Una cesárea es el nacimiento de un bebé por una intervención quirúrgica en la que se hacen cortes en la pared abdominal y el útero de la madre.
Las cesáreas pueden ayudar a las mujeres que corren el riesgo de sufrir complicaciones a evitar situaciones peligrosas en la sala de partos y permiten salvar vidas en una emergencia.
Las cesáreas son realizadas por los obstetras (médicos que cuidan de las mujeres embarazadas antes, durante y después del embarazo) y algunos médicos de familia. Las comadronas no pueden realizar una cesárea.
Algunas cesáreas son programadas si el médico sabe que un parto vaginal resultaría de riesgo. Los médicos pueden programar una cesárea en los siguientes casos:
Algunas cesáreas son inesperadas y de emergencia debido a que surgen complicaciones con la madre o el bebé durante el embarazo y el parto. Es posible que se recurra a una cesárea de emergencia en los siguientes casos:
Por supuesto, el embarazo y el parto de cada mujer es diferente. Si su médico le recomendó una cesárea y no se trata de una emergencia, puede pedir una segunda opinión. En definitiva, tendrá que confiar en la opinión de los médicos.
A continuación, veremos rápidamente lo que suele ocurrir durante una cesárea programada.
Quien la acompañe en el parto tendrá una bata y una máscara quirúrgicas, y podrá estar a su lado durante todo el parto (aunque es posible que no se les permita a las parejas permanecer durante una cesárea de emergencia). Antes de que comience el procedimiento, un anestesista conversará sobre lo que se hará para que usted no sienta dolor durante la cesárea.
Para prepararla para el parto, probablemente le hagan lo siguiente:
Una vez que le coloquen la anestesia, el médico hará un corte en la piel del abdomen; en general, se hace de manera horizontal, 1 o 2 pulgadas por encima de la línea del vello púbico.
El médico separará suavemente los músculos del abdomen para llegar al útero, donde hará otro corte en el útero. Este corte puede ser vertical u horizontal. Los médicos suelen hacer un corte horizontal lo cual permite una mayor probabilidad de tener un parto natural después de una cesárea.
Después de hacer el corte en el útero, se retira suavemente al bebé. El médico succionará la boca y la nariz del bebé, después colocará una pinza sobre el cordón umbilical y lo cortará. Al igual que en los partos vaginales, usted podrá ver al bebé inmediatamente. Después, el bebé será entregado al enfermero o médico que se encargará de atender al recién nacido durante unos pocos minutos.
A continuación, el obstetra retirará la placenta del útero, cerrará el útero con puntos de sutura que se disuelven solos y cerrará el corte del abdomen con puntos de sutura o grapas quirúrgicas que se suelen quitar, de forma indolora, unos pocos días después.
Si el recién nacido está bien, podrá alzarlo y/o amamantarlo en la sala de recuperación. Si tiene que permanecer recostada, es posible que necesite ayuda para sujetar al bebé en el pecho.
Durante la cesárea, no sentirá dolor, pero tal vez tenga sensaciones como presión o tracción. La mayoría de las mujeres están despiertas y simplemente adormecidas de la cintura para abajo con una anestesia local (epidural o bloqueo espinal).
De esta manera, están despiertas para ver y escuchar al bebé que nace. Se colocará una cortina sobre el abdomen durante la cirugía, pero tal vez pueda espiar cuando retiren al bebé de su abdomen.
A veces, las mujeres que necesitan una cesárea de emergencia tal vez deban recibir anestesia general. De ser así, estarán inconscientes (o "dormidas") durante el nacimiento y no podrán recordar nada ni sentirán dolor alguno.
En la actualidad, las cesáreas son generalmente seguras tanto para la madre como para el bebé. Sin embargo, todas las cirugías implican riesgos. Los posibles riesgos de una cesárea incluyen los siguientes:
Tanto la anestesia regional (local) y la anestesia general utilizada durante una cesárea se consideran seguras para el bebé, pero pueden causar problemas como náuseas y presión arterial baja en la madre.
A veces, los bebés que nacen por cesárea tienen problemas respiratorios (taquipnea transitoria del recién nacido porque el trabajo de parto no inició la liberación de líquido de los pulmones. Esto suele mejorar por sí solo dentro del primer o segundo día de vida.
El hecho de que le hagan una cesárea puede afectar (o no) futuros embarazos y partos. Muchas mujeres logran tener partos vaginales seguros después de una cesárea. Pero, en algunos casos, los nacimientos futuros serán por cesárea, en especial si el corte en el útero fue vertical y no horizontal. Las cesáreas también pueden hacer que una mujer tenga más riesgo de problemas con la placenta en embarazos posteriores.
En las cesáreas de emergencia, los beneficios suelen superar a los riesgos. La cesárea podría salvarle la vida.
Al igual que con cualquier cirugía, suele haber cierto grado de dolor o molestias después de una cesárea. El período de recuperación es un poco más extenso que el de los partos vaginales. Las mujeres que han tenido cesáreas suelen permanecer en el hospital durante 3 o 4 días.
Inmediatamente después de la cesárea, tal vez sienta picazón, malestar estomacal y dolor; todos estos síntomas son reacciones normales a la anestesia y la cirugía. Si debieron darle anestesia general para una cesárea de emergencia, tal vez se sienta grogui, confundida, con escalofríos, asustada, alarmada o incluso triste. El profesional del cuidado de la salud puede darle medicamentos para aliviar cualquier malestar o dolor.
Durante los primeros días, o incluso semanas, tal vez:
Es conveniente que se sujete el abdomen cerca de la incisión al estornudar, toser o reírse. Estos movimientos repentinos pueden ser dolorosos. Tendrá que evitar conducir o levantar cosas pesadas para no ejercer presión innecesaria sobre su herida.
Pregúntele al profesional del cuidado de la salud cuándo puede retomar sus actividades habituales (en general, será en 6 a 8 semanas, cuando el útero haya cicatrizado). Al igual que en los partos vaginales, no debe tener relaciones sexuales hasta que el médico le diga que puede hacerlo. Esto suele ser 6 semanas después del nacimiento.
Algunos dolores y molestias posteriores a la cesárea se pueden aliviar si camina con frecuencia. Caminar también puede prevenir la formación de coágulos de sangre y mantener los intestinos en movimiento. Pero no se exija; avance poco a poco y consiga ayuda para trasladarse, en especial para subir y bajar escaleras. Permita que los amigos, familiares y vecinos la ayuden con las comidas y las tareas domésticas durante un tiempo; sobre todo si tiene otros niños.
Si bien dar de mamar puede causar un poco del dolor al principio, si se recuesta de costado para amamantar o usa la posición de pelota, puede reducir la presión sobre el abdomen. Beba mucha agua para mejorar la producción de leche y ayudarla a evitar el estreñimiento.
Con el tiempo, las cicatrices de las cesáreas desaparecen. Unas semanas o meses después del nacimiento, se volverán más pequeñas y adquirirán el color natural de la piel. Y como los cortes se suelen hacer en la zona del bikini, muchas cicatrices de las cesáreas ni siquiera son visibles.
Hable con el profesional del cuidado de la salud si tiene los siguientes síntomas:
Si esperaba tener un parto natural o si comenzó el trabajo de parto y terminó con una cesárea, es posible que se sienta un poco frustrada emocionalmente. Recuerde que haber tenido una cesárea no quiere decir que el nacimiento de su bebé sea menos especial ni que sus esfuerzos hayan sido menos asombrosos. ¡Después de todo, atravesó una cirugía mayor para dar a luz a su bebé!
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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