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Alergia a la leche

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Hoy en día hay tantos alimentos fabricados con leche y derivados de la leche que la gente con alergia a la leche debe fijarse mucho en los ingredientes de todo cuanto come. Pero la alergia a la leche no es lo mismo que la intolerancia a la lactosa; algunas personas que padecen alergias alimentarias pueden enfermar de gravedad y súbitamente si ingieren o incluso si entran en contacto con el alimento al que son alérgicas.

Hay alimentos que es evidente que contienen leche, como la pizza. Pero hay otros, como los productos horneados, en los que no es tan evidente. Además, los adolescentes necesitan calcio y vitamina D porque sus huesos todavía están en proceso de crecimiento y la leche contiene una gran cantidad de ambos tipos de nutrientes. Entonces ¿qué debería hacer una persona que es alérgica a la leche? Sigue leyendo para averiguarlo.

¿Qué ocurre en la alergia a la leche?

Las alergias alimentarias implican la participación del sistema inmunitario, que normalmente lucha contra las infecciones. Cuando una persona es alérgica a determinado alimento, su sistema inmunitario reacciona de forma desproporcionada a las proteínas que contiene ese alimento.

La gente que es alérgica a la leche de vaca reacciona a una o a varias de las proteínas de este alimento. La cuajada, la sustancia que forma grumos en la leche agria o cortada, contiene el 80% de las proteínas de la leche, incluyendo varias sustancias que reciben el nombre de caseínas. El suero, la parte más líquida o acuosa de la leche, contiene el 20% restante. Una persona puede ser alérgica a las proteínas contenidas en una o en ambas partes de la leche.

Cada vez que una persona alérgica a la leche ingiere esas proteínas, su organismo las considera invasores nocivos. Y el sistema inmunitario reacciona con toda su fuerza para hacer frente al "invasor". Esto provoca una reacción alérgica, en la cual el organismo libera una serie de sustancias químicas, como la histamina.

La liberación de estas sustancias puede hacer que los afectados puedan presentar:

  • resuello o respiración sibilante ("pitos" al respirar)
  • problemas para respirar
  • tos
  • ronquera
  • opresión de garganta
  • dolor de estómago
  • vómitos
  • diarrea
  • ojos lloros, picor y/o hinchazón ocular
  • urticaria
  • granos o ronchas rojas
  • hinchazón
  • bajada de la tensión arterial

La alergia a la leche es como la mayoría de las alergias alimentarias. Suele ocurrir en un plazo de pocos minutos a horas después de ingerir alimentos que contienen proteínas lácteas.

Aunque no sea demasiado frecuente, las alergias a la leche pueden provocar reacciones graves, que reciben el nombre de anafilaxia. La anafilaxia al principio se puede manifestar como si se tratara de una reacción alérgica leve y luego empeorar rápidamente. Una persona que presenta anafilaxia puede tener problemas para respirar, sentirse muy mareada y perder la conciencia. Si no se trata, la anafilaxia puede poner en peligro la vida del afectado.

La alergia a la leche se suele confundir con la intolerancia a la lactosa porque ambas afecciones pueden cursar con síntomas similares (como el dolor de estómago o la distensión abdominal). De todos modos, no están relacionadas, puesto que:

  • En la alergia a la leche participa el sistema inmunitario.
  • En la intolerancia a la lactosa participa el sistema digestivo (que no fabrica una cantidad suficiente de la enzima necesaria para descomponer el azúcar de la leche).

¿Cómo saben los médicos si se trata de una alergia a la leche?

Si tu médico sospecha que podrías ser alérgico a la leche, lo más probable es que te derive a un alergólogo (un especialista en alergias) para que te practique las pruebas pertinentes. El alergólogo te formulará algunas preguntas. Estas es posible que cubran aspectos como con qué frecuencia presentas la reacción, el tiempo que suele transcurrir entre la ingesta del alimento y la aparición de los síntomas y si hay algún otro miembro en tu familia que tiene alergias o afecciones como el eccema y el asma.

Es posible que el alergólogo te practique una prueba cutánea. Esta prueba supone colocar extractos líquidos de la proteína de la leche sobre la piel del antebrazo o de la espalda del paciente, pinchar superficialmente estas áreas y esperar para ver si se forman unos granitos rojizos que sobresalen sobre la superficie de la piel y que son indicativos de una reacción alérgica.

