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Cuanta más intensidad ponen los niños en el juego, más fuerte se golpean. La realidad es que los huesos rotos, o fracturas, son muy comunes en la niñez y por lo general ocurren cuando los niños juegan o participan en deportes.
La mayoría de las fracturas ocurren en las extremidades superiores: la muñeca, el antebrazo y arriba del codo. ¿Por qué? Por instinto, cuando los niños se caen, ponen las manos para intentar resguardarse de la caída.
Si bien es común que los niños se rompan un hueso en algún momento de sus vidas, este evento no deja de ser algo atemorizante tanto para los niños como para los padres. A continuación le diremos claramente lo que sucederá en esta situación.
Las caídas son una parte normal de la niñez, pero no todas las caídas resultan en un hueso roto. Los síntomas típicos de una fractura son el dolor, la hinchazón y la deformidad (un bulto o un cambio en la forma del hueso). Sin embargo, cuando no hay desplazamiento de los huesos (los huesos a ambos lados de la fractura están alineados), es más difícil determinar si el hueso está roto o no.
Los siguientes son indicios de que el hueso se ha roto:
Si cree que su hijo se ha fracturado, debe buscar atención médica inmediatamente.
No mueva a su hijo y pida atención de emergencia si:
En el caso de las lesiones menos serias, trate de estabilizar la lesión lo antes posible, siguiendo los siguientes pasos:
Un médico es capaz de determinar si el hueso está roto o no, simplemente mirando el área lesionada. Pero el médico pedirá que se haga una radiografía para confirmar que hay una fractura y determinar el tipo.
Tranquilice a su hijo diciéndole que, con un poco de paciencia y cooperación, la radiografía que se tomará para ver el hueso roto no llevará mucho tiempo. Después, su hijo estará listo para lucir un yeso hermoso, que sus amigos podrán firmar.
En el caso de los niños más pequeños, que tendrán temor de la radiografía, explíqueles lo siguiente: "Las radiografías no duelen. Los médicos usan una máquina especial para sacar una foto del interior del cuerpo. Cuando la imagen se revele, ésta no se verá como la foto que pones en tu álbum, pero los médicos sabrán cómo mirar estas fotos y verán si hay huesos rotos".
Es posible que si la fractura ocurre en la parte de crecimiento del hueso del niño (denominado cartílago de crecimiento), ésta no se pueda ver en la radiografía. Si se cree que se trata de este tipo de fractura, el médico comenzará el tratamiento aun cuando la radiografía no confirme la lesión.
Como los huesos de los niños son más blandos y tienen mayor tendencia a arquearse que a partirse, es muy común que ocurran fracturas incompletas (fracturas que atraviesan parcialmente el hueso). Existen diferentes tipos de fracturas incompletas:
Los huesos más maduros tienden a quebrarse completamente. Una fuerza más potente también puede resultar en una fractura completa en los huesos de los niños pequeños. Los tipos de fracturas completas más comunes son los siguientes:
Otros términos comunes relacionados con las fracturas son:
Es posible que el médico decida que es suficiente colocar una férula para mantener el hueso inmóvil y que se cure. Mientras el yeso rodea toda el área del hueso fracturado, y es retirado por el médico cuando el hueso está completamente sellado, la férula sostiene el hueso desde un solo lado.
Cuando el médico coloca una férula, primero se coloca una capa de algodón. Después, se coloca la férula sobre el algodón. Una férula puede estar hecha de piezas rígidas de plástico o metal o puede moldearse con yeso o fibra de vidrio para acomodarla al área lesionada. Después se colocan telas o tiras (por lo general de Velcro) para mantener la férula rígida. Es posible que más adelante el médico tenga que ajustar la férula.
La mayoría de los huesos rotos necesitarán un yeso para mantener al hueso inmóvil y que se pueda curar. Básicamente, el yeso es un apósito grande con dos capas: una capa suave de algodón que se apoya sobre la piel, y una capa exterior rígida que impide el movimiento del hueso roto.
Por lo general, los yesos están hechos de uno de los siguientes materiales:
Si bien una vez que lo tienen puesto, los niños piensan que es fantástico tener un yeso, el proceso de colocación puede ser atemorizante, especialmente cuando el niño siente dolor. Saber lo que va a suceder en la sala de yeso, suele ayudar a aliviar las preocupaciones, tanto de los niños como de los padres.
En el caso de las fracturas con desplazamiento (donde los fragmentos que se encuentran a cada lado de la fractura están desalineados), el hueso tendrá que ser reacomodado antes de colocar el yeso. Para acomodar el hueso, el médico colocará las partes del hueso roto en la posición correcta, de manera que puedan formar nuevamente un solo hueso (esto se denomina reducción cerrada).
En una reducción cerrada el médico vuelve a alinear el hueso roto, de manera que se suelde y crezca derecho. Durante la reducción cerrada, al niño se le dará un sedante (una medicina), generalmente por vía intravenosa (IV). El proceso de alineación de los huesos es doloroso. Por lo tanto, al niño se le da un sedante para que no sienta dolor. Después se coloca un yeso para mantener el hueso inmóvil. Es posible que se tome una radiografía inmediatamente después del procedimiento para comprobar que los huesos están bien alineados.
