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Técnicas de relajación para niños con enfermedades graves

Controlar el estrés

No hay nada en una enfermedad grave que sea fácil, pero una de las cosas más duras para un padre o una madre consiste en ser testigo de cómo su hijo lucha contra el dolor, el estrés y la ansiedad.

A pesar de lo que nos digamos a veces a nosotros mismos, el estrés no solo está en nuestra mente. La respuesta del estrés (también conocida como "reacción de lucha-huida") provoca un incremento de las concentraciones de adrenalina y otras hormonas que desencadenan cambios puramente físicos en el cuerpo: se acelera el corazón y la respiración, aumenta la tensión arterial, se enlentece la digestión y se dilatan las pupilas. El estrés crónico pasa factura tanto al cuerpo como a la mente.

La buena noticia es que el hecho de utilizar diversas técnicas de relajación de la mente y el cuerpo puede ayudar a atajar la "reacción de lucha-huida". Las técnicas de relajación no solo pueden reducir los síntomas estrictamente corporales de su hijo sino que también pueden contribuir a que recupere (¡al igual que usted!) una sensación de control y de seguridad sobre lo que está viviendo. Por lo tanto, estas técnicas pueden ayudar a todo el mundo a encontrar momentos de paz mental, entre el caos y el aislamiento que conllevan toda enfermedad grave y su tratamiento médico.

Técnicas que pueden ayudar

Estas técnicas están pensadas para que padres e hijos las practiquen conjuntamente. La mayoría se pueden aplicar en pocos minutos y en cualquier lugar, sea un sitio tranquilo y silencioso o un hospital abarrotado de gente, y no requieren de ninguna herramienta especial.

De todos modos, es importante saber que estas técnicas deben utilizarse como complemento del tratamiento médico convencional de la ansiedad y el dolor, y nunca en lugar de estos últimos; proceder de éste modo podría hacerle al niño más mal que bien.

Si su hijo presenta ansiedad y/o dolor, pregunte a su pediatra cómo lo puede ayudar. Y consulte siempre al equipo médico que atiende a su hijo para asegurarse de que sus síntomas están relacionados con el estrés y no con un problema médico distinto.

Respiración consciente

El dolor y el estrés pueden llevar a un niño a respirar más deprisa o de forma más superficial e incluso a contener la respiración, y todo esto puede alimentar la respuesta del estrés y aumentar la intensidad del dolor. Prestar atención a la respiración puede ayudar a tranquilizar la mente.

Pruebe el siguiente ejercicio con su hijo:

  • Primer paso. Siéntense o estírense cómodamente y colóquense una mano sobre el estómago y la otra sobre el pecho.
  • Segundo paso. Cierren los ojos e intenten relajar todos los músculos, uno a uno, desde las puntas de los dedos de los pies hasta la parte superior de la cabeza. No se olviden de relajar los músculos de la cara, el cuello y la mandíbula; es posible que se haya acumulado mucha tensión en estas partes del cuerpo.
  • Tercer paso. Respiren regular y profundamente durante varios minutos e intenten que el estómago (abdomen) suba y baje, no solo el pecho. Esto les ayudará a respirar más hondo.
  • Cuarto paso. Presten atención a cada respiración; traten de concentrase en cada inhalación y cada exhalación. Mientras exhalen, imaginen la tensión abandonando su cuerpo con cada respiración.

Al principio, puede resultar difícil que tanto usted como su hijo se concentren en la respiración. Los pensamientos distractores son normales, pero en lugar de dejarse llevar por ellos y permitir que les dominen, intenten que salgan de sus mentes, como si se trataran de globos soltados al aire.

Método de respuesta de relajación

Esta técnica pide a la persona que se concentre en su respiración y que tranquilice su mente para generar una sensación de calma y de bienestar. Mediante la repetición de una palabra, frase u oración a lo largo de todo el ejercicio, la mente permanece concentrada con mayor facilidad. Mientras practican este ejercicio, es normal que les vengan pensamientos a la mente. Dígale a su hijo que los ignore y que se concentre en la palabra o frase que esté repitiendo.

