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Un carcinoma hepatocelular es un tipo de cáncer de hígado. Se trata del segundo tipo de cáncer hepático más frecuente en los niños.
Los carcinomas hepatocelulares suelen afectar a adolescentes, pero también pueden afectar a niños más pequeños, sobre todo a aquellos que hayan recibido tratamiento de una enfermedad hepática subyacente.
Un niño con esta afección puede presentar los siguientes síntomas:
Los médicos no saben la causa exacta de este tipo de carcinomas. Aquellos niños con infecciones virales o otras afecciones que cursan con inflamación hepática (hinchazón e irritación del hígado), como la hepatitis vírica, desarrollan carcinomas hepatocelulares más a menudo que otros niños.
Otras causas o desencadenantes menos frecuentes son los siguientes:
Cuando un niño presenta síntomas de tener un carcinoma hepatocelular, el médico lo explorará y le mandará pruebas. Entre las pruebas que puede pedir, se incluyen las siguientes:
Los médicos suelen tratar los carcinomas hepatocelulares con una combinación de cirugía y quimioterapia. De ser posible, los niños con cáncer deben ir a centros médicos especializados en el tratamiento del cáncer infantil.
El tratamiento dependerá de:
La cirugía es la parte más importante del tratamiento, pero muchos carcinomas hepatocelulares no se pueden eliminar fácilmente. Se puede considerar un trasplante de hígado si se tiene que extraer todo el hígado para eliminar por completo el tumor.
Se suele usar quimioterapia, aunque no es muy eficaz para encoger los carcinomas hepatocelulares.
La radioembolización (o Y90) es un tipo de tratamiento que emite altas dosis de radiación directamente al tumor hepático a través del torrente sanguíneo. El radiólogo introduce un catéter diminuto (un tubito de plástico) por la ingle y lo hace llegar a la arteria más próxima al tumor. Este procedimiento protege la mayor parte del tejido hepático normal de los efectos del Y90.
El Y90 se puede usar como tratamiento principal en aquellos tumores hepáticos que no responden bien a la quimioterapia. También se usa cuando los tumores reaparecen o no se encogen lo suficiente como para poderlos extraer en una operación.
La radioembolización transarterial (RETA), que dirige altas dosis de radioterapia directamente al interior del tumor.
La quimioembolización transarterial (QETA), que dirige partículas de quimioterapia directamente al tumor.
La ablación del tumor, que es cuando los médicos destruyen los tumores usando pequeñas agujas que los calientan o los enfrían.
Los carcinomas hepatocelulares deben ser tratados por un equipo de profesionales de la salud, que incluya especialistas en:
Los carcinomas hepatocelulares son difíciles de tratar, incluso antes de que se extiendan más allá del hígado. Se están llevando a cabo ensayos clínicos en niños y adultos para ayudar a encontrar mejores tratamientos.
Después del tratamiento, el equipo médico hará revisiones frecuentes a sus pacientes, sobre todo porque existe la posibilidad de que el cáncer se vuelva a desarrollar.
Tener un hijo a quien se le debe tratar un cáncer puede ser muy duro para cualquier familia. Pero usted no está solo. Para encontrar apoyo, hable con el médico de su hijo o con el trabajador social del hospital. Hay muchos recursos disponibles para ayudarlos a atravesar esta difícil situación.
También puede encontrar información y apoyo por internet en:
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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