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Fumar tabaco es la principal causa de muerte evitable en Estados Unidos. El tabaco también puede causar muchas enfermedades.
Pero mucha gente joven adquiere el hábito de fumar cada año. De hecho, el 90 % de los fumadores adultos empezaron a fumar cuando eran niños. Por eso, es importante que los padres aprendan cuanto puedan y que hablen abierta y frecuentemente con sus hijos para ayudarlos a mantenerse alejados del tabaco.
El humo del tabaco contiene muchas sustancias químicas nocivas (como el plomo, el arsénico y el monóxido de carbono) que pueden dañar todos los sistemas corporales cuando se inspiran. Y esto afecta no solo a las personas que fuman sino también a las personas que están junto a ellas, los fumadores pasivos.
Hay una sustancia química, la nicotina, que daña el cuerpo de una manera diferente. Hace que una persona se vuelva adicta pocos días después de consumir tabaco. De hecho, la nicotina presente en el tabaco puede ser tan adictiva como la cocaína o la heroína. Una vez una persona empieza a fumar, le cuesta dejar de hacerlo.
Entre los problemas de salud asociados a la conducta de fumar, se incluyen los siguientes:
Hay otras cosas en que pensar cuando la gente empieza a fumar en la niñez. En primer lugar, la nicotina puede dañar el cerebro en proceso de desarrollo. A un niño que fuma le puede costar más aprender cosas nuevas o prestar atención. También tiene más probabilidades de volverse adicto muy deprisa (incluso más que los adultos). La nicotina también va unida a la depresión y a la ansiedad. Y muchos estudios muestran que los fumadores jóvenes tienen más probabilidades de beber alcohol o de probar la marihuana, la cocaína, la heroína y otras drogas.
Los cigarrillos electrónicos y las pipas de agua no son mejores. Pueden estar llenas de nicotina o de otras sustancias nocivas. Las autoridades sanitarias informan sobre graves daños pulmonares en las personas que vapean, incluyendo algunas muertes. Hasta el uso del tabaco no asociado a la conducta de fumar (por ejemplo, el tabaco de mascar, el que se succiona y el que se inhala por la nariz) no es sano y puede llevar a muchos problemas, incluyendo las enfermedades cardíacas y el cáncer.
Los niños pueden sentirse atraídos por fumar por muchos motivos: parecer mayores, perder peso o sentir que son tipos duros e independientes.
Pero los padres pueden combatir estas tentaciones y evitar que los niños fumen y se vuelvan adictos al tabaco. Tenga presentes estos consejos:
Siga hablando con su hijo sobre los peligros del tabaco a lo largo del tiempo. Hasta los niños más pequeños pueden comprender que este hábito es malo para el cuerpo.
A pesar de que los niños conozcan bien los riesgos para la salud de la conducta de fumar, algunos acaban probando el tabaco. Si esto ocurre, trate de no enfadarse con su hijo. En vez de ello, céntrese en comunicarse con su hijo.
Evite darle sermones e intente no regañarlo. A fin de cuentas, dejar de fumar es una decisión personal. Cuando su hijo esté preparado para ello:
Los niños detectan rápidamente las contradicciones que hay entre lo que sus padres dicen y lo que hacen. Y la mayoría de los niños dicen que el adulto a quien más se quieren parecer cuando sean mayores es su padre o su madre.
Si usted es fumador:
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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