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A veces parece que hay más medicamentos que enfermedades, y esto te puede confundir. En EE.UU., algunos medicamentos se pueden comprar sin receta médica, sea en farmacias, droguerías u otros establecimientos comerciales. Otros medicamentos requieren receta médica para poderlos comprar. Algunos medicamentos que solo se pueden adquirir en hospitales.
Los medicamentos son compuestos químicos que se utilizan para curar, detener o prevenir enfermedades; para aliviar síntomas; o para ayudar a diagnosticar algunas enfermedades. Los avances en los medicamentos han hecho posible que lo médicos curen muchas enfermedades y salven muchas vidas.
En la actualidad, se obtienen medicamentos de una amplia variedad de fuentes. Muchos medicamentos se desarrollaron a partir sustancias de la naturaleza, e, incluso hoy en día, se siguen extrayendo de las plantas.
Algunos medicamentos se fabrican en laboratorios, mezclando una serie de sustancias químicas. Otros, como la penicilina, son subproductos fabricados por organismos como los hongos. Y unos pocos de ellos se obtienen a través de la ingeniería biológica, introduciendo genes en bacterias, que se encargan de fabricar la sustancia deseada.
Cuando pensamos en tomar medicamentos, solemos pensar en las pastillas. Pero los medicamentos se pueden administrar de muchas formas diferentes, como las siguientes:
En EE.UU., no se puede comercializar ningún medicamento que no haya sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). La industria farmacéutica hace las pruebas necesarias en todos los medicamentos nuevos y envía sus resultados a la FDA.
La FDA solo permite el uso de medicamentos nuevos que sean eficaces y lo bastante seguros. Cuando las ventajas de utilizar un medicamento superan sus riesgos, la FDA suele aprobar su comercialización. La FDA puede retirar un medicamento del mercado en cualquier momento, si se constata que provoca efectos secundarios nocivos.
Los medicamentos actúan de formas diferentes. Algunos pueden curar enfermedades matando o deteniendo el avance de los gérmenes invasores, como las bacterias y los virus. Otros se utilizan para tratar el cáncer, matado las células mientras se dividen o impidiendo que se sigan multiplicando. Algunos medicamentos se limitan a aportar sustancias que faltan o a corregir unas concentraciones excesivamente bajas de sustancias químicas naturales del cuerpo, como las hormonas o las vitaminas. Y hay medicamentos que hasta pueden afectar a partes del sistema nervioso que controlan procesos del cuerpo.
Casi todo el mundo ha tomado antibióticos alguna vez. Los antibióticos son un tipo de medicamento que lucha contra las infecciones bacterianas. Tu médico te puede recetar antibióticos para afecciones como la faringitis estreptocócica o las infecciones de oído. Los antibióticos funcionan matando las bacterias o bien impidiendo que se multipliquen para que el sistema inmunitario pueda combatir la infección.
A veces, una parte del cuerpo no puede fabricar una cantidad suficiente de una sustancia química. Y eso te puede hacer enfermar. Por ejemplo, una persona con una diabetes dependiente de la insulina tiene un páncreas que no puede fabricar una cantidad suficiente de insulina (una hormona que regula las concentraciones de glucosa en sangre). También hay gente que produce muy poca cantidad de la hormona tiroidea, que ayuda al cuerpo a utilizar la energía. En ambos casos, los médicos pueden recetar medicamentos para compensar esas deficiencias hormonales.
Algunos medicamentos tratan los síntomas, pero no pueden curar la enfermedad que los provoca. (Un síntoma es lo que sientes cuando estás enfermo, como la tos o las náuseas.) Por lo tanto, el hecho de tomar pastillas para la garganta te puede aliviar el dolor de garganta, pero no matará los molestos estreptococos que la han invadido.
Algunos medicamentos alivian el dolor. Si te haces una distensión muscular, es posible que tu médico te diga que tomes ibuprofeno o paracetamol. Estos medicamentos para aliviar el dolor, conocidos como analgésicos, no te eliminarán el origen del dolor y tu músculo seguirá estando distendido. Lo que harán es bloquear las vías nerviosas encargadas de trasmitir las señales de dolor desde la parte del cuerpo lesionada o irritada hasta el cerebro (en otras palabras, afectan a la forma en que el cerebro lee las señales de dolor) para que no te duela tanto mientras tu cuerpo se vaya recuperando.
Cuando la gente envejece, a veces desarrolla afecciones crónicas o de larga duración. Los medicamentos pueden ayudar a controlar algunas de estas afecciones, como la hipertensión arterial (tensión arterial alta) o el colesterol alto. Estos medicamentos no permiten curar la causa subyacente del problema, pero pueden ayudar a prevenir algunos de sus efectos nocivos sobre el cuerpo a lo largo del tiempo.
Entre los medicamentos más importantes, se encuentran las vacunas. Las vacunas impiden que la gente enferme en primer lugar, al inmunizarla, protegiendo a su cuerpo de algunas enfermedades infecciosas. Las vacunas suelen contener una cantidad reducida de un agente similar a un germen o gérmenes específicos que han sido modificados o matados previamente. Cuando se vacuna a una persona, se prepara al sistema inmunitario a "recordar" el germen para que pueda combatir este tipo de infección en el futuro.
La mayoría de las vacunas que permiten prevenir enfermedades como el sarampión, la tos ferina y la varicela, se administran en forma de inyección. A nadie le gusta que le pongan inyecciones. Pero las enfermedades que previenen pueden ser muy graves y causar síntomas que duran mucho más que la molestia puntual de un pinchazo. Para hacer la vida más fácil, ahora te puedes vacunar en las farmacias.
Aunque algunos medicamentos requieren receta médica, hay otros que se pueden comprar sin receta, en droguerías u otros establecimientos comerciales. Puedes comprar medicamentos contra el dolor, contra la fiebre, para la tos y para la alergia sin receta médica. Pero el hecho de que un medicamento se pueda adquirir sin receta médica no implica que no tenga efectos secundarios. Este tipo de medicamentos se deben administrar con las mismas precauciones que los que se venden con receta médica.
Independientemente del tipo de medicamento que te receten, siempre es importante actuar de una forma segura y seguir algunas normas básicas:
A veces, tener que tomar medicamentos puede ser un fastidio. Pero los medicamentos son los tratamientos más eficaces de muchas enfermedades. Si alguna vez tienes dudas o preguntas sobre cómo actúa un medicamento o sobre cómo lo deberías tomar, habla con tu médico o farmacéutico al respecto.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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