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La llegada de los huracanes, a diferencia de algunas tormentas, puede conocerse con cierto tiempo de anticipación. Tal vez se pregunte durante días si azotarán el lugar en el que vive y esto puede ser estresante para usted y para su familia. Estar preparados (y permitir que los hijos ayuden) puede darles una sensación de control y hacer que todos se sientan menos ansiosos. He aquí algunos consejos para ayudar a su familia a planificar.
Explíqueles a sus hijos lo que están haciendo como familia para prepararse y permítales ayudar. Enséñeles a sus hijos a estar preparados, no aterrados.
Prepare kits de emergencia. Los huracanes pueden provocar cortes en el suministro de energía, agua y otros servicios públicos; ayude a sus hijos a armar kits que les permitan estar preparados para las tormentas. Incluya elementos como una radio para escuchar el pronóstico, agua, alimentos enlatados, linternas, baterías y cargadores de teléfono a batería. Tal vez necesite evacuar o quedarse en su casa; por eso, prepare un kit para llevar y otro para el hogar. La Cruz Roja cuenta con listas completas de los elementos necesarios en internet.
Los bebés necesitarán más elementos, como fórmula y pañales. Los niños que tengan una afección médica, como asma, diabetes o una enfermedad que requiera el uso de un equipo eléctrico (como un respirador) necesitarán otros implementos. El médico puede indicarle qué debe obtener.
Los niños pueden ayudar a reunir los elementos o ir de compras con usted. Planifique las cosas con tiempo de antelación. Cuando hay noticias sobre un posible huracán, las tiendas suelen quedarse sin algunos productos, como agua embotellada. Piense también en qué alimentos y suministros necesitará para sus mascotas.
Reúna los elementos de primeros auxilios. Es importante tener un botiquín de primeros auxilios a mano. Los niños pueden ayudarlo a prepararlo y ver si algunos de los productos ya están vencidos.
Después de un huracán, los servicios de emergencia del 911 probablemente estén muy ocupados o retrasados debido al bloqueo de los caminos. Como parte de su preparación para una tormenta, considere tomar una clase de primeros auxilios o de resucitación cardiopulmonar (RCP) junto con sus hijos adolescentes. Algunas se imparten en línea.
Prepare un teléfono. Mantenga los teléfonos celulares con su carga completa. Descargar una aplicación con el pronóstico del clima puede permitirle mantenerse informado sobre el lugar en el que se encuentra la tormenta. Además, coloque los números de teléfono de las compañías de servicios públicos en los contactos de su teléfono por si llega a perder el suministro.
Quizás sea difícil visitar a su médico después de un huracán; consulte si se pueden realizar visitas de telesalud en su zona. Tal vez exista una aplicación que pueda instalar de antemano en su celular.
Asegure la vivienda y el jardín. Si sus hijos no son muy pequeños, caminen juntos alrededor de la casa y permita que lo ayuden a cerrar las puertas y a proteger las ventanas. También pueden ayudar a colocar elementos como bicicletas y muebles de jardín en el interior y a levantar las ramas del jardín. Durante un huracán, los objetos arrastrados por el viento pueden ser peligrosos.
Esté atento a sus vecinos. Los adultos mayores u otros vecinos podrían necesitar ayuda para contar con los elementos necesarios o para preparar su casa. Permita que los niños mayores ayuden con lo que puedan.
Fijen un lugar de encuentro. Decida dónde puede reunirse la familia en caso de que queden separados durante un huracán o después de un huracán. Podría ser un lugar como la casa de un vecino o un lugar conocido del barrio.
Los fenómenos meteorológicos como tormentas eléctricas severas, tornados y huracanes pueden atemorizar a los niños. He aquí cómo ayudar a los niños a sentirse menos estresados:
Si se quedan sin energía eléctrica durante un tiempo, busque cosas que sus hijos puedan hacer hasta que se restablezca el suministro. Podrían leer, jugar un juego de mesa o a las cartas, hacer un rompecabezas, dibujar o pintar. También puede sugerirles manualidades sencillas, como coser (podrían bordar un diseño en una vieja camiseta) o hacer origami (figuras de papel plegado).
También pueden jugar juegos que requieran pocos materiales o ninguno, como hacer sombras con las manos, adivinanzas y el juego de las 20 preguntas. Para mantenerse en movimiento, pueden bailar. E intente aliviar parte del estrés haciendo juntos ejercicios de respiración.
Hacer que la familia participe en la preparación para una tormenta puede ser beneficioso para todos, pero los niños tal vez continúen sintiéndose nerviosos. Hable con ellos sobre la tormenta para aliviar sus temores.
Si su casa o su vecindario resultan dañados después de un huracán consulte los consejos de los CDC para mantenerse seguros y a salvo.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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