Una fractura por estrés es una leve rajadura en un hueso.
Las fracturas por estrés suelen aparecer por repetir el mismo movimiento una y otra vez (por ejemplo, cuando alguien se entrena para un deporte). También pueden aparecer por las actividades diarias en las personas con huesos débiles debido a una mala nutrición o a una afección médica.
Una persona con una fractura por estrés podría notar lo siguiente:
Las zonas más comunes para sufrir una fractura por estrés son la parte inferior de la pierna y el pie. Pero también pueden aparecer en otros lugares, como los brazos, la columna o las costillas.
Para diagnosticar una fractura por estrés, un profesional del cuidado de la salud primero hará preguntas acerca de la salud general y las actividades (como los deportes). Después, hará un examen físico para determinar si hay dolor, inflamación o enrojecimiento. En general, se suelen hacer radiografías.
Algunas fracturas por estrés no aparecen en las radiografías hasta unas pocas semanas después de que comienza el dolor en el hueso. En algunos casos, es necesario hacer una resonancia magnética o un centellograma.
Las partes más importantes del tratamiento de una fractura por estrés son las siguientes:
En ocasiones, los niños o adolescentes con una fractura por estrés necesitan una escayola, una férula, un corsé o una bota. Rara vez es necesario recurrir a una cirugía.
Los niños con dolor debido a una fractura por estrés pueden hacer lo siguiente:
El asesoramiento psicológico y nutricional pueden resultar útiles si la fractura se debe a una mala nutrición o a un trastorno de la alimentación.
Pregúntele al profesional del cuidado de la salud de su hijo si el niño puede hacer ejercicio físico con la parte del cuerpo donde no se encuentra la fractura. Por ejemplo, si un niño tiene una fractura en el pie, tal vez pueda hacer ejercicios con los brazos y los hombros. Esto puede ayudar a los niños a mantenerse activos mientras se curan.
Después de unas pocas semanas, pregúntele al profesional del cuidado de la salud si su hijo puede comenzar a incrementar lentamente la actividad. El profesional tal vez le recomiende hacer terapia física para ayudar a que el niño retome de manera segura los deportes.
Los padres pueden ayudar a prevenir las fracturas por estrés asegurándose de que sus hijos:
Los niños muy activos o que practican deportes deben hacer lo siguiente:
Si se las detecta a tiempo y se tratan de manera correcta, la mayoría de las fracturas por estrés se curan correctamente. Pero si una persona retoma las actividades demasiado pronto, las pequeñas fracturas por estrés pueden agrandarse y ser más difíciles de curar.
Ayude a su hijo pequeño o adolescente a seguir las indicaciones del médico para poder retomar las actividades y los deportes lo más pronto posible.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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