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Si su hijo va de vientre en lugares que no son el baño, usted ya sabe lo frustrante que puede llegar a ser. Es posible que los padres den por sentado que los niños que manchan la ropa interior se están portando mal o son demasiado vagos para usar el baño cuando lo necesitan.
Pero hay muchos niños que superan la edad en que se aprende a usar el inodoro (generalmente, mayores de 4 años de edad) y que manchan la ropa interior por tener encopresis. Tienen un problema intestinal que atenúa la urgencia normal de ir al baño. Por lo tanto, no pueden controlar los accidentes que suelen tener con sus deposiciones.
La encopresis no es una enfermedad. Es un síntoma que puede tener muchas causas diferentes.
Muchos casos de encopresis se deben al estreñimiento. Las heces son duras, secas y difíciles de expulsar cuando una persona está estreñida. Muchos niños "retienen" las heces para evitar el dolor que sienten al ir de vientre, lo que prepara el terreno para tener accidentes relacionados con las heces.
Hay una gran variabilidad en lo que se refiere a defecar con "normalidad". Un niño puede ir una o dos veces al día de vientre, mientras que otro puede ir de vientre tres o cuatro veces a la semana.
Un niño que va de vientre solo una vez cada tres días sin problemas, no tiene estreñimiento si las heces son blandas y de tamaño medio. Pero un niño que va una vez de vientre cada día, pero sus heces son duras (independientemente de que haga poco o mucho de vientre) sí que tiene estreñimiento. También lo pueden tener los niños que van de vientre cada día, pero que solo hacen bolitas y siempre les quedan heces dentro del recto.
Entre las causas de tener heces duras, se pueden incluir:
Cuando un niño retiene sus deposiciones, las heces se le empiezan a acumular dentro del recto y la retención puede llegar a ascender hasta el colon, y es así como se inicia un ciclo de frustración.
La función del colon consiste en extraer agua de las heces antes de evacuarlas. Cuanto más tiempo pasen las heces dentro del colon, más agua se extraerá de ellas, y más difícil resultará que se abran paso a lo largo del colon, al ser secas, duras y voluminosas. Las heces voluminosas también distienden el colon (hacen que este órgano dé de sí), debilitando sus músculos y afectando a los nervios que le indican al niño que ha llegado el momento de hacer de vientre.
Cuando el niño vaya de vientre, el colon no podrá expulsar con facilidad las heces duras y, además, le resultará doloroso expulsarlas. Por eso, el niño seguirá evitando defecar, a menudo moviéndose de aquí para allá, cruzando las piernas, poniendo expresiones raras o caminando de puntillas.
Con el tiempo, el recto y la parte inferior del colon se llenan tanto que el esfínter (la válvula muscular que controla la expulsión de las heces por el ano) no logra retener las heces. Por lo tanto, saldrá por el ano una defecación parcial, que hará que el niño manche la ropa interior. También se pueden colar heces más blandas entre la gran masa de heces duras y manchar la ropa interior del niño cuando se le relaje el esfínter.
Los niños no pueden evitar este tipo de accidentes y a veces ni siquiera se enteran de que los están teniendo, porque los nervios no les están enviando las señales que regulan la expulsión de las heces.
Los padres se pueden preocupar o se pueden alterar cuando sus hijos tienen este tipo de accidentes. Pero recuerde que los niños no los pueden evitar, y que se suelen avergonzar de tenerlos. Hay algunos que hasta tratan de ocultar su ropa interior manchada a sus padres. Apoyar a estos niños, así como buscar y tratar la causa de su encopresis, ayudará a que esta mejore.
Llame al médico si su hijo presenta cualquier síntoma de encopresis:
Manchar la ropa interior y el estreñimiento son los dos principales motivos de que los niños vayan a gastroenterólogos (médicos especializados en diagnosticar y tratar los trastornos que afectan al estómago y a los intestinos).
La encopresis no es un problema de comportamiento ni una simple falta de autocontrol. Castigar o humillar a un niño por tener encopresis solo conseguirá empeorar las cosas.
En lugar de eso, hable con el médico de su hijo para que los ayude a abordar este problema que, aunque plantea desafíos, se puede tratar. Es posible que el médico de su hijo les recomiende que visiten a un gastroenterólogo.
El tratamiento de la encopresis tiene tres fases:
Tenga en cuenta que las recaídas son normales, o sea que no se desanime. Es posible que su hijo vuelva a ir estreñido otra vez y que vuelva a manchar la ropa interior durante el tratamiento, sobre todo cuando le reduzcan o le dejen de dar ablandadores de heces.
Una buena forma de hacer un seguimiento de los avances de su hijo consiste en llevar un registro diario de las veces que va de vientre. Asegúrese de registrar la frecuencia, la consistencia (heces duras, blandas, secas), y el tamaño (mucho o poco) de sus deposiciones.
La paciencia es clave para tratar la encopresis. Que un colon distendido recupere su tamaño normal y que sus nervios vuelvan a ser eficaces para trasmitir señales puede costar de varios meses a un año.
La dieta y el ejercicio físico son muy importantes para mantener las heces blandas y los movimientos intestinales regulares. Asegúrese de que su hijo consuma abundante cantidad de alimentos ricos en fibra. Sírvale fruta fresca, fruta deshidratada, como ciruelas y uvas pasas, alubias, verdura y pan y cereales integrales y ricos en fibra.
Pruebe formas creativas de añadir esos alimentos a la dieta de su hijo:
Haga que su hijo beba abundante cantidad de líquido cada día, sobre todo, agua. El jugo de fruta al 100% (como el de pera, melocotón o ciruela) es una buena opción si su hijo no está bebiendo suficiente cantidad de agua. Limite la comida rápida y la comida basura. También podría ayudar el hecho de limitar la ingesta de lácteos por parte de su hijo (leche, queso y yogur).
El éxito del tratamiento de la encopresis depende del apoyo que reciba un niño. Algunos padres constatan que el refuerzo positivo (recompensar al niño cuando vaya de vientre) ayuda a animarlo a largo de todo el tratamiento. Por ejemplo, dibuje una estrella o pegue un adhesivo en el calendario de ir de vientre (o de intentar ir de vientre), sentarse en el inodoro o tomarse un medicamento para ir de vientre.
No culpe, grite ni regañe a su hijo; solo conseguirá hacer que se sienta mal y no ayudará en nada a tratar este problema. Con mucho amor, apoyo y la seguridad de que no es la única persona del mundo que tiene este problema, su hijo puede superar la encopresis.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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