Deberás dejar de tomar cualquier medicamento que puedas estar tomando contra la alergia (como antihistamínicos de venta sin receta) entre cinco y siete días antes de que te hagan la prueba cutánea, ya que estos medicamentos pueden interferir en sus resultados. La mayoría de los medicamentos contra el resfriado, así como algunos antidepresivos, también pueden afectar los resultados de la prueba cutánea. Si no estás seguro de qué medicamentos debes dejar de tomar y durante cuánto tiempo, infórmate en la consulta del alergólogo antes de que te hagan la prueba.

Algunos médicos también pueden ordenar una pruebe de sangre, donde la mezclarán con algunos de los supuestos alérgenos y comprobarán si hay o no anticuerpos IgE.

Las pruebas anteriores se utilizan para diagnosticar lo que los médicos denominan alergia a la leche de inicio rápido. Pero la prueba cutánea y el análisis de sangre no son tan útiles para aquellas personas cuya reacción alérgica a la leche se desarrolla con mayor lentitud.

En estos casos, los médicos intentan hacer el diagnóstico mediante una prueba de provocación. Se le indica a la persona que no beba ni coma ningún alimento elaborado con leche durante un período de tiempo, generalmente unas pocas semanas. Luego, durante la prueba se le da un alimento lacteo, la persona ingiere alimentos que contienen leche bajo la atenta supervisión de un médico. Si los síntomas reaparecen tras la ingesta de lácteos, es bastante probable que la persona padezca una alergia a la leche.

¿Cómo se trata?

Para tratar la alergia a la leche, la persona solo necesita evitar por completo cualquier alimento que contenga leche o sus derivados.

Pero evitar la leche implica mucho más que limitarse a no incluir el queso en los bocadillos. Si eres alérgico a la leche, deberás leer atentamente todas las etiquetas de alimenticios y no ingerir nada sobre lo que no estés seguro. Es una buena idea consultar a un dietista certificado para elaborar un buen plan de alimentación que te aporte todos los nutrientes que necesitas al tiempo te permite evitar los alimentos que no puedes ingerir.

Si padeces una alergia grave a la leche (o cualquier otro tipo de alergia grave), es posible que el médico te indique que lleves siempre encima un inyectable de adrenalina (o epinefrina) a utilizar en caso de emergencia. La adrenalina se vende en envases fáciles de llevar de aproximadamente el tamaño de un rotulador grande. Es fácil de utilizar y tu médico te enseñará cómo hacerlo.

Si ingieres por error algo que contenga leche o derivados de la leche y empiezas a presentar síntomas alérgicos graves, tales como hinchazon de la mucosa de la boca, dolor de pecho o dificultad para respirar, ponte la inyección de inmediato para contrarrestar la reacción anafiláctica mientras esperas la llegada de la ayuda médica. Si utilizas el inyectable de adrenalina, llama siempre al teléfono de emergencias (911 en EE.UU, 999 en el Reino Unido y 112 en el resto de la U.E.). También debes asegurarte de que dispones de inyectables de adrenalina de fácil acceso tanto en tu centro de estudios como en los domicilios de tus mejores amigos.

Si padeces una alergia grave a la leche, la conducta de tener siempre a mano un inyectable de adrenalina debería formar parte de tu plan de acción contra la alergia. También es una buena idea llevar encima un antihistamínico de venta sin receta, ya que estos medicamentos permiten aliviar los síntomas alérgicos en algunas personas. De todos modos, los antihistamínicos se deben utilizar de forma complementaria a la adrenalina y nunca como sustitutos de este inyectable.

Si has tenido que ponerte una inyección de adrenalina para contrarrestar una reacción alérgica grave, dirígete inmediatamente a un centro médico o a un servicio de urgencias hospitalarias para que te faciliten tratamiento adicional en caso necesario. Hasta un tercio de las reacciones anafilácticas presentan una segunda ráfaga u oleada de síntomas varias horas después del ataque inicial. Por lo tanto, deberían tenerte bajo observación en una clínica u hospital durante las cuatro a ocho horas posteriores a la reacción anafiláctica.

Vivir con una alergia a la leche

Puede ser todo un reto tener que eliminar la leche de tu dieta, pero no es imposible. Puesto que ni siquiera las personas que pueden beber leche sin problemas ingieren suficiente cantidad de calcio, ahora existen muchos alimentos que están enriquecidos con este nutriente, como los zumos, los cereales para el desayuno, el arroz y las bebidas de soja. De todos modos, antes de beber cualquier producto que esté enriquecido con calcio, asegúrate de que no contiene lácteos.