Esta técnica, denominada "respuesta de relajación", es similar a una forma de meditación oriental y fue el médico Herbert Benson quien se encargó de introducirla y divulgarla por occidente en la década de los años setenta del siglo XX. Para generar la respuesta de relajación, siga los cuatro pasos de la técnica anterior y añádales los siguientes pasos:

  • Quinto paso. Escojan una palabra, frase, sonido u oración como "om", "uno" o "paz".
  • Sexto paso. Mientras respiren, díganse la palabra escogida a sí mismos silenciosamente al exhalar.
  • Séptimo paso. Continúen durante cinco a diez minutos, a ser posible incrementando la duración de la sesión hasta de diez a veinte minutos.
  • Octavo paso. Cuando acaben, no se levanten de inmediato. Sigan sentados tranquilamente durante un rato, permitiendo que entren otros pensamientos en sus metes. Abran los ojos pero permanezcan sentados durante un minuto más antes de levantarse.

Cuando practiquen esta técnica, procedan a su propio ritmo. No crean que deben alcanzar un nivel de relajación profunda de inmediato. A menudo, la sensación de calma y bienestar se experimenta más adelante o en momentos de crisis.

Para lograr unos buenos resultados, intente practicar esta técnica junto con su hijo una o dos veces al día, pero nunca durante las dos horas inmediatamente posteriores a las comidas, porque la digestión puede interferir en la respuesta de relajación. Algunas personas constatan que el mejor momento para meditar es a primera hora de la mañana, antes de desayunar.

Imaginación guiada

Un número creciente de investigaciones médicas sugiere que la imaginación también puede ayudar a reducir el dolor y la ansiedad y a favorecer los sentimientos positivos. De hecho, se ha constatado que la gente que practica la imaginación guiada durante la quimioterapia se siente más relajada y positiva sobre esta experiencia que quienes no la practican.

La técnica de la imaginación guiada (también conocida como técnica de "visualización") suele funcionar mejor cuando una persona empieza con unos pocos minutos de respiración consciente. He aquí cómo funciona: con los ojos cerrados, imagínese un lugar seguro o un lugar que visitó en el pasado que le trasmitió una sensación de alegría, satisfacción y plenitud. Mantenga la imagen de ese lugar en la mente durante un rato, intentando reproducir todos los detalles de cuanto veía y oía:

  • ¿Cómo nota la tierra o el suelo que tiene bajo sus pies? ¿Hace calor o frío? ¿Corre la brisa a su alrededor?
  • ¿Se oyen ruidos de animales en la distancia o sonidos de la naturaleza (como el agua que fluye)?

Si usted y su hijo son lo más descriptivos posible sobre el lugar seleccionado, esto les facilitará la entrada en esa escena y los ayudará a sentirse más relajados.

A algunos niños les resulta más fácil hacer este ejercicio cuando los guía un padre, otro instructor o un CD o DVD de visualización.

Al igual que con la meditación, también llegarán a sus mentes pensamientos distractores mientras practiquen la imaginación guiada. Admitan esos pensamientos y luego dejen que se desvanezcan mientras se vuelven a concentrar en las imágenes que ven y los sonidos que oyen.

Musicoterapia

Del mismo modo que una imagen agradable puede tranquilizar la mente y calmar el cuerpo, también lo puede hacer la música. Se ha constatado que los niños que hacen sesiones de musicoterapia (el uso de la música, basado en investigaciones, para levantar el ánimo y fomentar el bienestar mental y físico) tienen la frecuencia cardíaca y la tensión arterial más bajas, así como menos ansiedad.

Muchos hospitales disponen de musicoterapeutas titulados y con experiencia, que trabajan de forma individual con cada niño, desarrollando programas de tratamiento personalizados que les permiten:

  • jugar activamente, lo que incluye escuchar música
  • bailar o mover el cuerpo mientras escuchan música
  • tocar instrumentos o improvisar con ellos
  • cantar con música de fondo

Para participar en sesiones de musicoterapia, su hijo no necesita conocer las notas ni tener ninguna aptitud especial para la música. Y lo mejor de todo es que los dos pueden hacer sesiones de musicoterapia en su propia casa. Si eligen músicas que les gustan a ambos y se reservan un tiempo para escucharlas, bailar, cantar o experimentar con un instrumento los dos juntos, usted podrá trasmitir a su hijo las muchas formas de disfrutar de la música.

