La septicemia es una urgencia médica que requiere tratamiento inmediato. Cuando el cuerpo contrae una infección, su sistema inmunitario la combate. Una septicemia ocurre cuando el sistema inmunitario se descontrola y daña a sus propios órganos y tejidos. Puede hacer que la presión arterial caiga muy por debajo de lo normal, lo que se denomina "shock séptico". Esto puede suceder cuando el cuerpo está combatiendo algún tipo de infección.
La septicemia puede dañar los riñones, los pulmones, el cerebro, el corazón y el sistema de coagulación de la sangre que detiene el sangrado. Hasta puede llegar a causar la muerte. Conociendo los signos de la septicemia, los padres pueden hacer que sus hijos reciban atención médica lo antes posible, lo que puede hacer más eficaz el tratamiento.
La septicemia puede ser muy difícil de identificar. Muchos de sus signos son frecuentes en muchas enfermedades ordinarias de la infancia. Pero confíe en sus instintos. Si su hijo parece más enfermo de lo habitual o hay algo que sencillamente no le parece normal, llame al médico o haga que su hijo reciba atención médica urgente de inmediato.
Presentar tan solo uno de los siguientes signos no significa que su hijo tenga una septicemia. Pero, cuando unos pocos de estos signos ocurren conjuntamente, es una pista de una posible septicemia:
La septicemia empieza con una infección causada por un germen. Las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos son tipos de gérmenes que pueden causar una septicemia.
Cuando el cuerpo contrae una infección, fabrica una serie de sustancias químicas para poderla combatir. Por lo general, esas sustancias químicas permanecen en el lugar donde ocurre la infección. Pero, en una septicemia, esas sustancias químicas entran en el torrente sanguíneo y se extienden por todo el cuerpo, lesionando órganos del paciente.
La septicemia puede afectar a personas de todas las edades. Pero algunas personas tienen un mayor riesgo de sufrirla, como por ejemplo:
No hay ninguna prueba específica que pueda indicar con seguridad que una persona tenga esta afección. Los equipos médicos reúnen e identifican ciertos elementos clave del historial médico del paciente, sus síntomas y los datos de su exploración física, y le hacen pruebas para poder hacer un diagnóstico de septicemia.
Entre las pruebas que le pueden hacer, se incluyen las siguientes:
Estas pruebas pueden permitir detectar la infección que podría estar causando la septicemia y evaluar las lesiones en los órganos.
La septicemia se trata en un hospital, donde los médicos pueden observar atentamente al paciente. Algunos niños deben ser tratados en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) para recibir tratamiento y una atenta supervisión.
Los monitores, como un monitor cardiorrespiratorio y un oxímetro de pulso, se usan para supervisar el funcionamiento del corazón y la respiración. Los médicos también estarán pendientes de la tensión arterial del niño. A veces, un monitor especial, llamado línea arterial, mide la tensión arterial constantemente desde el interior de las arterias.
El paciente recibirá antibióticos para combatir la infección a través de una vía intravenosa (IV), que es un pequeño tubo que se introduce en una vena. Los médicos suelen iniciar el tratamiento con antibióticos de inmediato, incluso antes de haber corroborado el diagnóstico de septicemia.
En caso necesario, los niños también reciben líquidos por VI y/o unos medicamentos para controlar la tensión arterial, llamados vasopresores, a fin de que su corazón siga funcionando bien. Algunos niños con septicemia pueden necesitar sangre adicional o algunas partes de la sangre a través de una VI. Esto recibe el nombre de transfusión de sangre, y puede ayudar a la sangre a formar coágulos o a trasportar el oxígeno mejor.
A veces, el niño necesita una VI especial llamada vía central. Esta VI de mayor tamaño entra en una vena grande que puede trasportar los medicamentos y los líquidos necesarios más deprisa.
Los niños con septicemia es posible que necesiten ayuda respiratoria. En estos casos, es posible que los médicos les administren oxígeno o que les pongan un tubo respiratorio y usen un ventilador (una máquina que ayuda a respirar). Si el corazón y los pulmones están demasiado afectados para llevar suficiente oxígeno al cuerpo, el equipo médico puede utilizar un tratamiento llamado OMEC. En este tratamiento se utiliza una máquina que se hace cargo del corazón y los pulmones para que el cuerpo pueda recuperarse.
Los niños con septicemia pueden tener daño renal (del riñón) y dejar de fabricar orina (pis). Los médicos usan la diálisis para limpiar la sangre cuando los riñones del niño no pueden desempeñar su función.
No siempre es posible prevenir la septicemia. Pero el hecho de prevenir las infecciones puede reducir las probabilidades de desarrollar esta afección.
Para ayudar a proteger a su hijo de una infección:
Si su hijo ha contraído una enfermedad y no está mejorando, llame a su médico o haga que reciba atención médica. Si a su hijo le recetan antibióticos, dele todas las dosis exactamente como se lo haya indicado su médico.
Lo más importante: llame al médico de su hijo o reciba ayuda médica inmediata si:
Pregúntele al médico: "¿podría tratarse de una septicemia?"
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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