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La psoriasis puede ser preocupante para un padre, sobre todo cuando ve a su hijo luchar contra la comezón y las molestias que le provoca.
En la mayoría de los niños, la psoriasis se limita a la aparición de una cantidad reducida de manchas que suelen responder bien al tratamiento. Los casos más graves pueden requerir tratamientos más agresivos. Lo bueno es que existen muchas opciones entre las que elegir. Si un tratamiento no funciona, lo más probable es que otro tratamiento sí lo haga.
La psoriasis es una enfermedad no contagiosa que hace que se acumulen células cutáneas sobre la superficie de la piel, formándose manchas rojas que sobresalen y que pican (o placas), cubiertas de escamas gruesas. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero se suele encontrar con más frecuencia en el cuero cabelludo, las rodillas, los codos y el torso.
La psoriasis es una enfermedad de larga duración (o crónica) que puede mejorar o empeorar, aparentemente al azar. Puede desaparecer completamente para volver a aparecer de forma repentina.
Para muchos niños, la psoriasis no es más que una molestia sin importancia; para otros, sin embargo, puede ser bastante grave. La psoriasis puede hacer que los niños se avergüencen de su aspecto. A veces, esto afecta a sus emociones, y algunos niños pueden desarrollar una baja autoestima e incluso una depresión como consecuencia de la psoriasis.
Por ahora, no existe cura para la psoriasis, pero hay varias disponibles para tratar sus síntomas. Los cambios en el estilo de vida, como mantener una dieta y un peso saludables, también pueden ayudar a aliviar los síntomas.
Los médicos no están seguros de por qué la gente contrae la psoriasis, pero sí saben cómo funciona esta enfermedad. Hay unos glóbulos blancos, conocidos como linfocitos T (o células T), que forman parte del sistema inmunitario. Viajan a través del torrente sanguíneo, luchando contra bacterias, virus y otros microorganismos que provocan enfermedades. Sin embargo, cuando una persona padece psoriasis, sus linfocitos T atacan la piel sana como si trataran de combatir una infección o de curar una herida.
Las células cutáneas, que se forman en las capas profundas de la piel, suelen tardar alrededor de un mes en llegar hasta la superficie, donde mueren y se eliminan mediante descamación. Cuando la psoriasis hace que los linfocitos T ataquen la piel sana, el sistema inmunitario responde enviando una mayor cantidad de sangre al área afectada y fabricando más células cutáneas y más glóbulos blancos. Esto hace que las células cutáneas lleguen a la superficie de la piel al cabo de pocos días en lugar de al cabo de un mes. La piel muerta y los glóbulos blancos no se pueden eliminar con suficiente rapidez, y se acumulan en la superficie de la piel en forma de manchas rojas y que sobresalen. Y, a medida que las células de la piel van muriendo, se van formando escamas plateadas que se acaban desprendiendo.
La psoriasis no es contagiosa. Algunas personas heredan los genes que las hacen más propensas a contraer esta enfermedad. Muchas de las personas que padecen psoriasis tienen un familiar de primer grado que también la padece.
Los factores de riesgo que incrementan las probabilidades de sufrir brotes de psoriasis son los siguientes:
La gente con psoriasis suele presentar uno o más de los siguientes síntomas:
Existen muchos tipos distintos de psoriasis, cada uno con sus propios síntomas. Los tipos de psoriasis más frecuentes son:
El diagnóstico de la psoriasis suele ser bastante sencillo. El médico explorará la piel, el cuero cabelludo y las uñas de su hijo, y le hará algunas preguntas. Es posible que les pregunte si algún miembro de su familia padece psoriasis, y si su hijo ha pasado alguna enfermedad hace poco o ha empezado a tomar un medicamento nuevo.
En casos excepcionales, es posible que el médico tome una pequeña muestra de piel (haga una biopsia) para examinarla más detenidamente. La biopsia le indicará si se trata de una psoriasis o de otra afección con síntomas similares.
Existen muchas formas de tratar la psoriasis: tratamientos diferentes funcionan con personas diferentes. Asegúrese de hablar con el médico de su hijo para saber qué tratamientos son los mejores para él.
Los tratamientos de la psoriasis se clasifican en las siguientes tres categorías:
Es posible que el médico pruebe un tratamiento y luego lo cambie por otro, o que recomiende una combinación de varios tratamientos. No siempre es fácil encontrar un tratamiento que funcione y, a veces, lo que funciona durante cierto tiempo deja de ser eficaz más adelante. Es importante que colabore estrechamente con el médico para estar al día sobre el tratamiento o los tratamientos que recibe su hijo.
Aparte de seguir los consejos del médico, puede ayudar a su hijo eligiendo un estilo de vida saludable:
La mayoría de los casos de psoriasis responden bien al tratamiento, pero es importante mantenerse al día sobre él y aplicarlo al pie de la letra. Si su hijo se debe aplicar una pomada dos veces al día, recuérdele que lo haga; si le recomiendan que se exponga un poco más al sol, acompáñelo en sus paseos cada día. Sus esfuerzos, junto con los de su hijo, le ayudarán a controlar los síntomas de la psoriasis.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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