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La enfermedad de células falciformes (también conocida como "enfermedad drepanocítica" o "drepanocitosis") es una afección en la que los glóbulos rojos no tienen la forma que deberían tener. Los glóbulos rojos suelen tener el aspecto de discos redondeados. Pero en la enfermedad de células falciformes, tienen forma de luna creciente o de una antigua herramienta de labranza llamada hoz (de hecho, "falciforme" significa en forma de hoz).
Estas células en forma de hoz se pegan entre sí con facilidad, y obstruyen vasos sanguíneos de tamaño reducido. Cuando la sangre no puede llegar adonde debería llegar, puede generar dolor y lesiones en los órganos.
Las personas con una enfermedad de células falciformes pueden tener dolor cuando la sangre no puede llegar a las partes del cuerpo adonde debería llegar. Estos episodios de conocen como crisis de dolor o crisis dolorosas.
El dolor puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo y puede ser desencadenado por el frío, el estrés, una enfermedad o la deshidratación. Los episodios de dolor pueden ser de corta duración (durando solo unas pocas horas), durar varios días o incluso más. A veces el dolor se puede controlar en casa. Pero las personas con dolor grave se pueden tener que tratar en un hospital.
Las personas con una enfermedad de células falciformes suelen tener una cantidad reducida de glóbulos rojos en la sangre, o anemia. Entre los signos de la anemia, se incluyen los siguientes:
Las personas con anemia falciforme (o drepanocítica) pueden desarrollar ictericia (la piel y el blanco de los ojos adquieren una tonalidad amarillenta). Esto ocurre porque los glóbulos rojos en forma de hoz se descomponen más deprisa que los glóbulos rojos normales.
Las personas con una enfermedad de células falciformes pueden tener problemas que requieren tratamiento médico inmediato, como los siguientes:
La gente con una enfermedad de células falciformes también corre un mayor riesgo de tener problemas como úlceras en las piernas, lesiones óseas o articulares, cálculos biliares, daño renal, lesiones oculares y retraso del crecimiento.
La enfermedad de células falciformes no es contagiosa, o sea que nadie te la puede pegar, como los catarros u otras infecciones.
La gente que padece esta enfermedad ha heredado dos genes de esta afección, uno de cada uno de sus progenitores.
Una persona que hereda un gen de la enfermedad de un solo progenitor no desarrollará la enfermedad pero presentará algo conocido como rasgo drepanocítico (o propio de la enfermedad de células falciformes). La gente con un rasgo drepanocítico no suele presentar signos de la enfermedad, pero puede trasmitir el gen drepanocítico a sus hijos.
El trasplante de células madre (también conocido como trasplante de médula ósea) es la única cura conocida de la enfermedad de células falciformes. Los trasplantes son procedimientos complicados y que implican asumir riesgos y, por ahora, son una opción solo para algunos pacientes.
Los científicos están estudiando la terapia génica como tratamiento de la anemia falciforme. Se espera que un día los médicos puedan detener esta enfermedad sustituyendo los genes anormales que la provocan por genes normales.
Pero, aunque esta enfermedad no se pueda curar, la gente que la padece puede llevar vidas prácticamente normales si sigue su plan de tratamiento. Este plan puede implicar:
Una persona con una enfermedad de células falciformes necesita ayuda médica inmediata si presenta cualquiera de los siguientes problemas:
Para controlar la enfermedad de células falciformes:
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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