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Cuando viaja con su familia, la tendencia a salirse de la rutina doméstica en lo relativo a los hábitos alimentarios y de sueño hace que las probabilidades de que algún miembro de la familia contraiga una enfermedad se incrementen. Puede costar cierto tiempo adaptarse a la comida, el agua y el aire de un entorno diferente. Y los niños son especialmente proclives a desarrollar problemas relacionados con los viajes, como el mareo por movimiento, la diarrea y las infecciones.
Planificar las cosas con cierta anticipación y preparar el equipaje con sentido común pueden ayudarle a mantener sana a toda su familia mientras viajan. He aquí algunos aspectos a tener en cuenta cuando su familia se prepare para viajar.
Si van a viajar al extranjero, empiece por prepararse con suficiente tiempo de anticipación. Por ejemplo, es importante que averigüe las vacunas que debería ponerse su hijo (e incluso usted) porque:
La mayoría de las vacunas se deben administrar por lo menos con un mes de anticipación antes del viaje, de modo que usted debería pedir hora de visita con su médico y con el pediatra de su hijo de cuatro a seis semanas antes de iniciar el viaje. Incluso si tienen pensado viajar dentro de menos de cuatro semanas, debería realizar una cita con el pediatra porque su hijo podría beneficiarse de recibir vacunas o medicamentos preventivos.
En función de sus planes de viaje, es posible que el médico y/o el pediatra les recomiende que, aparte de las vacunas ordinarias, usted y/o su hijo se vacunen contra:
Asimismo, los niños de cualquier edad pueden contraer la malaria, de modo que si piensan viajar a un país donde exista éste riesgo, hable con el pediatra de su hijo sobre la medicación contra la malaria. El pediatra decidirá cuál es el mejor medicamento preventivo, teniendo en cuenta tanto el país de destino como el estado de salud del niño.
Consulte al pediatra de su hijo o visite el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés) para encontrar información sobre el listado de vacunas recomendadas o imprescindibles (el sitio web mencionado incluye un apartado dedicado a la salud del viajero y en este apartado podrá buscar información sobre su lugar de destino). Asegúrese también de llevar consigo la cartilla de vacunación de su hijo si viajan al extranjero.
Independientemente de lo lejos que piensen viajar, existen algunas cuestiones relacionadas con la salud que es posible que su familia deba afrontar cuando viaje, como los cambios de horario (el denominado "jet lag"), las molestias en los oídos, el mareo por movimiento y la diarrea.
Cuando usted viaja en avión y atraviesa varias zonas horarias (o husos horarios), a su reloj interno le puede costarle bastante acostumbrarse a la hora del país de llegada. Por ejemplo, si usted suele acostarse a las 21 horas y viaja de Nueva York a California, donde el huso horario se adelanta tres horas con respecto al de Nueva York, es posible que le apetezca acostarse a las 18 horas porque ya habrá estado despierto durante el tiempo que acostumbra a estarlo y su cuerpo necesitará descansar. Probablemente no se podrá acostar hasta que sean las 21 horas, momento en que estará sumamente cansado porque su cuerpo habrá estado despierto durante más tiempo que el de costumbre.
Aparte de cansancio, el "jet lag" también puede ocasionar molestias estomacales e insomnio. He aquí algunos consejos para hacer frente al "jet lag":
Es habitual que los niños experimenten dolor de oídos cuando el avión despega y cuando aterriza, a consecuencia de la presión que se genera en el oído medio mientras intenta compensar los rápidos cambios de presión propios de los vuelos. Anime a su hijo a tragar, bostezar o, si es lo bastante mayor, a masticar chicle. Si todavía es un bebé, está bien amantarlo o darle el biberón o un chupete.
Todas estas conductas pueden contribuir a que los oídos se vayan adaptando a los cambios de presión. También puede darle a su hijo un analgésico, como el paracetamol, entre 30 y 60 minutos antes de despegar o, si se trata de un vuelo largo, también antes de aterrizar.
El mareo por movimiento (o cinetosis) está ocasionado por el conflicto que se crea entre la vista y el oído: el oído interno detecta movimiento, pero los ojos, enfocados en el interior del coche o en otro vehículo, no lo detectan. La llegada al cerebro de señales contradictorias puede provocar nauseas, mareo, vómitos, palidez y sudores fríos.
Este tipo de mareo suele ocurrir en barcos, pero también puede afectar a los niños cuando viajan en avión, autobús y coche. Algunas formas de ayudar a combatir este tipo de mareo son las siguientes:
La diarrea y otras molestias estomacales, que son bastante habituales durante los viajes, suelen estar ocasionadas por bacterias u otros gérmenes que entran en el sistema digestivo, generalmente tras la ingesta de agua o alimentos contaminados. La diarrea puede ser especialmente problemática en los niños pequeños y en los lactantes, que se pueden deshidratar con mayor facilidad que los adultos.
En muchos países subdesarrollados o en vías de desarrollo el agua no se trata de la misma forma que en los países desarrollados, de modo que puede contener bacterias, virus y parásitos.
Adopte las siguientes precauciones para asegurarse que el agua es segura:
Otras formas de prevenir la diarrea y las molestias gastrointestinales son:
Cuando prepare el equipaje, incluya medicamentos y otros artículos de carácter médico que usted y su familia utilicen con regularidad porque podría ser difícil encontrarlos en su lugar de destino. No olvide los inhaladores, los medicamentos contra la alergia y la insulina, en caso de que sean necesarios.
Otros artículos a considerar para incluir en el equipaje son los siguientes:
Antes de salir de viaje, infórmese bien de cómo encontrar un hospital o instalación sanitaria próxima al lugar de destino, sobre todo si su hijo padece una afección médica crónica. Si piensan viajar al extranjero, trate de encontrar una instalación donde hablen su idioma.
También es inteligente llevar consigo un resumen de los antecedentes médicos de su hijo. Si disponen de esta información, el personal médico que atienda a su hijo podrá tomar decisiones adecuadas sobre su tratamiento y usted no necesitará acordarse de facilitar información importante en un momento donde lo más probable es que esté nervioso y/o preocupado.
Los antecedentes médicos de su hijo deberían incluir:
Mientras estén lejos de su casa, es importante que sigan adoptado las mismas medidas de seguridad que adoptan en casa, que incluyen las siguientes:
Antes de salir de viaje, considere la posibilidad de pedir información a su médico y al pediatra de su hijo sobre cómo proteger a su familia de enfermedades y lesiones durante el viaje. El hecho de organizarse las cosas con anticipación, le ayudará a tener la seguridad de que, cuando llegue el momento de salir de vacaciones, lo único que tendrá que hacer será ¡relajarse y disfrutar!
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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