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El sarampión es una infección respiratoria muy contagiosa. Provoca una erupción cutánea en todo el cuerpo y síntomas gripales. Es poco frecuente en EE.UU. gracias a la vacunación generalizada. Pero cada año hay millones de casos en todo el mundo.
Puesto que el sarampión está causado por un virus, no hay ningún medicamento específico para tratarlo. El virus tiene que seguir su curso. Los niños que lo contraigan deberán beber muchos líquidos, hacer mucho reposo y no ir a la escuela o a la guardería para evitar contagiar a otras personas.
Los primeros síntomas del sarampión suelen ser tos seca, secreción nasal, fiebre alta y enrojecimiento ocular. Los niños también pueden tener manchas de Koplik (unas manchitas rojas con el centro blanco azulado) dentro de la boca antes de que empiece la erupción en la piel.
Esta aparece entre 3 y 5 días después de que se manifiesten los primeros síntomas, y a veces va acompañada de fiebre alta de hasta 104 °F (40 °C). La erupción pardo-rojiza suele empezar con manchas rojas planas en la frente. Se extiende al resto de la cara y, después, por el cuello y el torso hacia las brazos, las piernas y los pies. La fiebre y la erupción desaparecen poco a poco al cabo de unos días.
El sarampión es muy contagioso. De hecho, 9 de cada 10 personas que no están vacunadas contra él lo contraerán si están cerca de una persona infectada.
El sarampión se transmite cuando las personas inspiran fluidos infectados por el virus o entran en contacto con ellos. Se puede contagiar a través de gotitas que se expulsan al aire cuando alguien con sarampión estornuda o tose. Es posible que una persona que se exponga al virus no presente síntomas hasta 8-10 días después.
Las personas con sarampión pueden transmitir la enfermedad desde 4 días antes a que aparezca la erupción en la piel hasta unos 4 días después. Son más contagiosas cuando tienen fiebre, secreción nasal y tos. Las personas con el sistema inmunitario debilitado por otras afecciones (como el VIH y el SIDA) pueden transmitir el virus del sarampión hasta que se recuperen.
No existe un medicamento específico para tratar el sarampión. Para ayudar a aliviar los síntomas:
Los niños con sarampión deben estar bajo la atenta supervisión de un médico. En algunos casos, el sarampión puede conducir a otras complicaciones, como:
Los niños con sarampión no deben entrar en contacto con otros niños durante los cuatro días posteriores a la aparición de la erupción en la piel. Aquellos niños que tengan el sistema inmunitario debilitado deben seguir separados de los demás niños hasta que se recuperen por completo y dejen de presentar síntomas.
Esta infección puede durar varias semanas. La mayoría de las personas no presentarán síntomas hasta 10-14 días después de exponerse al virus.
La mejor manera de proteger a su hijo es asegurarse de vacunarlo contra el sarampión.
En la mayoría de niños, la protección contra el sarampión forma parte de la vacuna triple vírica: contra el sarampión, las paperas y la rubéola o de la vacuna cuádruple vírica: contra el sarampión, las paperas, la rubéola y la varicela, que se administra cuando tienen entre 12 y 15 meses y de nuevo cuando tienen entre 4 y 6 años.
Es importante que todos los niños que puedan vacunarse lo hagan siguiendo el calendario de vacunación. Las personas de riesgo (como las que tienen el sistema inmunitario debilitado) no se pueden vacunar y dependen de la “inmunidad de grupo”. Esto ocurre cuando muchas personas están vacunadas contra una enfermedad, lo que impide que se propague y ayuda a evitar brotes.
Al igual que con otros calendarios de vacunación, existen excepciones importantes y circunstancias especiales. Por ejemplo, un niño que viajará fuera de los Estados Unidos puede vacunarse tan pronto como a los 6 meses de edad. Hable con el médico de su hijo para saber cuándo es necesario darle la vacuna.
Llame al médico de inmediato si cree que su hijo puede haber contraído el sarampión. Hágalo también si su hijo ha estado con una persona infectada, sobre todo si:
Antes de que se dispusiera de una vacuna contra el sarampión, cada año en los EE.UU.:
La vacunación generalizada ha hecho que los casos de sarampión en EE.UU. sean mínimos. Pero todavía hay brotes. Se declara que existe un brote cuando la enfermedad ocurre en un número mayor de personas de lo esperado en ciertas áreas. Los brotes de sarampión han aumentado en todo el mundo, principalmente porque las personas no se vacunan.
Quienes corren el mayor riesgo de contagio durante un brote son:
Los médicos pueden administrar una inyección de anticuerpos contra el sarampión (llamada inmunoglobulina) a las personas que se han expuesto al sarampión y que tienen un riesgo elevado de contraer la enfermedad. Estos anticuerpos pueden prevenir el sarampión o bien moderar sus síntomas.
Es posible que la vacuna contra el sarampión puede dar cierta protección a las mujeres que no estén embarazadas y a las personas que no pertenezcan a un grupo de riesgo si se administra en las 72 horas posteriores a la exposición al virus del sarampión.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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