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Emily no estaba segura de cómo había permitido que su amigo la convenciera para inscribirse en una carrera de 16 kilómetros (10 millas). Lo máximo que había corrido en toda su vida era cinco kilómetros seguidos (unas tres millas). Ahora, que solo faltaban pocos días para la carrera, Emily no se sentía nada preparada, de modo que corrió 9 kilómetros y medio (6 millas) un día y 13 kilómetros (ocho millas) al día siguiente para prepararse para la carrera.
La mañana de la carrera, a Emily le dolían un poco los pies al despertarse pero, de todos modos, se unió a su amigo y corrió los 16 kilómetros hasta el final. Al día siguiente le dolía tanto el talón que apenas podía caminar, y Emily fue al médico. Éste le formuló algunas preguntas sobre sus actividades y luego le dijo que padecía una afección denominada fascitis plantar.
En la planta del pie hay una gruesa franja de tejido conjuntivo denominada fascia plantar. Es un tendón que conecta el hueso del talón (el calcáneo) con la parte anterior del pie.
Cuando la fascia plantar se irrita y se vuelve dolorosa debido al uso excesivo, esta afección se conoce como fascitis plantar. La fascitis plantar a veces puede confundirse con el espolón calcáneo, que es una lesión diferente que cursa con síntomas similares.
La fascitis plantar es una causa habitual de dolor de talón en corredores, bailarines y atletas que practican deportes que implican correr y saltar frecuentemente.
De todos modos, no necesitas estar muy activo para desarrollarla. La fascitis plantar puede afectar a cualquiera. Las personas que tienen sobrepeso, las mujeres embarazadas, las personas cuyos trabajos implican estar mucho tiempo de pie y quienes llevan zapatos muy gastados son todos vulnerables a desarrollar fascitis plantares.
El principal síntoma de la fascitis plantar es un dolor agudo en la planta del pie, cerca del talón. He aquí algunos indicadores de que ese dolor puede obedecer a una fascitis plantar:
Si vas al médico porque te duele el talón o la planta del pie, primero te formulará preguntas sobre dónde sientes el dolor. Si sospecha una fascitis plantar, el médico te preguntará sobre qué actividades has estado practicando que pueden haberte expuesto al riesgo de padecer esta afección. El médico te explorará el pie presionándolo y/o pidiéndote que lo flexiones (estires) para ver si eso te empeora el dolor.
Si hay algo más que podría estar provocándote el dolor, como un espolón calcáneo o una fractura ósea, el médico es posible que te pida una radiografía a fin de dar un vistazo a los huesos del pie. En contadas ocasiones, si el dolor de talón no responde a los tratamientos ordinarios, el médico solicita una resonancia magnética (RM) del pie.
La buena noticia sobre la fascitis plantar es que suele remitir tras pocos meses de un tratamiento muy sencillo. Solo en casos excepcionales requiere una intervención quirúrgica. La cirugía es el último recurso cuando no hay nada más que alivie el dolor.
Puesto que la fascia plantar sostiene el pie y conforma su base, tiene que habituarse cada vez que damos pasos, absorbiendo una gran cantidad de tensión y de peso. Si se ejerce demasiada presión sobre la fascia plantar, las fibras pueden lesionarse y/o empezarse a desgarrar. El cuerpo reacciona con una inflamación en el área afectada. Esto es lo que provoca el dolor y la rigidez propios de la fascitis plantar.
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer fascitis plantar, se incluyen los siguientes:
En mayor medida que en la mayoría de las lesiones deportivas, con un poco de prevención puedes impedir desarrollar una fascitis plantar. He aquí algunos consejos a seguir:
Habla con tu médico sobre la posibilidad de llevar almohadillas para los talones o plantillas ortopédicas (tal vez hechas a medida) dentro del calzado. Las plantillas y las almohadillas para los pies permiten amortiguar la tensión a que se someten los pies y ayudan a distribuir el peso de una forma más equilibrada. Esto es especialmente cierto para las personas que tienen los pies con arcos altos o planos. Tu médico te podrá informar sobre si las plantillas o almohadillas para los pies podrían reducirte las probabilidades de padecer lesiones en los talones.
Entre los tratamientos que se pueden aplicar en casa, se incluyen los siguientes:
A la gente que sufre lesiones deportivas de forma repetida, le puede ayudar consultar a un especialista en medicina deportiva. Estos expertos poseen formación para evaluar aspectos como el estilo de correr de un atleta, su postura de salto y otros movimientos básicos. Pueden enseñarte a sacar el máximo beneficio de los puntos fuertes de tu cuerpo y a compensar tus puntos débiles.
Una vez que te hayas curado, céntrate en el aspecto positivo de haber estado apartado del juego durante un tiempo. ¡Tal vez averigües que lo que has aprendido después de la lesión te permite jugar mucho mejor de lo que jugabas antes!/p>
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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