Terapia energética

La terapia energética se basa en la idea de que hay corrientes eléctricas en todos los organismos vivos. Estas corrientes producen campos magnéticos de energía que se extienden más allá de los cuerpos, como el campo electromagnético de la Tierra. Los defensores de este tipo de terapia consideran que los toques o palpaciones suaves o los movimientos de las manos sobre el cuerpo pueden reorientar la energía hacia partes del cuerpo donde sea necesaria para "equilibrar" el cuerpo o guiarlo hacia la armonía.

La terapia energética sigue sin haberse explorado científicamente, pero se afirma que favorece la curación y ayuda a los niños a sentirse más relajados, menos ansiosos y menos preocupados por el dolor. También les tramite una sensación de control y de que pueden hacer algo para encontrarse mejor.

Se practican muchos tipos de terapia energética por todo el mundo, como el toque terapéutico, el toque curativo, el Reiki, el Johrei (originario de Japón) y el Qi gong (originario de China).

Muchos hospitales norteamericanos ofrecen el servicio del toque curativo como complemento de los tratamientos ordinarios contra la ansiedad, el dolor y otros problemas médicos, lo que significa que se utilizan junto con tratamientos y medicamentos prescritos por los equipos médicos.

Algunos miembros del personal de enfermería, algunos médicos y otros profesionales de la sanidad disponen de un título para administrar técnicas de toque curativo (obtenido a través de un examen oficial nacional). El toque curativo es la única modalidad de terapia energética que cumple este requisito. Estos profesionales pueden ofrecer este servicio a su hijo; también le pueden enseñar a usted a practicar el toque curativo en casa.

Masaje terapéutico

Si prefiere un enfoque más práctico y más activo para calmar y reconfortar a su hijo, tal vez opte por los masajes. Las ventajas de los masajes son bien conocidas, ya que aportan relajación muscular e incrementan el flujo sanguíneo y el oxígeno en las partes masajeadas, ayudando a aliviar el estrés y a disminuir el dolor.

Pero hay algunos tipos de masajes que no son recomendables para ciertos tipos de afecciones. Por lo tanto, consulte al pediatra de su hijo antes de hacerle masajes o de llevarlo a un masajista.

Entre los tipos de masajes más frecuentemente utilizados en la medicina complementaria, se incluyen los siguientes:

  • Masaje sueco. Los masajistas utilizan las manos para mover los músculos y las articulaciones mediante palpaciones largas y suaves, movimientos de repiqueteo, fricciones (realizadas desplazando las manos rápidamente) y amasamientos. Se pueden utilizar aceites para hacer el masaje. Por lo tanto, se debería asegurar de informar al masajista sobre cualquier alergia o sensibilidad a ingredientes que tenga su hijo.
  • Masaje de tejidos profundos. En este masaje, se utilizan muchas de las técnicas del masaje sueco, con la salvedad de que el masajista aplica más presión en áreas específicas, concentrándose en las capas más profundas de los músculos y del tejido conjuntivo.
  • Masaje de puntos de presión. Al igual que en el masaje de tejidos profundos, esta técnica masajea las capas de tejido más profundas, centrándose en lo que los masajistas denominan puntos de tensión (o "nudos") que hay dentro del tejido conjuntivo o muscular y que suelen ser dolorosos cuando se presionan.

Muchos hospitales disponen de masajistas profesionales que ofrecen masajes, tanto a los pacientes como a sus familiares. Por lo tanto, averigüe si su hospital dispone de este servicio.

Saber más

Estos solo son unos pocos de los muchos métodos que existen para ayudar a los pacientes y a sus familias a afrontar el dolor y la ansiedad. Mucha gente descubre que el yoga, los estiramientos o los ejercicios suaves también ayudan a tranquilizar la mente y a calmar el cuerpo.

Para aprender más cosas sobre las técnicas de relajación, hable con el equipo médico que atiende a su hijo.

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Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.

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