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Los niños tienen fácil acceso a cientos de canales de televisión y millones de sitios de Internet. Ellos pueden comprar o descargar infinidad de videojuegos y aplicaciones. Pueden transmitir películas en muchos dispositivos y mirar videos de YouTube o TikTok con solo mover un dedo. Y pueden interactuar socialmente en línea con amigos y desconocidos a través de las plataformas de redes sociales. Hay una gran cantidad de medios allá afuera, y algunos de ellos podrían no ser apropiados para sus hijos dependiendo de la edad y el nivel de madurez.
La mejor manera de controlar los medios que usan sus niños es explorarlos usted mismo. Pruebe las aplicaciones y juegue con los juegos antes de que sus niños lo hagan. Vean y jueguen con las aplicaciones y los juegos juntos. Y mire lo que ellos miran, para así poder hablar sobre lo que ven en sus pantallas. Usted es quien mejor conoce a sus hijos, por lo tanto, es el que mejor podrá decidir qué pueden manejar.
Algunas familias podrían elegir supervisar más detenidamente y controlar los medios que sus hijos miran, usan y en los que juegan. Hay muchas maneras de hacerlo.
Algunos padres quizás prefieran cada tanto revisar al azar los dispositivos de los niños. Es posible que otros quieran filtrar el uso que los niños hacen de Internet configurando perfiles iOS y de Android en todos los dispositivos en línea que usan (teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras). Esto permite a los padres restringir el acceso a las aplicaciones y a los juegos que los niños pueden descargar, y jugar y a los sitios web que visitan. Los padres pueden asimismo poner un límite al tiempo de uso de Internet.
La mayoría de los grandes proveedores de correo electrónico, como Google y Yahoo, permiten que los padres configuren cuentas de correo electrónico para los niños más pequeños. Estas cuentas pueden reenviar todos los correos electrónicos a un padre para que pueda monitorizar los contactos y las comunicaciones. Los niños deben tener al menos 13 años para tener una cuenta propia de Google o Yahoo.
Los sitios de redes sociales normalmente exigen que los niños tengan al menos 13 años para que puedan tener sus propias cuentas. Para supervisar la actividad de un niño en las redes sociales, los padres pueden configurar cuentas propias y controlar ellos mismos las páginas y la actividad de su hijo. Muchos padres insisten también en conocer las contraseñas de las cuentas de sus hijos, aunque algunos pueden considerar esto como una invasión de la privacidad.
Hay programas y aplicaciones disponibles que pueden monitorizar las cuentas de las redes sociales de los niños y advertir a los padres sobre cualquier fotografía o lenguaje inapropiados. Algunos de estos pueden proporcionar informes detallados acerca del historial de navegación del niño y sobre cuánto tiempo permaneció en línea y en qué sitios. Tenga en cuenta la edad y el comportamiento digital de su hijo a la hora de decidir si debe monitorizar sus dispositivos. Entonces, si decide supervisar, hable con él y explíquele por qué es importante.
Incluso con un monitoreo intenso, es imposible proteger a los niños de todo. Y, a menudo, los niños pueden ingeniárselas para evitar los controles parentales. Por lo tanto, es conveniente que anime a su hijo a ser un usuario de Internet responsable dándole el ejemplo, y que hable con sus hijos acerca de la seguridad en línea.
Si surge algún problema, como el acoso cibernético o bien el sexting, aprovéchelo como un momento de enseñanza para ayudar a los niños a entender la importancia de protegerse ellos y su reputación en Internet.
Dos maneras de ayudar a monitorizar lo que ven sus hijos son las Guías parentales de televisión y el V-chip.
Guías parentales de televisión. Creadas tomando como modelo el sistema de clasificación de películas, este es un sistema de clasificación por edades desarrollado para los programas de televisión. Estas clasificaciones están enumeradas en las guías y programaciones locales de televisión y en la pantalla en su guía de canales de cable. Además, aparecen en la esquina superior izquierda de la pantalla durante los primeros 15 segundos de los programas televisivos.
Pero no todos los canales ofrecen el sistema de clasificación. Para aquellos que sí lo hacen, las clasificaciones son las siguientes:
V-chip (V se refiere a la violencia). Esta tecnología le permite bloquear programas y películas de televisión que no quiere que vean sus hijos. Todos los aparatos de televisión que tienen pantallas de 13 pulgadas o más ahora cuentan con V-chips internos, y hay descodificadores disponibles para televisores fabricados antes de 2000. El V-chip le permite programar su televisor para ver solo programas clasificados apropiadamente, bloqueando otros que son para un público más maduro.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés) requiere que los V-chips en los nuevos televisores reconozcan las Guías parentales de televisión y el sistema de clasificación por edades y que bloqueen aquellos programas que no cumplen con estas normas.
El sistema de clasificación y el V-chip pueden ser herramientas valiosas, pero también pueden causar problemas. Las investigaciones muestran que es más probable que los varones preadolescentes y los adolescentes quieran ver un programa si está clasificado como MA (público maduro) que si la clasificación es PG (se sugiere supervisión parental).
Asimismo, los programas de noticias, los deportivos y los anuncios no están clasificados, aunque a menudo incluyen imágenes de violencia y sexualidad. Por lo tanto, incluso con el V-chip y las clasificaciones, sigue siendo importante ver los programas anticipadamente para saber si son APROPIADOS para sus hijos, y para apagar el televisor si no lo son.
Algunas aplicaciones y casi todos los videojuegos disponibles para comprar (a través de canales minoristas o mediante descargas) son clasificados por la Junta de Clasificación de Software de Entretenimiento (ESRB, por su sigla en inglés). La ESRB contempla 7 categorías de clasificación:
La ESRB también tiene una larga lista de descriptores de contenido para ayudar a explicar por qué un juego o una aplicación obtuvo la clasificación que ostenta. Los ejemplos incluyen cosas como, desnudez, sangre, lenguaje violento, consumo de alcohol y uso de drogas.
Las diferentes empresas que crean software para celulares (como Apple, Google o Samsung) tienen sus propios sistemas de clasificaciones para las aplicaciones que se basan en la edad. Estas pueden diferir de un país a otro.
El control de Internet, los V-chips y las clasificaciones pueden ayudar a proteger a los niños de material inapropiado, pero no pueden bloquear todo. Incluso si usted programa el V-chip y solo compra o descarga juegos y aplicaciones adecuados para la edad, sigue siendo importante que sepa con qué juegan sus hijos y qué miran. Considérese a usted mismo como el entrenador de los medios de su hijo: alguien que puede conversar con él acerca de lo que ven juntos y ayudarlo a que lo entienda.
Los siguientes recursos en línea también lo pueden ayudar:
Hable con su médico si tiene alguna duda o si hay algo que le preocupa sobre cómo gestionar el tiempo que su hijo pasa en los medios.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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