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Los niños que necesitan ponerse una escayola suelen tener muchas preguntas. Aquí encontrará las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes sobre las escayolas.
Una escayola, que impide que se muevan los huesos rotos para que se puedan curar, es un vendaje voluminoso que consta de dos capas: una capa suave de algodón que está en contacto con la piel y una capa dura externa que impide que el hueso se mueva de sitio.
En la actualidad, las escayolas se fabrican con:
En primer lugar, se envuelve el área lesionada con varias capas de algodón suave. A continuación, la capa externa de yeso o fibra de vidrio se moja en agua y se coloca envolviendo la capa suave de algodón. La capa externa estará húmeda pero se secará para convertirse en una cubierta dura y protectora. A veces el médico hace unos pequeños cortes en los lados de la escayola para dejar más espacio por si se inflamara el área lesionada.
¡Bajo ningún concepto! Una escayola mojada no podría mantener el hueso en su sitio porque se podría empezar a deshacer al entrar en contacto con el agua. Además, podría irritar la piel del área escayolada, lo que podría desembocar en una infección. Por lo tanto, su hijo no debería sumergirse en el agua y debería usar una bolsa de plástico o una manga especial impermeable (que se puede comprar por Internet o en farmacias) para proteger la escayola del agua. Y, en vez de ducharse, se debería asear con una esponja.
A pesar de que la fibra de vidrio es impermeable, el relleno de la capa interior no lo es. Por lo tanto, sigue siendo importante intentar mantener seca una escayola de fibra de vidrio. Si esto fuera un problema, hable con el pediatra de su hijo sobre la posibilidad de ponerle una funda impermeable. Las escayolas de fibra de vidrio provistas de fundas impermeables permiten que los niños se bañen e incluso que naden durante el proceso de curación. A pesar de que la funda permite que se evapore el agua o el sudor, sigue siendo delicada. Además, solo se pueden tratar con este tipo de escayolas ciertos tipos de fracturas. El pediatra determinará si la fractura de su hijo se puede tratar con seguridad con una escayola provista de funda impermeable.
¡Por supuesto que sí! Esto es lo que convierte la experiencia de tener un hueso roto en algo mucho más llevadero para los niños. Los rotuladores de tinta indeleble suelen ir mejor; cuando se utilizan rotuladores lavables se puede correr la tinta. No dude en animar a los hermanos de su hijo, otros miembros de la familia y sus compañeros de clase a que le firmen o hagan dibujos en la escayola y/o la decoren con pegatinas. Es posible que el pediatra hasta permita que su hijo conserve la escayola después de extraérsela como un recuerdo.
Pruebe soplar un poco de aire hacia el interior de la escayola con un secador de cabello, asegurándose de utilizar la función de aire frío. Pero no vierta nunca polvos de talco o aceites calmantes dentro de la escayola para aliviarle el picor ni intente rascarle introduciendo dentro de la escayola un objeto largo, puntiagudo o punzante, como un lápiz o una percha, porque podría irritarle o hacerle rasguños en la piel y esto podría provocarle una infección.
Esto puede ocurrir si la escayola sufre un golpe o un aplastamiento, presenta un área frágil (o demasiado fina) o si la parte del cuerpo lesionada se empieza a inflamar debajo de la escayola. Llame al pediatra de su hijo en cuanto detecte una grieta en su escayola. En la mayoría de los casos, se puede hacer una sencilla reparación sin necesidad de extraer la escayola ni cambiarla por otra.
Si los dedos de las manos o de los pies de su hijo están cambiando de color, es posible que la escayola le vaya demasiado apretada.
El enrojecimiento y la carne viva son signos típicos de que la escayola está húmeda por dentro debido al sudor o al agua que ha entrado. A veces los niños tiran del relleno desde los bordes de las escayolas de fibra de vidrio. No deberían hacerlo porque los bordes de la capa externa de fibra de vidrio podrían rozar la piel e irritarla. Si le ocurre su hijo, llame al pediatra para que resuelva el problema lo antes posible.
Algunos tipos de fracturas se corrigen primero con tablillas o férulas y después mediante escayola. Cuando existe la posibilidad de que se inflame mucho la lesión, el médico puede actuar de este modo para evitar que la escayola apriete demasiado al principio.
No. Algunas fracturas, como las de costilla o clavícula no se escayolan. Incluso las fracturas desplazadas de clavícula (donde las partes del hueso fracturado están desalineadas) se curan bien con un cabestrillo o un vendaje especial denominado "vendaje en ocho", que el niño lleva como si fuera un chaleco. Algunas fracturas no desplazadas (donde las partes del hueso fracturado están alineadas) de los dedos de manos o pies que no afectan a la articulaciones o la parte por donde crece el del hueso del niño (conocida como cartílago de crecimiento) se pueden curar con tablillas o férulas o bien atando el dedo afectado al dedo adyacente.
Ciertas fracturas de huesos grandes y largos, como las de fémur (el hueso del muslo), son difíciles de enderezar con una escayola. Aunque los médicos solían reducir este tipo de fracturas mediante tracción (una forma de enderezar el hueso desde fuera con suavidad), hoy en día se suele acudir a la cirugía para tratar este tipo de fracturas.
Durante los primeros días, cabe esperar cierto dolor, pero este no suele ser fuerte. Es posible que el pediatra recomiende paracetamol o ibuprofeno para aliviarlo.
El pediatra utilizará una pequeña sierra eléctrica para extraer la escayola. Aunque es posible que la imagen de la sierra y el sonido que emite asusten a su hijo, el proceso será rápido e indoloro. La hoja de la sierra, en vez de estar afilada, es roma y redondeada y funciona vibrando. La vibración es lo bastante fuerte como para romper la fibra de vidrio o el yeso, pero no debería lastimar la piel de su hijo y hasta podría hacerle cosquillas.
Una vez que le hayan extraído la escayola a su hijo, el área lesionada probablemente se verá rara y su hijo también la notará rara. Probablemente tendrá la piel pálida, seca o escamosa; el pelo se verá más oscuro; y esa parte del cuerpo (sobre todo los músculos) se verá más pequeña o más débil. De todos modos, no se preocupe; solo será algo temporal. Y, dependiendo del tipo y de la localización de la fractura, es posible que el pediatra recomiende a su hijo unos ejercicios especiales para que los músculos que rodean al hueso fracturado vayan recuperando su funcionalidad.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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