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Los implantes de cóclea

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A veces denominados "oídos biónicos", los implantes cocleares ofrecen la esperanza de recuperar o restablecer la capacidad de oír a algunas personas que han experimentado una pérdida auditiva importante.

Aunque no son aparatos milagrosos, los implantes cocleares ayudan a algunos niños y adultos, independientemente de que hayan nacido sordos o hayan perdido la capacidad de oír más tarde, a hablar por teléfono, escuchar música y oír la voces de sus amigos y seres queridos.

¿Qué es un implante coclear?

Un implante coclear es un dispositivo implantado quirúrgicamente que ayuda a superar algunos problemas de audición cuyo origen está en el oído interno, o cóclea. La cóclea, también denominada "caracol", es tubito enrollado en forma de caracol ubicado en la parte del oído conectada al nervio auditivo. Su función consiste en recoger las señales eléctricas procedentes de las vibraciones sonoras y transmitirlas al nervio auditivo, quien a su vez envía esas señales al cerebro, donde son interpretadas como sonidos reconocibles.

Si partes importantes de la cóclea no funcionan correctamente y el nervio auditivo no puede recibir estimulación alguna, las señales eléctricas no pueden llegar al cerebro, por lo que resulta imposible oír. (A veces conocida como "sordera nerviosa", esto se denomina "sordera neurosensorial".) Sustituyendo a la parte lesionada de la cóclea, el implante coclear utiliza sus propias señales eléctricas para estimular el nervio auditivo, permitiendo oír a la persona.

Figura que muestra el implante coclear y las partes del oído humano

¿Cómo se produce la audición normal?

El oído consta de tres partes: oído externo, oído medio y oído interno, y en una persona que oye con normalidad el sonido pasa por todas ellas antes de llegar al cerebro. El oído externo está constituido por el pabellón de la oreja y el conducto auditivo externo.

Cuando una persona se expone a un sonido, el oído externo recoge las vibraciones y las envía a través del conducto auditivo externo al oído medio, compuesto por el tímpano y la cadena de huesecillos. La vibración sonora hace que se muevan los huesecillos, que a su vez hacen que se mueva el fluido que hay en el interior de la cóclea. El movimiento del fluido estimula a los cilios, que son miles de diminutos receptores auditivos que recubren el interior de la cóclea. Al inclinarse hacia delante y hacia atrás, los cilios envían señales eléctricas al nervio auditivo, que a su vez trasmite esas señales al cerebro, donde son interpretadas.

Debido al envejecimiento, la herencia, determinadas enfermedades, las infecciones o la exposición repetida a ruidos fuertes, los cilios pueden lesionarse o destruirse completamente. Si los cilios no funcionan correctamente, el nervio auditivo no recibe estimulación y, por lo tanto, no puede enviar información al cerebro, por lo que la persona no puede oír.

Las pérdidas auditivas pueden ser leves, moderadas o graves, dependiendo de la cantidad de cilios lesionados, ausentes o destruidos. Las personas con pérdidas auditivas leves o moderadas pueden experimentar grandes mejorías utilizando audífonos (unos dispositivos que amplifican los sonidos). Pero las personas con sordera grave o profunda pueden tener dificultades incluso para oír sonidos fuertes. En estos casos, los audífonos no son útiles y los médicos pueden recomendar los implantes cocleares.

Figura que muestra las partes del oído humano

¿Qué hace un implante coclear?

El implante coclear estimula artificialmente el área del oído interno con señales eléctricas y envía esas señales al nervio auditivo, permitiendo oír al usuario. Si bien la calidad del sonido de un implante de cóclea es diferente a la que perciben las personas con audición normal, el implante de cóclea les da a los pacientes la capacidad de escuchar sonidos que no podrían escuchar de otra manera. Se están incorporando mejoras continuamente en la forma en que estos implantes procesan la información acústica a fin de que los sonidos resulten más naturales.

Un implante coclear consta de una parte interna, que se implanta en el interior del cráneo, y de una parte externa que contiene el procesador de sonido y habla. Los distintos componentes del implante coclear trabajan conjuntamente para captar el sonido, transferirlo al nervio auditivo y enviarlo al cerebro.

