a tu respiración, el médico te pediría que respires mientras te escucha los pulmones. Si el médico descartara la cifosis, es posible que te mandara una resonancia magnética (RM) de la espalda para determinar la causa de tu problema de espalada.
Si resulta que tienes una cifosis, el médico y tus padres hablarán sobre qué hacer. Si parece que el arqueamiento de tu espalda no te va a causar ningún problema, lo más probable es que no necesites ningún tipo tratamiento. Deberás hacerte controles regulares hasta que dejes de crecer para asegurarte de que tu espalda se ha dejado de arquear; cuando se detiene el proceso de crecimiento, la cifosis suele dejar de avanzar.
También es posible que el médico te pida que vayas a un traumatólogo, un médico especializado en la espalda, que te examinará la columna vertebral para determinar la gravedad de tu cifosis y buscar su causa.
Si padecieras una cifosis postural, es posible que el médico te recetara sesiones de fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento de la espalda. Unos músculos fuertes ayudan a sostener mejor la columna. También es posible que el traumatólogo te indique que duermas en un colchón duro y/o que recibas clases para corregir la postura.
Si padecieras una enfermedad de Scheuermann, es posible que el traumatólogo te recomiende utilizar un corsé que ayude a sostener la espalda y evite que la cifosis empeore a medida que te vayan creciendo los huesos. En algunos casos graves, la cifosis se debe tratar mediante una operación.
Un corsé ortopédico puede evitar que la cifosis empeore y sostener la espalda de la persona mientras crece, pero no puede arreglar la cifosis de forma permanente. Si necesitas llevar corsé, el traumatólogo hablará contigo y con tus padres sobre qué tipo de corsé es el más adecuado para ti. Algunos tipos de corsé ortopédico se utilizan solo por la noche, mientras que otros están diseñados para utilizarlos de día y de noche.
Los médicos buscan constantemente formas de mejorar el diseño de los corsés para niños. Por lo tanto, los corsés ortopédicos son cada vez más ligeros, más cómodos y más fáciles de llevar. Si necesitas un corsé, es importante que lo utilices como es debido. De lo contrario, no funcionará como debería funcionar.
Cuando tu columna vertebral deje de crecer, lo más probable es que tu cifosis deje de provocarte problemas y que dejes de necesitar el corsé.
En la mayoría de los casos de cifosis que necesitan tratamiento médico, bastará con utilizar un corsé ortopédico. Pero en los casos más graves y en la cifosis congénita, se deberá acudir a la cirugía (es decir, habrá que operar a la persona). Generalmente, el tipo de intervención que se realiza es la fusión vertebral. En este procedimiento, se fusionan (o unen) dos o más de las vértebras afectadas para reducir el arqueamiento de la columna vertebral.
Antes de la operación, al niño se le pondrá anestesia, un tipo de medicamento que lo duerme y evita que sienta dolor durante la operación. A continuación, el cirujano unirá nuevas partes de hueso a las vértebras, utilizando varillas de metal y tornillos, que colocará debajo de los músculos de la columna para corregir la cifosis. Al cabo de entre unos pocos meses y un año, los huesos acabarán creciendo juntos, o se "fusionarán".
Una vez que los huesos se sueldan y se curan, las piezas metálicas dejarán de ser necesarias, pero tampoco causarán ninguna molestia. Puesto que se debería hacer otra operación para sacarlas del cuerpo del niño, los médicos las suelen dejar donde están.
Antes de que se empezaran a utilizar varillas metálicas, los niños debían pasarse hasta un año entero utilizando un corsé de escayola mientras se recuperaban de una fusión vertebral. Pero, con la cirugía moderna, los niños pueden moverse y desplazarse sin problemas mientras se recuperan. De hecho, generalmente los médicos recetan fisioterapia como parte de la recuperación.
Cada caso es distinto, pero la mayoría de los niños a los que se les hace una operación para corregir la cifosis pueden ponerse de pie y caminar al cabo de uno o dos días de la cirugía y suelen volver a sus casas en una semana. La mayoría vuelve a ir a la escuela en un plazo máximo de un mes y puede volver a hacer algunas de sus actividades al cabo de 3 o 4 meses.
Al cabo de entre 6 y 12 meses, la mayoría de los niños pueden volver a todas sus actividades habituales, ya que sus huesos deberían estar completamente fusionados al cabo de, como máximo, un año. Es importante que los niños que hayan tenido este tipo de operación hablen con su médico y sus padres sobre las actividades que pueden practicar mientras se les cura la espalda.
Los niños con cifosis pueden llevar vidas normales y activas y, generalmente, no tienen ningún tipo de restricción. El deporte y las actividades no empeoran la cifosis. Por lo tanto, incluso después de que un niño se haya sometido a una intervención, está bien que salga y juegue, siempre y cuando haya hablado con su médico y sus padres para mantenerse activo de una forma que sea segura.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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