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Al niño se le debe administrar un medicamento por vía subcutánea (es decir, mediante una inyección colocada justo debajo de la piel).
Primero, reúna todo lo que va a necesitar y luego explíquele brevemente lo que va a hacer, sin mentirle con relación al dolor, pero recalcando los beneficios del medicamento. Una vez que se lo haya explicado, proceda con rapidez, ya que cuanto más demore, más nervioso se puede poner.
Si le parece que el niño no podrá quedarse quieto, pídale a alguien que le ayude a inmovilizarlo.
A veces pueden ser útiles ciertas técnicas de relajación o distracciones tales como apretarle la mano a alguien, tararear, contar o hacer burbujas. Trate de mantener al niño hablando o cantando. Consuélelo y elógielo después de haberle puesto la inyección, y asegúrele que no se trata de un castigo.
A medida que vaya creciendo, es posible que el niño quiera ponerse las inyecciones solo, o al menos ayudar. Si bien es recomendable que le anime a sentirse independiente, no lo fuerce antes de que esté listo para hacerlo.
Revise la etiqueta antes de administrar la primera dosis para asegurarse de que es el medicamento que se le ha prescrito. Una vez que lo haya utilizado, si alguna vez le parece que el medicamento que le dan en la farmacia es diferente, consulte con el farmacéutico.
3. Revise la fecha en la ampolleta para comprobar que no se haya vencido. Si el medicamento ha cambiado de color o tiene grumos, deséchelo y utilice una ampolleta nueva.
4. Si la ampolleta está fría, caliéntela en la mano o manténgala a temperatura ambiente por una hora. Si es necesario mezclar el medicamento, deslice la ampolleta entre las manos. No la agite.
5. La primera vez que utilice una ampolleta, parta la cubierta plástica pero no retire la tapa de goma.
6. Frote la parte de arriba de la tapa de goma con una toallita empapada en alcohol, y déjela secar. No sople.
7. Jale el émbolo de la jeringa hasta que llegue a la línea correspondiente a la cantidad de medicamento que se debe administrar.
8. Quite la cubierta de la aguja con cuidado. No toque la aguja. Introduzca la aguja en la tapa de goma y apriete el émbolo para que el aire entre en la ampolleta.
9. Agarre la ampolleta y la aguja y voltee la ampolleta hacia abajo con cuidado. Jale la aguja, de manera que quede solo la punta atravesando la tapa de goma. Así podrá pasar el medicamento a la jeringa sin que le entre aire.
10. Jale el émbolo e introduzca el medicamento en la jeringa hasta que tenga la cantidad correcta.
11. Revise si la jeringa tiene burbujas. El aire no le hace ningún daño al niño, pero de haber una burbuja muy grande, se reduciría el tamaño de la dosis. Para eliminar las burbujas, siga las instrucciones indicadas a continuación:
___ Con cuidado, vuelva a introducir el medicamento en la ampolleta y mida la dosis de nuevo.
___ Dele golpecitos a la jeringa con el dedo para que la burbuja suba y apriete el émbolo para que la burbuja se introduzca en la ampolleta. Mida la dosis de nuevo.
12. Retire la aguja de la ampolleta. Si necesita colocar la jeringa sobre alguna superficie, póngale la cubierta primero. No permita que la aguja entre en contacto con nada.
Si se administran inyecciones con frecuencia, es importante alternar los sitios para que el tejido sane y no se formen bultos ni se acumule tejido cicatricial, ya que esto puede afectar la absorción del medicamento. Puede elegir entre los sitios indicados en la imagen.
No es necesario utilizar todos los sitios. Asegúrese de no poner las inyecciones cerca de una articulación (deberán ponerse a una distancia equivalente al menos al ancho de una mano).
Cuando el recipiente esté lleno, séllelo y colóquele una etiqueta con las palabras “Household sharps” (término en inglés que se refiere a objetos punzantes o cortantes, tales como agujas, jeringas, navajas, etc.).
La forma de desechar el recipiente dependerá del área donde viva; algunas comunidades tienen programas para la recolección de este tipo de desechos. Pregunte a la compañía encargada de la recolección de basura en el área donde vive, o en la farmacia o la clínica a las que vaya.
A medida que el niño vaya creciendo, es posible que tenga que cambiar el ángulo con el que se pone la inyección. Consulte al médico o enfermero.
Puesto que la mayoría de los medicamentos tienen efectos secundarios, es importante estar al tanto de los mismos y de lo que se debe hacer si se presentan.
Tanto usted como el niño (si tiene suficiente edad) deberán saber los nombres y las dosis de los medicamentos que se le administren. Comparta esta información con todas las personas que estén encargadas de su cuidado.
Asegúrese de tener siempre suficiente cantidad de medicamento. Cada vez que lo encargue en la farmacia, pregunte cuántas veces más se lo podrán surtir sin autorización del médico (en inglés se dice “refills”). Si necesita otra autorización, llame a la farmacia con 2 o 3 días de anticipación, de modo que tengan suficiente tiempo para hacer los trámites necesarios.
Guarde los medicamentos fuera del alcance de los niños y bajo llave, si es posible. Deseche los medicamentos que se hayan vencido.
Si el niño toma un medicamento equivocado o en una dosis excesiva, llame al centro de toxicología (Poison Control Center) al número gratuito 1 (800) 222-1222. Si pierde el conocimiento o tiene convulsiones, llame al número para emergencias 911.
Este folleto no es específico para su hijo; sólo le ofrece información general. Si tiene alguna pregunta, llame a la clínica o a la farmacia.
This page is not specific to your child, but provides general information on the topic above. If you have any questions, please call your clinic. For more reading material about this and other health topics, please call or visit Children's Minnesota Family Resource Center library, or visit www.childrensmn.org/educationmaterials.
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