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¿Recuerda aquella antigua canción infantil que dice "The thighbone's connected to the hipbone" (el hueso del muslo se conecta con el hueso de la cadera)? Bien, la canción puede ser tonta, pero hay algo que es cierto: una conexión buena y estable en la articulación de la cadera es lo que nos permite caminar, correr, saltar y hacer muchas otras actividades.
Sin embargo, en algunos niños, particularmente en los que son obesos, el hueso del muslo y el de la cadera no están conectados como deberían debido a una afección llamada slipped capital femoral epiphysis (deslizamiento de la epífisis capital femoral, SCFE, o epifisiolisis). Si bien el término parece un trabalenguas, sencillamente hace referencia a un desplazamiento en la parte superior del hueso del muslo, o fémur, que hace que la articulación de la cadera se vea debilitada.
Por suerte, cuando se detectan de manera temprana, la mayoría de los casos de SCFE pueden tratarse de manera satisfactoria.
Para comprender el SCFE, primero debe saber un poco sobre la articulación de la cadera. La cadera es una enartrosis, lo que significa que el extremo esférico de un hueso (en este caso, la "esfera" del hueso del muslo) encaja en la cavidad de otro hueso (el cotilo, o la cavidad con forma de taza de la pelvis). Las enartrosis ofrecen la mayor amplitud de movimiento de todos los tipos de articulaciones, y esto explica por qué podemos mover las piernas hacia adelante, hacia atrás y en círculos.
En los niños y adolescentes que todavía están creciendo, también hay un cartílago de crecimiento en la parte superior del hueso del muslo, justo debajo de la parte esférica (también conocida como cabeza femoral) de la articulación. Este cartílago de crecimiento se llama fisis y, al estar compuesto por cartílagos, es más débil que un hueso. La función de la fisis es conectar la cabeza femoral al hueso del muslo y, a su vez, permitir que el hueso se alargue y crezca.
Cuando un niño tiene SCFE, la cabeza femoral del hueso del muslo se desliza a través de la epífisis, casi de la misma manera en que una bola de helado podría deslizarse de un cono. A veces esto sucede de repente, por ejemplo, después de una caída o lesión deportiva, pero a menudo sucede gradualmente sin que haya una lesión previa.
Por lo general, el SCFE se clasifica de la siguiente manera:
En ocasiones, el SCFE puede irritar los nervios que se extienden por la pierna, y esto causa dolor referido (dolor que se origina en una parte del cuerpo, pero que se siente en otra). En este caso, el dolor se origina en la articulación anormal de la cadera, pero se siente en la articulación normal de la rodilla.
Si bien algunos de los casos de SCFE afectan solo un lado de la cadera, con el tiempo se descubre que muchos de ellos son bilaterales (afectan ambos lados de la cadera). Cuando el SCFE afecta un lado de la cadera, es posible que los médicos observen atentamente el otro lado de la cadera para ver si desarrolla SCFE; o, si es muy probable que esto suceda, pueden recomendar el tratamiento del otro lado al mismo tiempo. La detección temprana del SCFE marca una gran diferencia en cuanto a la facilidad con que los médicos pueden tratarlo.
No se sabe con certeza cuáles son las causas del SCFE, pero ocurre mayormente en niños de 11 a 16 años de edad que están pasando por un período de crecimiento acelerado. Es más frecuente en los varones, aunque las niñas también pueden verse afectadas. También es más probable en niños que tienen los siguientes factores de riesgo, y todos ellos pueden afectar la salud de los huesos:
Si se sospecha que un niño tiene SCFE, se deberá consultar a un médico ortopédico, que es un especialista en el tratamiento de los huesos. El médico realizará un examen físico exhaustivo, que consiste en controlar la amplitud de movimiento de la cadera y las piernas, y observar si hay dolor. También hará radiografías de la cadera para comprobar si hay deslizamiento en la cabeza del hueso del muslo.
A veces el resultado de las radiografías es normal, incluso cuando hay síntomas. En estos casos es posible que se indique un estudio de imágenes por resonancia magnética (IRM) o una gammagrafía ósea. La IRM puede destacar contrastes en el tejido blando, y esto hace que sea especialmente útil en la comprensión de los problemas de las articulaciones y del cartílago, y en el diagnóstico temprano del SCFE.
El SCFE siempre se trata con cirugía para estabilizar el hueso que se deslizó. Sin embargo, incluso antes de la cirugía, el médico intentará impedir que se produzca un mayor deslizamiento, y para ello recomendará reposo y el uso de muletas para evitar que el paciente cargue peso sobre la pierna afectada. A menudo, una vez que se descubre el SCFE, los pacientes ingresan al hospital para asegurarse de hacer reposo y de que el tratamiento se lleve a cabo lo antes posible.
Cuando los deslizamientos son más leves, la cirugía suele realizarse como un procedimiento ambulatorio, lo que significa que el niño puede abandonar el hospital el mismo día de la cirugía o el día posterior si no hay complicaciones.
Los deslizamientos más graves pueden requerir una cirugía de mayor envergadura y una estadía más prolongada en el hospital. Este tipo de cirugía se realiza con anestesia general (cuando el paciente está completamente dormido). Mediante el uso de un radioscopio como guía, un aparato de rayos X especial que muestra en una pantalla de televisión una imagen en tiempo real de la cadera, el cirujano hará una pequeña incisión cerca de la cadera y luego colocará un tornillo o un clavo de metal en el hueso y el cartílago de crecimiento para mantenerlo en su lugar.
En ocasiones, el cirujano estabilizará también la otra cadera, incluso si todavía no se ha deslizado, sencillamente porque el riesgo de que suceda es alto. Es posible que los deslizamientos más graves requieran de una cirugía para volver a alinear la cadera y proteger los vasos sanguíneos antes de colocar los clavos.
Después de la cirugía, generalmente los pacientes pueden caminar con muletas, cargando solo parte de su peso sobre la pierna afectada. Los pacientes que reciben tratamiento en ambos lados de la cadera generalmente deben usar una silla de ruedas durante las dos semanas posteriores a la cirugía.
Cuando el SCFE se detecta y se trata de manera temprana, la mayoría de los niños obtienen buenos resultados. Seguramente recibirán fisioterapia para fortalecer los músculos de la cadera y las piernas, y deberán hacerse radiografías de seguimiento para controlar la afección. En la mayoría de los casos leves, no obstante, no es necesario realizar otra cirugía.
Sin embargo, en los niños con SCFE inestable, sí hay más posibilidades de que surjan otros problemas, como rigidez en la cadera, artritis prematura, diferencias en la longitud de las piernas o necrosis avascular (cuando parte de la "esfera" muere por falta de irrigación sanguínea). También tienen más probabilidades de necesitar otra cirugía para volver a alinear la cadera a medida que crezcan.
Desde luego, no hay manera de prevenir el SCFE en todos los niños. Sin embargo, algo que los padres pueden hacer para reducir el riesgo es estimular a los niños a que mantengan su peso en un intervalo saludable. El mantenimiento de un peso saludable puede ser muy beneficioso para evitar que los huesos y las articulaciones de los niños sufran un desgaste excesivo que puede debilitarlos y dañarlos. Por lo tanto, si necesita ayuda para averiguar cómo hacer que su hijo inicie un plan saludable de dieta y ejercicio, hable con su médico.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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