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Una conmoción cerebral es una lesión que afecta el funcionamiento del cerebro y puede causar síntomas, como dolor de cabeza, mareos y confusión. Los síntomas suelen desaparecer luego de unos pocos días o de hasta un mes, con reposo y una vuelta gradual a la escuela y a las actividades regulares. A veces, los síntomas duran más tiempo.
Los síntomas de una conmoción cerebral pueden ocurrir justo después de una lesión en la cabeza o desarrollarse durante las horas o días posteriores. Estos síntomas pueden incluir:
Una persona con una conmoción cerebral también puede tener problemas para concentrarse o problemas de aprendizaje, de sueño, ansiedad o tristeza.
Las conmociones cerebrales pueden ocurrir después de un golpe en la cabeza con pérdida de la conciencia, pero también pueden ocurrir sin que haya pérdida de la conciencia.
Una conmoción cerebral ocurre cuando hay una lesión en el cerebro. Esto puede ocurrir cuando se recibe un golpe en la cabeza, por ejemplo, debido a una caída. Pero también puede haber conmociones cerebrales sin que se reciba ningún golpe en la cabeza, por ejemplo, en un accidente de tráfico, cuando la cabeza se mueve súbita y enérgicamente hacia delante y hacia atrás. El movimiento brusco hace que ocurran cambios en el flujo de sangre y en las sustancias químicas dentro del cerebro. Estos cambios son los que generan los síntomas de las conmociones cerebrales.
En los niños y los adolescentes, la mayoría de las conmociones cerebrales ocurren mientras están haciendo deporte. El riesgo es mayor entre los niños que son animadores (cheerleaders) o que practican fútbol americano, hockey sobre hielo, lacrosse, fútbol o hockey sobre césped.
Los niños también pueden sufrir una conmoción cerebral en los accidentes de automóvil o bicicleta, las caídas, las peleas o cualquier otra actividad donde se puedan lesionar la cabeza.
Un niño que se lesione la cabeza debe ser evaluado por un profesional de la salud (como un médico, un enfermero especializado o un asociado médico). Para diagnosticar una conmoción cerebral, el profesional de la salud hará lo siguiente:
Las conmociones cerebrales no se ven en las tomografías axiales computadas (o TAC) ni en las resonancias magnéticas (RM). Estas pruebas se pueden hacer para detectar otros problemas si una persona:
Para recuperarse de una conmoción cerebral leve es necesario ir retomando de forma gradual las actividades, buscando el equilibrio entre no hacer demasiado ni muy poco.
Durante el primer día o el primer par de días, su hijo deberá evitar todas las actividades físicas y las actividades que impliquen concentrarse mucho (como la tarea escolar). Haga que se relaje estando en casa. Puede dormir si se encuentra cansado. Puede realizar actividades tranquilas, como hablar con amigos y familiares, leer, dibujar, pintar o jugar a juegos tranquilos. Debe evitar todo tipo de pantallas (incluidas las de televisores, computadoras y teléfonos) durante los dos días posteriores a la conmoción cerebral.
En general, después de aproximadamente un día, los niños pueden hacer más actividades, como salir a dar un paseo. Deben continuar evitando los deportes y las actividades que puedan causar otra conmoción cerebral. No es necesario que los síntomas hayan desaparecido por completo para que su hijo vaya añadiendo actividades. Pero si sus síntomas empeoran con una actividad, deberá dejar de practicarla. Podrá probar de volverla a practicar más tarde o al día siguiente, o bien probar modalidades menos intensas de esa actividad.
Mantenga a su hijo alejado de todos los deportes y de cualquier actividad que pueda favorecer las lesiones en la cabeza (como jugar de forma activa o brusca, montar en bicicleta o en monopatín) hasta que le hayan desaparecido los síntomas por completo y cuente con el visto bueno del profesional de la salud. Es importante prevenir una nueva conmoción cerebral, porque las conmociones cerebrales reiteradas pueden tener efectos graves y duraderos en el cerebro.
Después de unos pocos días, su hijo debería encontrarse lo bastante bien como para volver a ir a la escuela. Trabaje con el profesional de la salud y el equipo de la escuela de su hijo a fin de crear un plan para retomar las clases. Es posible que su hijo necesite empezar con una jornada escolar más corta o con una carga de trabajo menor.
No permita que su hijo adolescente conduzca un automóvil hasta que el profesional de la salud le dé el visto bueno.
Otras cosas que pueden ser de ayuda:
Llame al profesional de la salud si su hijo:
Lleve a su hijo a un servicio de urgencias médicas, o llame al 911, si no logra despertarlo o si tiene una crisis convulsiva.
Su hijo necesita su apoyo mientras se recupera de una conmoción cerebral. Ayúdelo a ir añadiendo actividades razonables pero también sepa reconocer cuándo el cuerpo y el cerebro necesitan más tiempo para recuperarse. No le diga nunca a su hijo: “sopórtalo, porque eso te hará más fuerte” si tiene problemas con una actividad. Esto puede hacer más lento su proceso de recuperación y empeorar los síntomas de su conmoción cerebral.
No permita que su hijo retome el deporte hasta que cuente con el visto bueno del profesional de la salud que lo atiende. Tener otra conmoción cerebral antes de haberse recuperado de una conmoción cerebral previa puede ser muy peligroso.
Los síntomas pueden variar con cada conmoción cerebral. Las conmociones cerebrales reiteradas pueden producir cambios cerebrales permanentes. No todas las conmociones cerebrales se pueden prevenir, pero usted puede tomar medidas para hacer que las conmociones cerebrales sean más improbables.
Si su hijo sufre otra conmoción cerebral, debe dejar el deporte o cualquier otra actividad que esté realizando e informar de inmediato a usted, a su entrenador, su profesor u otro adulto de confianza. Luego se debería llamar al profesional de la salud que atiende a su hijo, quien podría querer verlo.
Obtenga más información sobre las conmociones cerebrales en línea:
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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