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En esta etapa, a la mayoría de los bebés les empiezan a introducir los sólidos en la dieta. Los expertos recomiendan introducir los alimentos sólidos de forma gradual cuando el bebé tiene unos seis meses de edad, en función de lo preparado que esté el bebé y de sus necesidades nutritivas.
Asegúrese de hablar con su médico antes de empezar a darle cualquier alimento sólido a su bebé.
¿Cómo puede saber si su bebé está listo para ingerir alimentos sólidos? He aquí algunas pistas:
Si el médico de su hijo le dice que comience a darle alimentos sólidos pero su bebé parece frustrarse o no le interesan estos alimentos que usted le intenta introducir, espere unos cuantos días o, incluso, varias semanas antes de volverlo a probar. Puesto que en esta etapa los sólidos solo son un suplemento, la leche materna y/o la leche artificial seguirán siendo las que colmen las necesidades nutritivas básicas de su pequeño.
Cuando su bebé esté listo y su médico le haya dado el visto bueno para introducirle los sólidos, escoja un momento del día en que su hijo no esté cansado ni inquieto. Le interesa que su bebé tenga un poco de hambre, pero no que esté desfallecido o muerto de hambre; tal vez prefiera que su bebé mame durante un rato o que se tome una parte de su biberón habitual.
Haga que su hijo se siente en su regazo mientras usted lo sostiene o que se siente erguido en su silla. Los niños que se sientan bien, lo que suele ocurrir en torno a los 6 meses de edad, se pueden sentar en sillas provistas de correas de seguridad.
El primer alimento sólido de la mayoría de los bebés es un poco de papilla de un solo cereal enriquecida con hierro y elaborada con leche materna o artificial. Coloque la cucharita cerca de los labios de su bebé y deje que el bebé huela y pruebe la papilla. No le extrañe si rechaza la primera cucharadita. Espere un minuto y pruébelo otra vez. La mayor parte de la comida que ofrezca a su bebé en esta etapa acabará en la mejilla, la barbilla, el babero o la bandeja de la silla. De nuevo, solo se trata de una introducción.
No añada cereales al biberón del bebé a menos que el médico de su hijo se lo indique, ya que esta forma de proceder puede hacer que los bebés desarrollen sobrepeso y no les ayuda a prender a comer alimentos sólidos.
Cuando su pequeño se acostumbre a tomar papilla de cereales con cucharita, puede ser el momento de introducir la papilla o el puré de verdura, fruta o carne que conste de un solo ingrediente. El orden en que se introducen los alimentos no importa, pero a la hora de introducir nuevos alimentos, se debe proceder con lentitud. Introduzca un alimento cada vez y espere varios días antes de probar con un alimento nuevo. Esto permite identificar aquellos alimentos a los que su bebé puede ser alérgico.
Su bebé puede tardar cierto tiempo en "aprender" a comer sólidos. Durante estos meses, usted seguirá dando a su bebé las tomas habituales de leche materna o artificial; por lo tanto, no se preocupe si su bebé rechaza ciertos alimentos al principio o no parece interesado en ellos. Todo es cuestión de tiempo.
Es más probable que un niño desarrolle alergias alimentarias si uno o más de sus parientes cercanos tiene alergias o afecciones relacionadas con la alergia, como las alergias alimentarias, el eccema o el asma. Hable con el médico de su hijo sobre cualquier antecedente familiar de alergias alimentarias.
Entre los posibles signos de alergia alimentaria o de reacciones alérgicas, se incluyen los siguientes:
En las reacciones alérgicas graves, como la urticaria o las dificultades para respirar, pida ayuda médica de inmediato. Si su hijo tiene cualquier tipo de reacción a un alimento en concreto, no se lo vuelva a ofrecer otra vez hasta que haya hablado con su médico.
Así mismo, no le de miel a su bebé hasta después de que cumpla 1 año. La miel puede contener ciertas esporas que, aunque son inocuas para los adultos, puede causar el botulismo en los bebés. Y no le dé leche de vaca hasta que el bebé supere los 12 meses de edad porque carece de las propiedades nutritivas que necesitan los bebés.
Con el timo frenético y vertiginoso de la vida familiar de hoy en día, la mayoría de los padres optan, al principio, por alimentos infantiles de fabricación industrial. Viene en recipientes pequeños y fáciles de usar, y los fabricantes deben cumplir unos criterios de seguridad y de nutrición estrictos. Evite las marcas que utilicen rellenos y/o azúcares añadidos.
Si piensa preparar sus propias papillas en casa, utilizando una batidora u otro tipo de procesador de alimentos, he aquí algunos aspectos que deberá tener en cuenta:
Independientemente de que compre las papillas del bebé o que se las prepare en casa, recuerde que la textura y la consistencia son importantes. Al principio, los bebés deben tomar purés finamente tamizados y de un solo ingrediente. (Solo compota de manzana, por ejemplo, en vez de pera y manzana mezcladas.)
Después de probar los alimentos por separado, está bien que ofrezca a su hijo puré de dos alimentos que ha haya probado con éxito. Cuando su hijo tenga unos 9 meses de edad, podrá tolerar sin problemas texturas más gruesas, porque ya se estará preparando para una dieta que contenga más comida para adultos.
Si utiliza papillas de preparación industrial que se venden en frascos, coloque el alimento en un bol antes de dárselo al bebé. No alimente al bebé directamente desde el frasco, porque las bacterias procedentes de su boca podrían contaminar la comida que quedara en el frasco. Si guarda en la nevera frascos abiertos de papillas infantiles, es mejor que se deshaga de cualquier resto no comido al cabo de uno o dos días.
El jugo se puede introducir a partir de los 6 meses, también una buena edad para introducir la taza. Compre una taza provista de un asa grande y de tapa (una "tacita de entrenamiento"), y enseñe a su bebé a agarrarla y a beber con ella. Tal vez necesite probar con varias tazas distintas hasta encontrar la que le vaya bien a su bebé. Pruebe con agua al principio para evitar estropicios.
Sírvale solo jugo de frutas al 100%, no bebidas elaboradas con jugo ni mezclas hechas a base de polvo. No le dé jugo utilizando un biberón y recuerde limitar la cantidad de jugo que beba su hijo a menos que 4 onzas en total (120 ml) al día. Un exceso de jugo añade calorías sin aportar el valor nutritivo de la leche materna o de la leche artificial. Beber un exceso de jugo puede contribuir a una ganancia excesiva de peso y puede causar diarrea.
Su meta durante los próximos meses consistirá en introducir una amplia variedad de alimentos, como los cereales enriquecidos con hierro, la fruta, la verdura y la carne en forma de papilla o puré. Si a su hijo parece no gustarle una comida en concreto, vuélvasela a introducir más delante. Puede costar unas cuantas pruebas hasta que su hijo acepte algunos alimentos.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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