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El preescolar ofrece muchas ventajas. Puede ser un gran lugar para que los niños interactúen con sus pares y aprendan lecciones de vida valiosas, como compartir, esperar su turno y respetar reglas. También puede prepararlos a nivel académico para el kindergarten y las etapas posteriores.
Pero ir al preescolar provoca algunos sentimientos, tanto en los padres como en los niños. En el niño, la entrada a un nuevo ambiente de preescolar, lleno de maestros y niños desconocidos, puede causar tanto ansiedad como emoción. Los padres tal vez tengan sentimientos encontrados acerca de si su hijo está preparado para el preescolar.
Sentirse cómodo con la decisión y el ambiente del preescolar puede ayudarlos tanto a usted como a su hijo a sentirse preparados.
Dedique tiempo a hablar con su hijo acerca del preescolar antes de que comience. En los meses y las semanas previos a la escuela, muéstrele gradualmente a su hijo las actividades que suelen hacerse en un salón de clase. Por ejemplo, si un niño acostumbrado a hacer garabatos con papel y crayones en el hogar, se sentirá aliviado de ver que hay crayones y papel en el salón de preescolar.
Visite el salón de preescolar con su hijo unas pocas veces antes de que comiencen las clases. Esto puede aliviar las preocupaciones por este territorio desconocido. Las visitas también le dan la oportunidad de conocer al maestro de su hijo y de hacerle preguntas acerca de las rutinas y las actividades comunes. Puede presentarle algunas de estas rutinas y actividades en el hogar para que puedan resultarle familiares.
Mientras esté en el salón de clase, permita que su hijo explore y observe el lugar y que elija si desea interactuar con otros niños. Esto ayuda a los niños a familiarizarse con el salón de clase y les permite explorar nuevos juguetes que usarán cuando comiencen las clases.
También puede preguntar de qué manera maneja el maestro los días iniciales llenos de lágrimas. ¿Cómo se estructurará la primera semana para que la transición sea gradual para su hijo?
Si bien es importante que reconozca la importancia del paso que su hijo está por dar y que le ofrezca apoyo, centrarse demasiado en el cambio podría empeorar la ansiedad. Los niños pequeños pueden ver las señales no verbales de sus padres. Cuando los padres se sienten culpables o preocupados por dejar al niño en la escuela, es probable que los niños se den cuenta.
Cuanto más tranquilo y seguro esté con la elección de enviar a su hijo al preescolar, más confiado estará su hijo.
Cuando entre en el salón de clase el primer día, vuelva a presentarle tranquilamente al maestro a su hijo, después dé un paso al costado y permita que el maestro comience a forjar una relación con su hijo. Su aprobación del maestro le hará saber a su hijo que estará feliz y seguro bajo su cuidado.
Si su hijo se aferra a usted o no quiere participar en la clase, no se preocupe; esto podría hacer que su hijo esté más acongojado. Despídase siempre con un saludo afectuoso de su hijo, pero una vez que lo haga, váyase rápidamente. No se escape. Por más que resulte tentador, irse sin despedirse puede hacer que los niños se sientan abandonados. Una despedida prolongada, por el contrario, solo reforzaría en el niño la sensación de que la escuela no es un buen lugar.
Una rutina de despedida predecible y sistemática puede hacer que resulte más fácil irse. Algunos padres saludan con la mano por la ventana del salón o hacen una mueca divertida, mientras que otros hacen un ritual de saludo especial con las manos antes de partir. Los objetos de transición (como una fotografía de la familia, un muñeco especial o su frazada favorita) también pueden ayudar a tranquilizar a su hijo. Además, recuerde que la mayoría de los niños están bien una vez que los padres se van.
Sin importar si su hijo está ansioso por ir a la escuela o no está muy convencido de hacerlo, asegúrese de que el personal de la escuela esté preparado para ayudarlo en la transición cuando llegue. Algunos niños se irán directamente con sus compañeros de clase mientras que otros tal vez deseen recibir el abrazo de uno de los cuidadores antes de unirse al grupo.
Muchos niños en edad preescolar comienzan con un ritual diario, como una ronda (cuando el maestro y los niños hablan sobre lo que hicieron el día anterior y las actividades que harán durante el día). Los niños en edad preescolar suelen responder a este tipo de rutina predecible y seguirla los ayudará a facilitar la transición del hogar a la escuela.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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