¿Cómo se coloca un yeso? Primero, la zona lesionada se envuelve con varias capas de algodón suave. Después, el yeso o la fibra de vidrio, se empapan de agua. El médico coloca el yeso o la fibra de vidrio alrededor de la primera capa blanda. La capa externa está mojada pero se secará hasta formar una cubierta protectora dura. A veces, los médicos hacen unos cortes pequeños en el interior del yeso de manera que quede un espacio, en caso de que haya hinchazón.
Una vez que el yeso está colocado, el médico posiblemente le recomendará que eleve durante unos días la zona donde tiene el yeso, o la férula, colocándolos sobre una almohada o silla, para evitar la hinchazón. El niño que tiene un yeso en el pie o en la pierna, no debe caminar hasta que el yeso esté seco (esto toma aproximadamente una hora, en el caso de la fibra de vidrio, y 2 o 3 horas, cuando se trata de yeso).
Si el yeso o la férula se encuentran en el brazo, el médico le dará a su hijo un cabestrillo para ayudar a su hijo a sostenerlo. Los cabestrillos están hechos de tela y una tira que se sujeta por detrás del cuello y actúa como una manga especial que mantiene el brazo cómodamente en su lugar. Es posible que los niños que tengan una pierna fracturada tengan que usar muletas para trasladarse con más facilidad.
Es de esperar que haya algo de dolor durante los primeros días posteriores a la colocación del yeso. Pero el dolor no es intenso. Es posible que el médico recomiende acetaminofeno o ibuprofeno. Asegúrese de preguntarle al médico qué medicina prefiere. Sin embargo, si su hijo parece estar con mucho dolor, llame al médico.
Si el yeso hace que su hijo tenga los dedos de las manos, o de los pies, azules, pálidos, blancos, púrpura, hinchados, o dormidos, es posible que se deba a que el yeso está muy apretado o que la zona lesionada se haya hinchado más. Si esto ocurre, llame al médico inmediatamente. También llame si la piel alrededor de los bordes del yeso se pone roja o está en carne viva (este es un síntoma típico de que el interior del yeso está mojado a causa del agua o del sudor.
Además, los niños no deben tocar o retirar el material acolchado de los bordes de los yesos de fibra de vidrio ya que este material provee protección e impide que la piel se raspe y se irrite con el yeso.
Es importante mantener el yeso y la férula secos. Sin importar si su hijo tiene un yeso o una férula, su médico le debe dar indicaciones sobre cómo cuidarlos.
Si bien la mayoría de los huesos rotos simplemente necesitan un yeso para arreglarse, otras fracturas más serias (como las fracturas compuestas) suelen necesitar una operación para alinear los huesos correctamente y asegurarse de que los huesos se mantengan juntos mientras se sueldan.
Las fracturas abiertas deben limpiarse cuidadosamente dentro de un ambiente estéril, como el de una sala de operación, antes de alinearse, dado que la exposición de los huesos al aire aumenta el riesgo de una infección.
En el caso de las quebraduras de huesos más grandes, o cuando el hueso se rompe en más de dos partes, es posible que el médico tenga que poner clavos de metal en el hueso para alinearlo antes de colocar el yeso. Pero no se preocupe, de la misma manera que ocurre con todas las cirugías, a su hijo le darán medicinas para que no pueda sentir nada. Y cuando el hueso se haya curado, el médico extraerá el clavo.
El tiempo que toma un hueso en curarse depende de la edad del niño y del tipo de fractura. Por ejemplo, los niños más pequeños suelen recuperarse en 3 semanas, mientras que la misma fractura en un adolescente puede llevar 6 semanas.
Es importante que su hijo no esté activo físicamente o juegue deportes donde tenga que usar la parte del cuerpo lesionada, hasta que el médico le diga que puede hacerlo.
Si bien las fracturas son una parte normal de la niñez, algunos niños son más propensos que otros. Por ejemplo, los huesos de las personas con una afección hereditaria denominada "osteogénesis imperfecta" son más frágiles y susceptibles a quebrarse.
Asegúrese de que su hijo tome suficiente calcio para reducir el riesgo de desarrollar osteoporosis (una afección que también hace que los huesos sean más frágiles y tiendan a quebrarse) en la edad adulta.
Además, no se olvide de motivar a los niños para que hagan ejercicio físico de manera regular, lo cual es muy importante para mantener la salud ósea. Ciertos ejercicios como saltar la soga, correr y caminar también pueden ayudar a desarrollar o mantener huesos fuertes.
Si bien es imposible mantener a los niños fuera de peligro todo el tiempo, usted puede ayudarlos a evitar lesiones tomando ciertas precauciones simples, creando un ambiente seguro para los niños en su hogar, asegurándose de que los niños siempre usen cascos y equipo de seguridad al participar en deportes, y asientos y cinturones de seguridad a cada edad y en cada etapa.
Si a su hijo se le rompe un hueso, recuerde que si bien puede ser algo aterrador, una fractura es una lesión común y tratable por la que muchos niños pasan en su vida. Cuando se quiera dar cuenta, su hijo ya estará jugando y saltando nuevamento.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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