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La bronquiolitis es una enfermedad de las vías respiratorias. Ocurre cuando unas vías diminutas llamadas "bronquiolos" contraen una infección de origen viral. Estas vías respiratorias se inflaman, se hinchan y se llenan de mucosidades, lo que puede dificultar la respiración.
La bronquiolitis:
La asistencia a guarderías y ser fumador pasivo (exponerse al humo del tabaco fumado por otras personas) también aumentan el riesgo de desarrollar bronquiolitis.
La bronquiolitis es una infección viral. El virus respiratorio sincitial (VRS) causa más de la mitad de los casos.
Otros virus que también puede causar bronquiolitis son los siguientes:
La bronquiolitis suele ser una enfermedad leve. Pero algunos bebés corren el riesgo de enfermar de gravedad, incluyendo los que:
En estos bebés, la bronquiolitis se debe tratar en un hospital.
Los niños que han padecido una bronquiolitis cuando eran bebés tienen más probabilidades de desarrollar asma más adelante. Aún no está claro si la bronquiolitis provoca o desencadena el asma o si los niños que desarrollan asma más adelante ya eran más proclives a la bronquiolitis cuando eran bebés.
Los primeros síntomas de la bronquiolitis suelen ser los mismos que los del resfriado común:
Estos síntomas duran uno o dos días. Van seguidos de empeoramiento de la tos, resuello y respiración sibilante (emisión de "pitos" o silbidos agudos al espirar).
A veces, ocurren problemas respiratorios más graves con el paso del tiempo. Esté pendiente de lo siguiente:
A veces estos problemas pueden conducir a una deshidratación. Con menor frecuencia, los bebés, sobre todo los prematuros, pueden tener breves episodios donde dejan de respirar (llamados apneas) antes de desarrollar otros síntomas.
En los casos graves, los síntomas empeoran rápidamente. Un niño con bronquiolitis grave puede:
Las infecciones que pueden provocar una bronquiolitis son contagiosas. Los gérmenes se pueden propagar a través de pequeñas gotas del líquido procedentes de la nariz y la boca de una persona infectada al estornudar, toser o reírse. Las gotas de líquido infectadas también pueden acabar en objetos que toca la persona infectada, como pañuelos usados o juguetes.
Los bebés que van a guarderías tienen un mayor riesgo de contraer una infección que podría conducir a una bronquiolitis porque están en contacto directo con muchos otros bebés y niños pequeños.
La bronquiolitis suele durar alrededor de 12 días. Los niños con casos graves de esta enfermedad pueden seguir tosiendo y teniendo resuello o respiración sibilante durante varias semanas.
La mayoría de los casos de bronquiolitis son leves y no requieren ningún tratamiento médico específico. Los antibióticos no son útiles porque la bronquiolitis está provocada por un virus. Los antibióticos solo son eficaces en las infecciones bacterianas.
Los médicos pueden recetar medicamentos para ayudar a abrir o despejar las vías respiratorias del niño.
Los bebés y los niños que tengan problemas para respirar, estén deshidratados o parezcan estar agotados deben ser evaluados por un médico. Los que presenten síntomas graves pueden requerir hospitalización, donde podrán ser observados atentamente y recibir líquidos y oxígeno húmedo.
En contadas ocasiones y en casos muy graves, los médicos conectan al bebé a un respirador para ayudarlo a respirar hasta que mejore.
El mejor tratamiento para la mayoría de los niños es tiempo para que se recuperen y beber abundantes líquidos. Asegúrese de que su bebé bebe lo suficiente, ofreciéndole líquidos en pequeñas cantidades y con más frecuencia que de costumbre.
El aire de los interiores, sobre todo durante los meses de invierno, puede resecar las vías respiratorias y hacer que las mucosidades se vuelvan más pegajosas. Puede usar un humidificador de vapor frío en la habitación de su hijo para ablandar y fluidificar las mucosidades de sus vías respiratorias y para aliviarle la tos y la congestión nasal. Asegúrese de limpiarlo a diario con lejía de uso doméstico para evitar la acumulación de bacterias y la formación e moho. Evite los humidificadores de vapor caliente o de agua caliente, que pueden ser peligrosos por las quemaduras que pueden ocasionar.
Para despejar la congestión nasal de su hijo, pruebe a utilizar una perita de goma y gotas nasales de solución salina. Esto puede ser especialmente útil justo antes de alimentar y de acostar a su hijo. A veces, mantener al bebé o al niño en una postura erguida, puede ayudar a reducir su esfuerzo respiratorio.
Puede darle paracetamol para bajarle la fiebre y aliviarle las molestias. Siga las instrucciones del prospecto sobre cuánta cantidad le debe dar y con qué frecuencia.
Lavarse las manos bien y a menudo es la mejor forma de evitar la propagación de los virus que pueden causar bronquiolitis y otras infecciones.
Así mismo:
Aunque todavía no se ha desarrollado una vacuna contra la bronquiolitis, existe un medicamento llamado "palivizumab" para reducir la gravedad de esta enfermedad. Este medicamento solo es recomendable en bebés de alto riesgo de presentar síntomas graves, como los bebés muy prematuros o aquellos que padecen una enfermedad pulmonar o cardíaca crónicas. Contiene anticuerpos contra el virus respiratorio sincitial (VRS). Se administra una vez al mes en forma de inyección durante la temporada de mayor incidencia de las infecciones por el VRS.
Llame al médico si su hijo:
Pida ayuda inmediata si su hijo:
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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