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El sueño ayuda a que los niños(as) crezcan fuertes y sanos. Los preescolares típicamente duermen aproximadamente de 10 a 12 horas durante cada período de 24 horas, pero no hay razón para ser rígido en cuanto a qué horas específicas deben tomar esas 10 ó 12 horas necesarias. En esta etapa, lo importante es ayudar a su hijo a que desarrolle buenos hábitos para dormir.
Una rutina para irse a acostar es una buena manera de asegurar que su preescolar duerme lo suficiente. A continuación detallamos algunos puntos a tener en mente cuando usted establezca esa rutina:
La mayoría de los preescolares todavía necesitan tomar siestas durante el día. Ellos(as) tienden a ser muy activos— corriendo por todas partes, jugando, yendo a la escuela y explorando sus alrededores— así que es una buena idea darles una oportunidad para que descansen y se tranquilicen. Incluso si su hijo(a) no puede dormir, trate de reservar unos momentos tranquilos durante el día para relajarse. (¡Y usted también se beneficiará con un pequeño descanso!).
La mejor manera de influir para que su niño(a) tome siestas es fijar una rutina, tal y como lo hace cuando es hora de dormir. Su preescolar, no queriendo perder nada de la acción, puede que se resista a dormir una siesta, pero es importante mantener la rutina firme y consistente. Explíquele al niño(a) que este es un tiempo para estar tranquilo y que debe acostarse, pero que está bien que juegue en la habitación si no logra dormir.
¿Cuánto deben durar las siestas? Deben durar tanto como usted crea que su niño(a) necesita descansar. Generalmente, una hora es suficiente. Pero habrá otros momentos cuando su hijo(a) no ha parado en todo el día y necesitará una siesta más larga, así como otros días, donde usted escuchará a su hijo hablando y jugando en su habitación durante la mayor parte del tiempo de la siesta.
Puede que su preescolar tenga pesadillas, o terrores nocturnos, y puede que haya noches cuando él o ella tenga dificultades tratando de quedarse dormido.
Puede ayudarle el crear un "estuche para la noche" que puede colocar cerca de la cama de su hijo(a) para cuando sea difícil dormir. Ese estuche puede incluir una linterna, un libro favorito, una cinta de música o un disco que pueda escuchar. Use este juego de elementos con su hijo(a) y luego póngalo en un lugar especial donde su hijo(a) pueda alcanzarlo durante la noche.
Los objetos como los muñecos de peluche y las mantas también pueden ayudar a que su hijo(a) se sienta seguro. Si su hijo(a) no tiene un juguete favorito e ir a la cama se ha convertido en una dificultad constante, entonces valdrá la pena buscar juntos una manta cálida y suave o un muñeco de peluche.
Algunos padres adquieren el hábito de dormir al lado de sus hijos(as) hasta que se quedan dormidos. Mientras este hábito puede que surta efecto temporalmente, no ayudará a establecer un buen patrón para poder dormir a largo plazo. Es importante proporcionar comodidad y seguridad, pero los niños(as) necesitan dormir independientemente de donde estén sus padres, para que cuando ellos no estén cerca no haya problemas. Si usted establece una rutina donde usted tiene que estar cerca de su hijo(a) para que pueda dormir, entonces será difícil para ambos— e injusto para su hijo — si usted comienza a retirarse antes de tiempo.
Si le preocupan los patrones de sueño de su hijo(a) hable con su doctor. Aunque no existe una forma única de criar a un niño(a) con buenos patrones de sueño, la mayoría de los niños(as) tienen la habilidad de dormir bien y resolver cualquier problema al respecto. La clave es establecer, desde una temprana edad, patrones saludables para dormir.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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