La parte interna de un implante coclear consta de:

  • un receptor-estimulador que contiene todos los circuitos electrónicos que controlan el flujo de impulsos eléctricos que se envían al oído
  • una antena que recibe las señales del mundo exterior y del procesador de sonido y habla
  • un imán que ayuda a mantener el procesador de sonido y habla en su sitio
  • un cable que contiene electrodos que se insertan en la cóclea (la cantidad de electrodos varía en función del modelo de implante utilizado). Los electrodos funcionan de una forma muy similar a los cilios y emiten impulsos eléctricos para estimular al nervio auditivo.

El procesador de sonido y habla es un miniordenador que procesa el sonido y lo digitaliza (es decir, lo transforma en información digital) y luego envía esa información a la parte interna del implante en forma de señales eléctricas. El procesador de sonido y habla se lleva en el exterior y suele tener el aspecto de un audífono normal y corriente. No obstante, dependiendo del tipo de procesador de sonido y habla utilizado, se puede llevar detrás de la oreja como si se tratara de un audífono o unos auriculares o bien en otra parte del cuerpo, por ejemplo en el cinturón o un bolsillo.

La parte externa del implante coclear consta de

  • el procesador de sonido y habla propiamente dicho (que puede ser un modelo que se acopla a la ropa como una radio portátil o un modelo que se engancha a la oreja)
  • un micrófono
  • un transmisor que envía las señales a la parte interna del implante. El transmisor también incluye un imán que ayuda al usuario a alinear el procesador con la parte interna.

Para que el implante coclear funcione correctamente, la parte interna y el procesador de sonido y habla deben estar alineados —esa es la función de los imanes. Alineando los dos imanes, ambas partes del implante quedan bien sujetas y pueden funcionar como si se tratara de una sola.

Cuando las partes interna y externa no están completamente alineadas, el dispositivo no funciona correctamente y la persona no puede oír. Puesto que ambos componentes deben estar alineados para oír bien, algunas personas se quitan la parte externa por la noche para dormir mejor. Otros se la dejan puesta incluso por la noche.

¿Cómo funciona un implante coclear?

Saber qué hace exactamente un implante coclear puede ayudar a los niños a entender mejor cómo funcionan sus nuevos oídos biónicos y la tecnología tan "enrollada" en que se basa su funcionamiento y que les permite oír mejor.

He aquí cómo funciona un implante coclear:

  • El micrófono recoge el sonido.
  • El sonido es enviado al procesador de sonido y habla.
  • El procesador de sonido y habla analiza el sonido y lo transforma en una señal eléctrica. (La señal eléctrica contiene información que determina cuánta corriente eléctrica se enviará a los electrodos.)
  • El transmisor envía la señal a la parte interna del implante, donde es decodificada.
  • La parte interna del implante determina cuánta corriente eléctrica debe transmitirse a los electrodos y envía la señal. La cantidad de corriente eléctrica determinará el volumen del sonido, y la posición de los electrodos, el tono del mismo.
  • Las terminaciones nerviosas que hay en el interior de la cóclea (el área donde se encuentran los cilios) son estimuladas y envían información al cerebro a través del nervio auditivo.
  • El cerebro interpreta el sonido y la persona oye.

Cirugía para realizar el implante

El procedimiento quirúrgico para colocar un implante coclear, que dura de dos a cuatro horas y se hace con anestesia general, consiste en colocar la parte interna del implante bajo la piel y dentro del cráneo y introducir los cables que contienen los electrodos en los espirales de la cóclea.

Para colocar el implante, en primer lugar el cirujano excava un lecho de tres a cuatro milímetros de profundidad en el hueso temporal (el hueso del cráneo que contiene parte del conducto auditivo externo, el oído medio y el oído interno). A continuación, el cirujano abre el hueso mastoides que hay detrás de la oreja para acceder al oído medio. Luego se abre un agujerito en la cóclea y se introducen los cables que contienen los electrodos. Seguidamente se fija la parte interna del implante y se cose la herida.

