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Los niños de esta edad necesitan la actividad física para aumentar su fuerza, su coordinación y su confianza en sí mismos, así como para sentar las bases de un estilo de vida saludable. También están ganando un mayor control sobre cómo les gusta estar activos.
Los niños en edad escolar deben tener muchas oportunidades para practicar diversas actividades, deportes y juegos que encajen en su personalidad, aptitudes, edad e intereses. Hagan una lluvia de ideas con su hijo sobre las actividades físicas que más le podría gustar practicar. A la mayoría de los niños, no les importará una dosis diaria de actividades que les ayuden a mantenerse en forma siempre que las actividades sean divertidas.
Las recomendaciones para los niños en edad escolar son hacer un mínimo de una hora de actividad física de moderada a intensa al día.
Además:
Muchos padres y niños piensan en los deportes organizados cuando piensan en mantenerse en forma. Aunque inscribir a un niño en un equipo deportivo tenga muchas ventajas, entrenar y jugar partidos una o dos veces a la semana no basta parta alcanzar el nivel de actividad que deben tener los niños de esta edad. Así mismo, los padres no deben seguir confiando en que la educación física que hacen sus hijos en la escuela les proporciona un nivel suficiente de actividad física.
He aquí algunas maneras de que su hijo se mantenga en forma desde su propia casa:
Si no dispone de suficiente espacio en casa, aproveche los parques y los campos de atletismo de su localidad. Haga que las salidas deportivas familiares formen parte su rutina regular. Permita que los miembros de su familia elijan las actividades: salir en bicicleta, hacer patinaje sobre hielo o probar el rocódromo (para escalar una pared con rocas). Sirve cualquier tipo de actividad, siempre y cuando todo el mundo pueda participar y disfrutar de ella.
Y recuerde: mostrará a su hijo que el ejercicio físico es importante haciendo ejercicio físico usted mismo.
A través de las actividades físicas, los niños aprenden sobre el espíritu deportivo, a marcarse metas, a superar retos, a trabajar en equipo y el valor de la práctica y del entrenamiento.
Tenga en cuenta la edad de su hijo y su nivel de madurez, sus aptitudes naturales y sus intereses. Los niños de 6 a 8 años de edad están afinando sus habilidades físicas básicas, como saltar, lanzar, patear y alcanzar cosas en el aire. Algunos de ellos disfrutan practicando deportes organizados, pero las ligas no-competitivas son mejores para los niños más pequeños. Muéstrele que lo apoya, apoyando al equipo de su hijo y animándolo desde las gradas los días de partidos.
Los niños de 9 a 12 años de edad están refinando, mejorando y coordinando sus habilidades físicas. Algunos niños se comprometen todavía más con el deporte que practican mientras que otros se retiran cuando la competición aumenta y el nivel del juego mejora.
No pasa nada si a un niño no le interesan los deportes tradicionales, pero es importante que encuentre formas alternativas de mantenerse activo. Si a su hijo no le gusta el fútbol, el baloncesto u otros deportes de equipo, anímelo a explorar otras opciones para estar activo, como el kárate, la esgrima, el golf, el ciclismo, montar en monopatín o el tenis.
Los niños que practican deportes se exponen a sufrir lesiones, así que asegúrese de que su hijo lleve el equipo de protección o de seguridad adecuado, como un casco y protectores acolchados cada vez que patine. Los niños que se especializan en un solo deporte también se arriesgan a sufrir lesiones por sobrecarga, que incluyen las fracturas por estrés y muchas lesiones articulares.
Los niños que padecen afecciones médicas crónicas o discapacidades no deben ser excluidos de las actividades físicas. Es posible que se deban modificar o adaptar algunas actividades, y que otras sean demasiado arriesgadas, dependiendo de la afección concreta que padezcan. Hable con el médico de su hijo sobre qué actividades son seguras para él.
Los niños que disfrutan del deporte y del ejercicio físico tienden a mantenerse activos durante toda la vida. Mantenerse en forma puede mejorar el rendimiento académico y la autoestima de los niños, prevenir la obesidad y reducir el riesgo de padecer enfermedades graves, como hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardíacas más adelante.
Si su hijo se queja de dolor mientras practica deporte o hace ejercicio físico o después de practicarlo, hable con su médico.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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