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Alimentar a su bebé es una experiencia emocionante para cualquier padre primerizo. También puede intimidar un poco, sobre todo cuando uno no sabe muy bien qué esperar. He aquí una guía rápida sobre un aspecto importante de la alimentación del bebé: hacerlo eructar.
Los eructos ayudan a expulsar parte del aire que los bebés tienden a tragar mientras se alimentan. En algunos bebés, el hecho de que no los hagan eructar a menudo y de que traguen demasiado aire pueden hacer que regurgiten, se pongan inquietos y tengan gases.
Para hacer eructar a su bebé, unas palmaditas suaves y repetidas en la espalda deberían funcionar; no es necesario que lo golpee con fuerza. Para evitar que el bebé manche la ropa cuando regurgite o tenga "eructos húmedos", tal vez prefiera colocar una toallita o babero bajo la barbilla del bebé o sobre su propio hombro.
Pruebe a experimentar con distintas posturas para hacer eructar a su bebé a fin de encontrar la que les resulte más cómoda a ambos. Muchos padres prefieren utilizar uno de los tres siguientes métodos:
Si el bebé parece inquieto mientras lo alimenta, deje temporalmente de alimentarlo, hágalo eructar y vuelva a alimentarlo de nuevo. Intente hacerlo eructar cada de 2 a 3 onzas (de 60 a 90 ml) de leche si le da el biberón, o cada vez que lo cambie de pecho si lo amamanta.
Si su bebé es proclive a tener gases, regurgita mucho, padece una enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o parece inquieto mientras lo alimenta, intente hacerlo eructar tras cada onza (30 ml) de leche si le da el biberón o cada cinco minutos si lo amamanta. Si el bebé no eructa al cabo de pocos minutos, cámbielo de postura e intente hacerlo eructar durante unos pocos minutos más antes de volverlo a alimentar. Haga eructar siempre al bebé al concluir la toma.
Durante los primeros seis meses de vida, mantenga a su bebé en una postura erguida durante los 10 a 15 minutos (o durante más tiempo, si el bebé tiende a regurgitar o padece la enfermedad por reflujo gastroesofágico) inmediatamente posteriores a cada toma para impedir el reflujo de la leche. Pero no se preocupe si su bebé regurgita a veces. Probablemente le molesta más a usted que a él.
A veces, su bebé se despertará porque tiene gases; en esa situación, el mero hecho de colocarlo erguido y hacerlo eructar es posible que lo ayude a volver a conciliar el sueño. A medida que su bebé se haga mayor, a usted no le debería preocupar que deje de eructar durante o después de cada toma. Generalmente, esto solo significa que ya ha aprendido a comer sin tragar demasiado aire.
Los bebés con cólico del lactante (tres o más horas diarias de llantos continuos) es posible que tengan gases por haber tragado demasiado aire durante las crisis de llanto, lo que puede incrementar su malestar. Utilizar gotas contra los gases no se ha demostrado que sea una forma eficaz de tratar los cólicos ni los gases, y algunos de los medicamentos que se venden con este propósito pueden ser peligrosos.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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