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Motivar a los niños en edad escolar para que sean activos

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Mantenerse activo todos los días

La mayoría de nosotros sabe que los niños deben hacer al menos 60 minutos de actividad física por día. Y una hora de actividad parece un objetivo bastante sencillo.

Pero a medida que los niños crecen, las mayores exigencias horarias pueden hacer que lograr hacer una hora de ejercicio físico sea un desafío. Además, algunos niños pasan horas frente al televisor, jugando videojuegos y navegando por Internet. Incluso el estudio y la lectura, que son importantes, pueden contribuir a la falta de actividad física.

Por otra parte, en esta etapa de la vida, los niños suelen enfrentarse con una decisión importante en la práctica de deportes. Quienes son deportistas natos probablemente aumenten el compromiso y el tiempo que dedican a los deportes, algo que es muy bueno para su estado físico. Pero los deportistas ocasionales tal vez pierdan el interés y decidan abandonar los equipos y las ligas. A menos que encuentren actividades para reemplazarlas, sus niveles de actividad física suelen disminuir.

Pero mantenerse activo es una parte fundamental de la buena salud de los niños en edad escolar. El ejercicio físico fortalece los músculos y los huesos, y permite que los cuerpos puedan hacer las cosas habituales que hacen los niños, como levantar una mochila o correr una carrera. También ayuda a controlar el peso y reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como la presión arterial elevada y la diabetes tipo 2.

Mantener a los niños motivados

Entonces, ¿cómo se puede motivar a los niños para que hagan actividad física, en especial a los que no son deportistas natos?

Los niños pueden estar en forma aunque no ganen ningún trofeo. La clave consiste en buscar actividades que disfruten. Las opciones son muchas, desde el patinaje y la bicicleta hasta el tenis y la natación.

Cuando los niños disfrutan de una actividad, vuelven a hacerla, mejoran, se sienten realizados y quieren dedicar más tiempo a esa actividad. Del mismo modo, si se los obliga a hacer actividades que no son de su agrado, es poco probable que quieran participar, terminarán frustrados y sentirán que el ejercicio físico es una obligación.

Vaya a lo básico con los niños de 6 a 8 años

Exponga a los niños más pequeños a una variedad de actividades, juegos y deportes. Concéntrese en la diversión. Con frecuencia, lo ideal es una combinación de actividades en la escuela y en el hogar. Y asegúrese de dejar algo de tiempo libre para que sean los niños los que decidan qué hacer.

A esta edad, los niños aún están dominando las habilidades físicas básicas, como saltar, lanzar, patear y atrapar. A la mayoría de ellos, les llevará unos pocos años más combinar estas habilidades de la manera en la que muchos niños de 11 años lo hacen (por ejemplo, atrapar una pelota de béisbol, correr hacia la base y lanzar la pelota, todo en un movimiento ininterrumpido). Por eso, si su hijo forma parte de un equipo deportivo, asegúrese de que los entrenadores fijen expectativas realistas.

Estas expectativas también son importantes cuando se trata de lo que los niños pueden manejar mentalmente. Los niños menores no suelen estar preparados para la presión de la competencia ni pueden comprender las estrategias complejas. Busque equipos, ligas y clases que pongan el énfasis en los aspectos básicos y que animen y elogien a los niños a medida que mejoran estas habilidades.

Si se los practica de manera adecuada, los deportes en equipo y otras actividades grupales pueden enseñarles a los niños mucho acerca del trabajo en equipo y el espíritu deportivo.

Los niños de 9 a 12 años son más coordinados

Los niños mayores en edad escolar ya dominan las habilidades básicas y pueden empezar a disfrutar de los beneficios de ser más coordinados. Esto significa que un niño al que le gusta el baloncesto ya no arroja la pelota a lo loco en dirección al aro sino que trata de perfeccionar sus tiros libres.

También comprenden mejor las reglas. Los padres de niños que participan en deportes en equipo tal vez deseen hablar acerca del modo de afrontar las derrotas y los fracasos, y recordarles a los niños que los deportes deben continuar siendo divertidos aunque haya más competencia.

Sin importar si se trata de fútbol o de ballet, si su hijo no disfruta de una actividad o se siente frustrado por el fracaso, tal vez haya llegado el momento de buscar otra actividad. Esto no significa que el tiempo que dedicó a esas actividades sea tiempo perdido. Al contrario, pregúntele a su hijo qué otra cosa le gustaría probar. Lo ideal es que esta transición se dé sin inconvenientes y sin que el niño sienta que ha fracasado para evitar los sentimientos negativos hacia los deportes y la actividad física en general.

Ayudar a los niños a encontrar su lugar

Al escoger actividades, considere los intereses, habilidades y el tipo de cuerpo de su hijo. Para los niños más robustos, el fútbol americano tal vez sea un buen deporte porque el tamaño es una ventaja. Si el niño es más menudo, tal vez disfrute del béisbol o de un deporte que no sea en equipo.

También debe tener en cuenta el temperamento. Un niño apacible, que tal vez no se sienta cómodo jugando al fútbol americano, quizás disfrute del desafío del karate. Del mismo modo, una niña activa tal vez no tenga la paciencia y el control necesarios para el ballet, pero tenga aptitudes para una actividad con un ritmo más vertiginoso, como el fútbol.

Los rasgos de personalidad y la aptitud deportiva se combinan y ejercen influencia sobre la actitud de un niño hacia su participación en los deportes y otras actividades físicas. ¿Cuál de los siguientes tres tipos de personalidad deportiva describe mejor a su hijo?

No deportista: Estos niños tal vez no tengan aptitudes deportivas o no disfruten de la actividad física. A esta edad, los niños se dan cuenta de estas diferencias y algunos tal vez sean blanco de burlas por esto. El peligro no es que abandonen una actividad de la que no disfrutaban, sino que abandonen por completo la actividad física.

Deportistas ocasionales: Estos niños están interesados en mantenerse activos, pero no son jugadores destacados, por eso el riesgo es que se desanimen en un ambiente deportivo competitivo. La mayoría de los niños pertenecen a esta categoría, pero en una cultura obsesionada con el éxito, es muy fácil ignorarlos como deportistas. Anímelos para que se mantengan activos aunque no sean los jugadores más destacados.

Deportistas natos: Estos niños tienen aptitud deportiva, están comprometidos con un deporte o una actividad y es probable que aumenten tanto el tiempo que dedican a entrenar como la intensidad de la competencia. Al llegar a los últimos años de la escuela primaria, algunos están felizmente asentados en un deporte o una actividad. Es importante asegurarse de que los deportistas natos no desatiendan el trabajo escolar, descansen lo suficiente y continúen disfrutando del deporte. Deje que su hijo continúe probando y disfrutando de una variedad de actividades físicas.

Los padres pueden marcar la diferencia

Los niños acuden a sus padres en busca de orientación, apoyo y aliento. Es muy importante dar un buen ejemplo, por lo tanto, no rezongue cuando tenga que hacer ejercicio físico; conviértalo en una prioridad y busque oportunidades de mantenerse físicamente activo en familia.

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Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.

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