Tras la intervención, un niño:

  • probablemente podrá volver a casa al día siguiente
  • tendrá que llevar vendada el área del implante durante 24 horas
  • es posible que esté mareado y con falta de equilibrio durante unos días
  • es posible que tenga dolor de leve a moderado (tal vez el médico recomiende administrarle analgésicos –medicamentos para aliviarle el dolor)
  • no hará falta que le quiten los puntos, puesto que estos se absorberán y disolverán solos
  • podrá estirarse sobre el lado donde le han colocado el implante al cabo de pocos días.

De dos a cuatro semanas después de la intervención, se coloca el procesador de sonido y habla alineado con la parte interna del implante y se programa y gradúa cuidadosamente el dispositivo para que se ajuste a las necesidades auditivas particulares de cada niño.

Aprender a usar un implante coclear

Puesto que la medida y el tipo de lesión que afecta a los cilios, los patrones de la señal eléctrica y la sensibilidad del nervio auditivo son distintos en cada persona, un especialista debe ajustar con suma finura el procesador de sonido y habla a cada paciente.

Midiendo la corriente más alta y más baja para cada electrodo, el especialista identificará los sonidos más suave y más fuertes que podrá oír el usuario (cada electrodo produce un sonido diferente con un tono diferente). El procesador de sonido y habla ajusta los sonidos en los distintos electrodos a volúmenes diferentes e intenta crear una versión precisa del sonido original. De todos modos, puesto que una cantidad limitada de electrodos están asumiendo la función de los miles de cilios de un oído normal, los sonidos no son totalmente "naturales".

Tras las primeras sesiones de programación, el usuario empezará a captar sonidos con el implante, pero sacar el máximo partido a un implante es un proceso gradual de varios meses de duración. En los niños que nacen sordos, la estimulación que proporciona el implante les permitirá desarrollar las redes neuronales necesarias para oír sonidos. Se trata de un proceso largo de programación y tratamiento intensivo que suele durar varios años.

Durante el proceso de programación, el usuario asiste a sesiones de logopedia que le ayudarán a identificar e interpretar los nuevos sonidos que está oyendo. Además, una parte importante del tratamiento incluye la educación y formación de los padres.

Las sesiones de tratamiento ayudarán al niño a desarrollar y a entender el lenguaje hablado detectando, imitando y asociando significados y sonidos. Estas sesiones duran por lo menos un año, junto con la educación de los padres y los programas de entrenamiento. En muchos casos este tratamiento ha ayudado a niños con implantes cocleares a desarrollar un habla y un lenguaje similares a los de otros niños de su edad sin problemas auditivos y a asistir a escuelas convencionales.

Algunos familias prefieren colocar implantes cocleares en ambos oídos. Esto puede ayudar a mejorar la discriminación del habla cuando hay ruido de fondo y a localizar la procedencia de los sonidos.

¿Permiten los implantes cocleares restablecer la audición en todos los casos?

Los implantes cocleares les van muy bien a muchas personas, pero no todo el mundo es un buen candidato a que le implanten uno. Idealmente, los niños de 12 meses en adelante que padecen deficiencias auditivas importantes en ambos oídos son excelentes candidatos, pero no todos los niños con deficiencias auditivas pueden beneficiarse de estos implantes.

Algunos de los motivos de que un niño no sea un buen candidato para que le coloquen un implante coclear son:

  • el niño oye "demasiado bien" (es decir, el niño puede oír sonidos y palabras utilizando audífonos)
  • la causa de la deficiencia auditiva no es un problema en la cóclea
  • el niño lleva padeciendo una sordera profunda durante un período de tiempo largo
  • el nervio auditivo está lesionado o el niño carece de él.

Cada posible candidato deberá ser evaluado por un equipo especializado en implantes cocleares para determinar si la mejor opción es un implante coclear.

El éxito de los implantes cocleares varían de un paciente a otro. La duración del período de rehabilitación también varía de una persona a otra, y muchos factores (como el estado del nervio auditivo o la presencia de tejido cicatrizal en la cóclea) pueden reducir el éxito de estos implantes.

Sus expectativas deberían ser realistas, y el pediatra o el cirujano de su hijo le ayudarán a entender el grado de mejoría razonable que podría proporcionarle el implante a su hijo.

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Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.

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