(Communicating With Your Doctor or Healthcare Worker)
A veces, los médicos, las enfermeras y otros profesionales de la salud hablan su propio idioma. Sus comentarios cuentan con una buena dosis de acrónimos, de referencias a los términos médicos formales de enfermedades y órganos, y de terminología con la que usted quizá no esté familiarizado.
Esto dificulta bastante la comprensión aún cuando el inglés es la lengua materna de ambas partes. Si el inglés no es su lengua materna, puede parecerle casi imposible comprender lo que tratan de decirle.
Los problemas de comunicación se multiplican cuando a esta situación se le añaden las diferencias culturales que puedan existir entre usted y el médico o enfermera.
El resultado: las diferencias lingüísticas y culturales pueden tener un impacto en la calidad de la atención médica que reciben las personas no angloparlantes. Las barreras lingüísticas pueden hacer que sea más difícil explicar los síntomas, formular preguntas y utilizar adecuadamente los medicamentos recetados. Puede que los pacientes con poco conocimiento de inglés nunca estén seguros de si los médicos entienden cuáles son sus necesidades y las de sus familias.
En los Estados Unidos existe una ley federal que lo protege de situaciones como ésta. Según la Ley de Derechos Civiles de 1964, los centros médicos que reciben fondos federales deben brindar servicios a todas las personas por igual, aunque no hablen inglés. En teoría, eso significa que estos centros deben proporcionar intérpretes, sin costo alguno, cuando sea necesario. En caso contrario, se arriesgan a perder los fondos federales.
Sin embargo, la realidad es que la falta de intérpretes médicos calificados hace que sea difícil disponer continuamente de uno. Por lo general, los empleados bilingües, muchos de los cuales no tienen formación en terminología médica, se ven forzados a servir como intérpretes. En otras ocasiones, se pide a los parientes, vecinos o conocidos que realicen dicho trabajo.
Por eso depende de usted el asegurarse de que tanto usted como su familia se sientan satisfechos con la atención y los servicios ofrecidos.
Es conveniente hacer uso de los servicios profesionales de un intérprete siempre que sea posible. Organizaciones tales como el Consejo Nacional sobre Interpretación de Servicios Médicos y la Asociación Estadounidense de Traductores ofrecen en línea acceso a una base de datos con nombres de intérpretes a través de los Estados Unidos. Estos profesionales, sin embargo, cobran honorarios por hora. Las familias deben primero comunicarse con el coordinador de relaciones con el paciente en la clínica local o consultorio de su médico para averiguar si un intérprete del personal está disponible. A fin de cuentas, depende del proveedor de servicios médicos el acudir a un intérprete cuando sea necesario, sin causarle gasto al paciente. Los intérpretes capacitados no son sólo bilingües sino que también comprenden y pueden explicar la terminología médica.
Los defensores del paciente advierten que no hacer uso de los servicios de un intérprete capacitado puede dar lugar a un deficiente diagnóstico, a errores médicos y, en definitiva, a un tratamiento más costoso.
Por mucho tiempo, los profesionales de la salud han confiado en los amigos o familiares de sus pacientes para que traduzcan, aunque eso conlleve ciertos riesgos. A los pacientes les puede dar vergüenza revelar detalles íntimos a los amigos que están haciendo las veces de intérpretes. En otros casos, los familiares buscan proteger a sus seres queridos de noticias desagradables y "editan" lo que el médico o la enfermera dicen al paciente. Otro problema surge cuando los amigos o familiares son bilingües pero no son profesionales de la salud y no entienden la terminología médica. Esto ocurre, sobre todo, cuando los que traducen son niños. Un estudio encontró, por ejemplo, que los errores de interpretación son muy frecuentes en las visitas al pediatra. Aproximadamente el 22 por ciento de las personas que confiaron en intérpretes no capacitados, como familiares o amigos, fueron víctimas de errores con consecuencias médicas potencialmente graves.
La capacidad del médico para identificar una enfermedad a partir de los signos y síntomas que ésta presenta depende, principalmente, de la información que proporciona el paciente. Este proceso empieza cuando se pide al paciente que rellene los formularios de historial médico.
Cuando un paciente que no habla bien inglés intenta completar dichos formularios, rápidamente surgen los problemas. El paciente no puede responder a las preguntas adecuadamente, y puede que los médicos, que no siempre entienden español, no pidan más detalles. Por consiguiente, las personas que no hablan inglés se someten a más pruebas y son hospitalizadas con más frecuencia que aquéllas que pueden comunicarse con los médicos. Además, el riesgo de complicaciones médicas aumenta cuando el médico o enfermera no entiende del todo el historial médico del paciente.
Los intérpretes médicos pueden ayudar a evitar problemas innecesarios o costosos. Algunas investigaciones muestran que 1 de cada 4 pacientes que no utilizaron los servicios de un intérprete dijo no comprender las instrucciones para administrar los medicamentos. Asimismo, el uso de los servicios de un intérprete puede reducir la probabilidad de que el paciente tenga que regresar para recibir atención adicional porque su problema no ha sido tratado debidamente.
