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Los incidentes graves de violencia escolar son terribles y asustan a cualquiera. Por suerte, son muy poco frecuentes. Pero es natural que a los niños y a los adolescentes les preocupe que les pueda ocurrir algo a ellos o a sus amigos.
Para ayudar a los niños a afrontar estos miedos, es importante hablarles sobre estas tragedias cuando ocurren y saber qué es lo que escuchan y ven sobre ellas. Esto ayuda a poner la información sobre esas tragedias en su contexto.
Es importante que su hijo sienta que puede compartir sus sentimientos, y que sepa que sus miedos y preocupaciones son comprensibles.
No espere a que su hijo le pida ayuda; sea usted quien inicie la conversación. Pregúntele qué sabe sobre esos sucesos y cómo se siente al respecto.
Comparta también sus propios sentimientos. Durante una tragedia, los niños suelen observar las reacciones de los adultos. Les ayuda mucho saber que no están solos en lo que sienten. Saber que sus padres sienten emociones similares los ayuda a aceptar las suyas propias. Al mismo tiempo, los niños suelen necesitar a sus padres para sentirse seguros.
Los niños y los adolescentes cuentan con muchas fuentes de información sobre los tiroteos en las escuelas y otros sucesos trágicos. Pueden ver imágenes y oír noticias en la televisión, la radio e Internet una y otra vez. Toda esa información puede enseñarles a ver el mundo como un lugar confuso, amenazador y poco acogedor.
Los detalles que se dan en las noticias sobre sucesos de violencia escolar pueden hacer que algunos niños crean que les podría ocurrir a ellos. Un niño se puede preguntar: "¿Seré yo el siguiente? ¿Me podría pasar a mí?".
Para calmar sus miedos, prepárese para decir la verdad, pero de una forma que se adapte a la madurez emocional de su hijo. No entre en detalles que no le interesen a su hijo o que él no pueda asimilar.
Aunque es verdad que algunas cosas no se pueden controlar, los padres deben dejar que sus hijos compartan sus miedos. Anime a su hijo a hablar abiertamente de lo que le asusta.
Es menos probable que los niños mayores y los adolescentes acepten las explicaciones de sus padres sin cuestionarlas. Sus dudas iniciales pueden ocultar su preocupación real por el suceso. La disponibilidad de sus padres a estar a su lado y a escucharlos les trasmitirá un mensaje de apoyo y los ayudará a afrontar sus miedos.
Hable a su hijo sobre lo que están haciendo los centros escolares para proteger al os estudiantes. Muchos centros están tomando precauciones adicionales con este fin. Algunos se centran en evitar que entren armas en la escuela, utilizando medidas como la inspección aleatoria de bolsas y de casilleros, limitando las vías de entrada y de salida de la escuela y manteniendo esas vías bajo la supervisión de los profesores. Otros centros utilizan detectores de metales.
En muchos cursos escolares se han añadido temas sobre cómo resolver conflictos evitando a toda costa acudir a la violencia. El apoyo entre iguales y otros programas ayudan a los alumnos a fijarse en los signos que pueden indicar que un compañero puede estar teniendo problemas o volviéndose violento.
Otra cosa que ayuda a que las escuelas sean más seguras es la mayor conciencia que existe en los centros sobre problemas como el acoso escolar (o bullying) y la discriminación. Ahora muchas escuelas disponen de programas para hacer frente a estos problemas, y tanto los profesores como la dirección están más preparados para proteger a sus alumnos de la violencia.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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