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Ha tomado la decisión de que su hijo con necesidades especiales vaya a un campamento el próximo verano. Pero eso solo es el primer paso; usted podrá elegir entre inscribirlo en un campamento pensado solamente para niños con necesidades especiales o en un campamento ordinario donde conviva con niños sin necesidades especiales. Una vez haya tomado esta segunda decisión, ¿qué pueden hacer para prepararse?
Si no ha podido visitar el campamento, obtenga la máxima información posible sobre él, incluyendo una descripción de su estructura física y un vídeo, en el caso de que el campamento disponga de uno, y véalos con su hijo.
Dígale a su hijo que usted hablará con el personal del campamento con regularidad y que él siempre podrá informar al personal en caso de que no se satisfagan sus necesidades. Tranquilice a su hijo diciéndole que tanto usted como el personal del campamento tomarán todas las precauciones necesarias para garantizar la seguridad de todos los niños.
Háblele a su hijo sobre las ventajas de asistir a un campamento y sobre algunos de los objetivos que él podría tener al respecto, como probar un deporte nuevo, hacer nuevas amistades o simplemente disfrutar de un período sin visitas médicas y sesiones de terapia.
Cuando al lo asusta la idea de asistir a un campamento residencial (donde pasan la noche) o a uno ordinario (integrado), los padres pueden decidir inscribirlo en un campamento diurno o en un equipo deportivo para niños con necesidades especiales. Esto puede aportarle al niño seguridad en sí mismo y desarrollar habilidades que necesita para tener ganas de asistir a un campamento de tipo residencial en el futuro.
Empiece con una actividad deportiva regular o un campamento diurno. Luego inscriba a su hijo en un campamento para niños con necesidades especiales para que se acostumbre a estar fuera de casa antes de enviarlo a un campamento ordinario (integrado).
Otra opción posible a considerar consiste en inscribir a su hijo en un campamento con un amigo o hermano. Si lo inscribe en un campamento ordinario, su acompañante no necesita tener necesidades especiales para poderse inscribirse. El hecho de ir al campamento con un amigo puede reducir el estrés de padres e hijos porque tanto el niño con necesidades especiales como su acompañante estarán pendientes el uno del otro.
Algunos padres son reticentes a compartir demasiada información sobre su hijo con el personal del campamento por miedo a que eso tenga repercusiones negativas sobre el niño (por ejemplo, pueden preguntarse si el campamento seguirá aceptando a su hijo o si estarán preparándole el terreno para el fracaso). Pero los buenos campamentos querrán y necesitarán saber la máxima información posible sobre sus campistas: cuanto más sepan, mucho mejor.
Consulte a su pediatra y a otros especialistas como el fisioterapeuta, para asegurarse de proveer al director y al personal del campamento toda la información necesaria, y pregunte al personal del campamento si dispones de toda la información necesaria.
Usted puede contribuir a educar al personal del campamento que cierto tiempo para responder preguntas antes de dejar a su hijo en el campamento. Esta tarea es decisiva. Por ejemplo, si su hijo va a asistir a un campamento ordinario (integrado), usted deberá tener la seguridad de que su hijo puede acceder a todos los espacios y que el personal entiende cuáles son sus necesidades.
Muchos campamentos entregan a los padres formularios a rellenar que contienen información sobre las necesidades dietéticas y médicas del futuro campista. E, independientemente de que su hijo vaya a un campamento diurno o a uno residencial, usted deberá proporcionar al personal una lista de teléfonos de urgencias y de correos electrónicos y asegurarse de que saben cómo contactarse con usted en cualquier momento mientras el niño esté en campamento.
Si su hijo toma alguna medicación, incluya el número de teléfono de su pediatra por si se perdiera la receta y el personal necesitara una nueva. Compruebe también si la farmacia del campamento dispone de reservas de las medicinas que toma su hijo. En caso negativo, envíe al campamento un extra de medicación por si acaso.
Intente limitar el equipo especial que lleva su hijo al campamento, sobre todo si es caro o fácil de romper. Lo más probable es que los niños que asisten a un campamento ordinario (integrado) quieran ser como los demás niños, de modo que haga cuanto pueda para satisfacer ese deseo. Y marque o etiquete con el nombre de su hijo absolutamente todo lo que lleve al campamento para que resulte más fácil controlar sus pertenencias; marcar absolutamente todo significa no olvidarse de marcar las muletas y su funda, en el caso de que su hijo las utilice.
Si el campamento todavía no le ha enviado una lista de artículos recomendados, usted debería llamar al personal para solicitarla. Cada campamento tiene su propia lista.
También tiene la posibilidad de facilitar cualquier personal de apoyo que necesite su hijo. Si su hijo necesita un especialista para que le aplique determinado tratamiento, usted deberá organizar las cosas con la dirección del campamento para que esa persona acuda a determinadas horas. O tal vez su hijo necesite una atención constante a lo largo de todo el día; en tal caso, deberá hablar con el director del campamento sobre qué pueden hacer para adaptar el campamento a dicha necesidad.
Recuerde, no obstante, que tal vez prefiera que su hijo tome también "vacaciones" de terapias y tratamientos. De todos modos, antes de decidir posponer cualquier tratamiento, hable con su pediatra.
En muchos campamentos no esta permitido el contacto directo entre padres e hijos mientras dura el campamento; esto obedece a que así se facilita que los campistas se concentren en las actividades del campamento. Esto puede asustar bastante a los padres de niños con necesidades especiales, por lo cual es importante que averigüe, con tiempo de antelación, cómo podrá obtener información sobre el estado de su hijo durante el campamento. ¿Le llamará el personal del campamento para irle poniendo al día o bien le permitirán llamar o enviar de vez en cuando correos electrónicos al supervisor y al personal del campamento?
No obstante, como cualquier padre de un niño que va de campamento, los padres de niños con necesidades especiales podrán escribirles cartas para recordarles lo mucho que les quieren, que les echan de menos y que tiene muchas ganas de que les expliquen sus nuevas experiencias como campistas.
Y como cualquier otro niño, probablemente su hijo no querrá que usted le corte las alas cuando vaya de campamento. Lo mejor que puede hacer es respetar la necesidad de libertad e independencia de su hijo mientras disfruta de un campamento seguro.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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