La leche y sus derivados se pueden esconder en un montón de sitios extraños, como los embutidos. El chocolate es otro producto que puede contener lácteos, de modo que asegúrate de leer bien su etiqueta antes de probarlo.

Los fabricantes de productos alimenticios vendidos en EE.UU. deben especificar en las etiquetas alimentarias si un producto contiene cualquiera de los alérgenos más frecuentes. Esto implica que, si resides en EE.UU., deberías encontrar en las etiquetas de los productos alimenticios que pueden desencadenar reacciones alérgicas a la leche afirmaciones como las siguientes: "contiene ingredientes procedentes de la leche", "fabricado con lácteos", "elaborado con derivados de la leche" o "fabricado en instalaciones que también procesan lácteos".

Este nuevo requisito del etiquetado facilita más las cosas que tenerse que leer el listado completo de ingredientes; en vez de tener que saber que el ingrediente "caseína hidrolizada" proviene de las proteínas de la leche, podrás constatar a simple vista qué alimentos debes evitar. De todos modos, sigue siendo recomendable que conozcas las "palabras clave" de los lácteos para poderlos detectar en los listados de ingredientes.

Algunos de los ingredientes y alimentos que contienen leche son los siguientes:

  • caseína, caseína cálcica, hidrolizado de caseína, caseinato de magnesio, caseína potásica, caseína cuajada o cuajo de caseína, caseína sódica
  • derivados de la leche, como el queso, el yogur, el pudín, la crema de leche, la cuajada y el requesón
  • mantequilla, extracto de mantequilla, grasa de mantequilla, aceite de mantequilla, sabor artificial de mantequilla
  • lactoalbúmina, fosfato de lactoalbúmina, lactoglobulina, lactosa
  • margarina
  • cremas para el café
  • suero, hidrolizado de suero

Las leches de soja y de arroz son buenas alternativas a la leche de vaca, pero la leche de cabra no lo es. Esto se debe a que la proteína de la leche de cabra es muy parecida a la de la leche de vaca y puede provocar el mismo tipo de reacciones alérgicas.

Los alimentos veganos carecen de ingredientes de origen animal, como los huevos y la leche. Puedes adquirir productos veganos en los establecimientos de venta de comida sana. De todos modos, lee atentamente las etiquetas de los quesos de soja. En sus envases puede poner que no contienen leche pero podrían contener proteínas de la leche.

Si eres de los golosos, los postres fríos, los sorbetes y los pudines elaborados con soja o arroz son unos buenos sustitutos de los helados (siempre que no seas alérgico al arroz ni a la soja) y también lo son los polos de hielo. Para hacer pasteles, los sucedáneos de la leche van igual de bien que la leche y algunos hasta quedan mejor. La margarina sin lácteos va tan bien como la mantequilla, tanto en las recetas como para extenderla en el pan.

Las leches de soja y de arroz son buenas alternativas a la leche de vaca, pero la leche de cabra no lo es. Esto se debe a que la proteína de la leche de cabra es muy parecida a la de la leche de vaca y puede provocar el mismo tipo de reacciones alérgicas.

Intenta evitar los fritos y los rebozados. Aunque el rebozado no contenga lácteos, el aceite utilizado para freírlos puede haberse utilizado para freír algo que contenía leche.

La gente suele ser comprensiva con la gente afectada por una alergia alimentaria; a nadie le interesa poner en peligro la salud de otra persona. Cuando comas fuera de casa, pide los platos más sencillos y formula preguntas detalladas a los camareros sobre los componentes del menú. Cuando comas en el domicilio de un amigo, explícale tu situación y no te dé vergüenza hacer preguntas sobre la comida.

Padecer una alergia a la leche no implica tener que dejar de disfrutar de la comida. De hecho, hay gente que cree que algunos de los sustitutos de la leche, como la leche de vainilla de soja, saben mejor que la leche de vaca ordinaria. Al igual que con cualquier dieta especial, ¡probablemente comprobarás que el hecho de tener que evitar la leche te permite explorar y descubrir algunos alimentos riquísimos que, si no fueras alérgico a la leche, no habrías probado en tu vida!

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Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.

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