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Todos hemos oído muchas cosas sobre el acoso escolar. Pero, ¿sabías que en la enseñanza secundaria (tanto en la obligatoria como en la optativa), algunos acosadores utilizan mensajes o actos de carácter sexual para que otra persona se sienta intimidada, poca cosa o incómoda? Este tipo de acoso se denomina acoso sexual.
He aquí lo que necesitas saber y qué puedes hacer si alguien que te importa es objeto del acoso sexual.
Como los demás tipos de acoso, el acoso sexual engloba cualquier comentario, gesto, acto o atención de carácter sexual cuyo objetivo consiste en hacer daño, ofender o intimidar a otra persona. El acoso sexual se centra en cosas como el aspecto de la persona, las partes de su cuerpo o su orientación sexual. El acoso sexual también abarca la difusión de rumores o cotilleos de carácter sexual sobre otras personas.
El acoso sexual puede ser de tipo verbal (como hacer comentarios groseros sobre alguien), pero no tiene necesariamente que decirse de palabra. Los acosadores pueden utilizar aparatos tecnológicos para acosar sexualmente a alguien (como enviarles mensajes de texto o videos inapropiados). A veces el acoso sexual puede llegar a ser de tipo físico.
El acoso sexual no solo les puede ocurrir a las chicas. Los chicos pueden acosar sexualmente a las chicas, pero las chicas también pueden acosar sexualmente a los chicos, del mismo que pueden acosar a otras chicas y aquellos a otros chicos. El acoso sexual tampoco se limita a gente de la misma edad. Los adultos a veces acosan sexualmente a gente joven (y, en algunas ocasiones, los adolecentes acosan a los adultos, aunque se trata de algo bastante infrecuente). La mayor parte del tiempo, el acoso sexual que reciben los adolescentes procede de personas de su mismo grupo de edad.
En cualquier caso, todo tipo de acoso sexual es ofensivo. Como en cualquier otro tipo de acoso, las personas que son víctimas del acoso sexual pueden experimentar un gran estrés emocional si la situación se prolonga sin que consigan encontrar ningún alivio.
Hay imágenes, bromas, expresiones y formas de establecer contacto que se consideran "inapropiadas" por una buena razón. Si un comportamiento o interacción que te dirige otra persona te incomoda o te violenta, habla con un adulto de confianza. Podría entrar en la categoría del acoso sexual.
El acoso sexual abarca los siguientes comportamientos:
Este es uno de los motivos de por qué enviar mensajes de contenido claro sexual no es una buena idea, incluso aunque se envíen en el seno de una relación sentimental. En algunos casos, este tipo de mensajes se puede considerar una forma de acoso sexual y puede acarrear graves consecuencias. Asimismo, los mensajes o imágenes de carácter íntimo pueden caer en malas manos y utilizarse con malos propósitos, para avergonzar, intimidar o humillar al implicado.
Forzar a otra persona a hacer cosas que no quiere hacer, como besar, practicar el sexo oral o el coito, va mucho más allá del acoso sexual. Forzar a alguien a realizar conductas de carácter sexual se considera abuso sexual o violación, y es un delito.
A veces las personas que hacen bromas, comentarios o insinuaciones de carácter sexual, consideran que su comportamiento es una forma de coquetear o flirtear con los demás, y tú también podrías caer en la tentación de comportarte de ese modo. Entonces, ¿en qué se diferencia el coqueteo del acoso sexual?
Aquí tienes tres ejemplos de coqueteo frente a acoso sexual:
Hay cosas que, aunque puedan resultarles violentas o embarazosas a otras personas, no se consideran formas de acoso sexual. Por ejemplo, un chico que hace un comentario de contenido sexual cuando se le cae la bandeja de la comida no está acosando a nadie. Pero, si alguien te dice o hace deliberadamente cosas de contenido sexual que te hacen sentir violento o incómodo, lo más probable es que te esté acosando sexualmente.
En el caso de que no estés seguro, formúlate la pregunta: "¿Es esto algo que quería que ocurriera o que quiero que siga ocurriendo? ¿Cómo me hace sentir?" Si te sientes violento o incómodo, explícaselo a uno de tus padres, a un profesor, al orientador de tu centro de estudios o a alguien en quien confíes.