Los intérpretes capacitados pueden hacer el papel de pedagogos al proporcionar información sobre cuestiones económicas. Incluso pueden explicar el procedimiento a seguir con las facturas y los seguros. Es muy probable que se pregunte a los pacientes que utilizan los servicios de un intérprete si necesitan ayuda para pagar la asistencia médica y obtener medicamentos; y es muy probable que se les facilite información sobre asistencia económica disponible.
Los intérpretes profesionales deben regirse por un código ético e interpretar sin añadir, omitir o realizar cambios de significado innecesarios, y sin ofrecer su opinión. Su labor es garantizar que usted y el médico se entiendan mutuamente. El intérprete debe abstenerse de hacer recomendaciones o tomar decisiones. Si usted sospecha que el intérprete está editando lo que dice el médico, pídale que repita la información tal y como éste la expuso. Jamás tema pedir información relacionada con su salud.
Haga saber al médico si desea que el intérprete abandone la habitación durante el examen físico. El intérprete podrá regresar más tarde.
Un intérprete capacitado puede ofrecerle orientación relacionada con otros servicios comunitarios que usted pueda necesitar. Después de la visita al médico, no dude en consultar con él cualquier otra necesidad que pueda usted tener. Suelen ser una estupenda fuente de información para las familias no angloparlantes.
Algunas veces tendrá que utilizar los servicios de un intérprete a través de un servicio telefónico. Será necesario realizar dos llamadas durante la visita: una para solicitar su historial médico y la otra, después del examen físico, para comentar las conclusiones, el diagnóstico y el tratamiento.
Puesto que los médicos están muy ocupados y ven a tantos pacientes a diario, es importante que usted plantee sus dudas de manera efectiva, aunque utilice los servicios de un intérprete. Por eso merece la pena dedicar tiempo a preparar la visita al médico.
Solicite un intérprete con tiempo. Llame y haga saber al profesional de la salud, a través de un amigo o familiar, que necesitará un intérprete. Si cree que va a necesitar sus servicios durante un procedimiento complicado, trate de conocerle antes para sentirse más cómodo con la presencia de esa persona.
Anote la razón de su visita. A veces usted tiene tantas cosas en mente que se olvida de cuál es el verdadero motivo de su visita. Esto suele suceder, sobre todo, cuando va al pediatra, quien quizás desee tratar temas relacionados con el sueño, la nutrición y la seguridad. Si usted acude al médico por un problema de salud, asegúrese de anotar todos los síntomas y la frecuencia con que éstos se producen. Piense en la ubicación, la duración y las características del malestar. ¿Qué lo ocasiona? ¿Qué lo empeora? ¿Qué lo alivia? Pregunte a otras personas que cuidan de su hijo si han observado otros síntomas. Además, haga una lista de todos los medicamentos tomados por su hijo.
Proporcione información. Usted conoce a su hijo mejor que nadie. Confíe en su instinto. Dígale al médico cuál cree usted que podría ser el problema, sobre todo si ha invertido tiempo en investigar la posible causa. Asimismo, haga saber al médico si está utilizando remedios caseros o té de hierbas. Estos podrían reducir la efectividad del medicamento que le recete el médico.
Formule muchas preguntas. Ninguna pregunta es demasiado tonta, aunque le pregunte al médico sobre la función o localización de los órganos. Otras preguntas que pueden ayudar a mejorar la comunicación son: ¿Cuál cree que es la causa del problema? ¿Existe más de una condición que podría estar causando el problema? ¿Cómo diagnosticaría el problema?
Explique su situación económica. Diga a su médico que no dispone de seguro y que no puede pagar los medicamentos. Asimismo, pregúntele si los procedimientos adicionales que prescriba tendrán que ser pagados en efectivo. Puede que le sugiera alguna forma de cubrir los gastos de dichos productos y servicios.
Asegúrese de entender. Si le dan una receta, asegúrese de entender cuándo debe tomarse el medicamento y con qué frecuencia. Pregunte por los posibles efectos secundarios, especialmente en los niños. Asimismo, asegúrese de pedir otra cita, en caso de ser necesaria.
A veces, lleva tiempo realizar un diagnóstico preciso. Si observa otros síntomas o si el tratamiento no está surtiendo efecto, informe a su médico. Recuerde que si el médico no puede realizar un diagnóstico concreto o aliviar sus síntomas, usted puede solicitar una segunda opinión.
Edúquese con información médica bien documentada. Muchas organizaciones fiables han creado bibliotecas en línea con mucha información en español. Como padre, usted debería saber todo lo que pueda sobre la salud de su hijo. Las restricciones de tiempo pueden limitar la cantidad de información que los médicos proporcionan a los padres. Al prepararse antes de una visita, aunque utilice material en español, aumentará su capacidad para comunicarse con el médico de forma efectiva y tener un mayor control sobre la salud de su familia.
Revisado por: Carlos Rosé, MD
Fecha de revisión: febrero 2010
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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