Si crees que estás siendo objeto de acoso sexual, no te eches las culpas. Los acosadores pueden ser sumamente manipuladores. Suelen ser buenos en culpar a la víctima, e incluso en hacer que esta se sienta culpable. Pero nadie tiene derecho a acosar sexualmente a otra persona, pase lo que pase. No existe nada parecido a "buscarse el acoso sexual".
No hay una forma universal de responder de forma adecuada al acoso sexual. Cada situación es diferente. Suele ser útil empezar diciéndole al acosador que pare. Hazle saber a esa persona que ese comportamiento no es adecuado para relacionarse contigo. A veces, con eso bastará, pero no siempre. Es posible que el acosador continue, se ría de tu petición, se burle o te moleste todavía más.
Por eso es tan importante que compartas lo que te ocurre con un adulto de confianza. ¿Hay alguna persona: uno de tus padres, un pariente, un profesor o tutor con quien puedas hablar al respecto? Cada vez hay más centros de estudios que han designado a una persona para hablar sobre cuestiones de acoso (escolar y/o sexual), de modo que averigua si hay alguien en tu centro que tenga esa finalidad.
La mayoría de centros de enseñanza disponen de una política contra el acoso (escolar y/o sexual) para proteger a sus alumnos. Consulta a tu orientador escolar o al director del centro sobre esta política. Si constatas que el adulto con quien hablas no se toma tus quejas en serio al principio, es posible que tengas que repetírselas otra vez o que buscar a otra persona que te escuche con más atención.
Es indudable que hablar sobre el acoso sexual es algo que puede resultar bastante embarazoso al principio. Pero esta sensación de vergüenza suele remitir al cabo de uno o varios minutos de conversación. En la mayoría de los casos, el hecho de informar a otra persona lo antes posible permite obtener resultados más rápidos y tener menos problemas a posteriori, de modo que merece la pena.
Puede ayudarte llevar un registro de los episodios de acoso sexual de que seas objeto. Anota en un diario las fechas y una breve descripción de esos episodios. Y conserva como pruebas cualquier imagen, vídeo, texto o mensaje de móvil ofensivos que hayas recibido. De este modo, dispondrás de pruebas en el caso de que tu centro escolar o tu familia quieran iniciar acciones legales. Para evitar tener que experimentar sensaciones desagradables de forma repetida, conserva esas pruebas en un lugar que no tengas que ver día tras día.
Los testigos pueden desempeñan un papel importante para detener el acoso escolar, incluso el acoso de tipo sexual. Si ves que alguien está recibiendo este tipo de acoso, actúa. Si te sientes seguro y tranquilo hablando claro, dile a esa persona: "Venga, vámonos de aquí". No es necesario que hables con el acosador. No merece la pena malgastar la energía y a veces es mejor no darle pie para que participe.
Si no te sientes capaz de decir nada en el momento del incidente, informa sobre el suceso a un profesor o al director de tu centro de estudios. Eso no es chivarse. Es dar la cara por lo que es justo. Nadie se merece ser víctima del acoso. También puedes hablar con la víctima después del episodio y ofrecerle tu apoyo. Dile que consideras que lo que ha ocurrido no está bien y dale algunas ideas sobre cómo reaccionar ante el acoso
No siempre presenciarás episodios de acoso sexual mientras están ocurriendo. Y es posible que un amigo tuyo que está recibiendo este tipo de acoso, no te lo explique.
A veces la gente da muestras de que algo va mal incluso aunque no hable sobre ello. Tal vez un amigo que habitualmente es de lo más optimista parece triste, preocupado o distraído. O es posible que un amigo tuyo haya perdido el interés por salir o hacer cosas con los demás. Quizás una persona que conoces ha empezado a evitar ir al centro de estudios o a sacar malas notas. Cambios como estos son indicadores de que hay algo que va mal. Es posible que no se trate del acoso sexual (aspectos como los cambios en el estado de ánimo o en los hábitos alimentarios pueden ser signos de muchas cosas diferentes). Pero este tipo de cambios son una oportunidad para preguntar con delicadeza a los implicados si todo va bien.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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