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Una neumonía por pneumocystis es una infección pulmonar causada por un hongo. Es muy poco frecuente en las personas sanas, y suele afectar a quienes tienen el sistema inmunitario debilitado. Es la infección que se diagnostica más a menudo en personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o con SIDA. Ahora esta infección se detecta mucho menos porque la gente infectada por el VIH recibe un medicamento especial para impedir que esta infección se trasforme en SIDA.
Entre los síntomas de la neumonía por pneumocystis, se incluyen los siguientes:
A veces los síntomas empiezan de repente y son graves. Otras veces, pueden empezar siendo leves y desarrollarse despacio, a lo largo de varios días o semanas.
Un hongo llamado Pneumocystis jirovecii es el que causa la neumonía por pneumocystis. Puede vivir en los pulmones de la gente sana sin causar ningún tipo de problema. Pero puede ser una infección de riesgo vital si la contrae una persona con un sistema inmunitario debilitado.
Entre las personas que corren el riesgo de enfermar de neumonía por pneumocystis, se incluyen quienes:
La neumonía por pneumocystis es contagiosa. El hongo que la provoca se puede contagiar de una persona a otra a través del aire. Las personas pueden contagiar esta enfermedad incluso cuando están sanas y no presentan ningún síntoma.
Un médico puede sospechar una neumonía por pneumocystis en pacientes con fiebre, tos y dificultades para respirar que tengan el sistema inmunitario debilitado. El médico puede pedir una radiografía del tórax (o pecho) o un análisis de sangre para poder hacer un diagnóstico. Para confirmarlo, el médico tendrá que detectar el hongo en muestras de líquido o de tejido procedentes de los pulmones del paciente.
Tratar esta enfermedad lo antes posible es clave porque la neumonía por pneumocystis puede ser de riesgo vital. Los médicos tratan esta infección con antibióticos, sea por boca o por vía intravenosa, durante unas 3 semanas. Para los síntomas graves, el médico es posible que también recete esteroides. Estos medicamentos reducen la inflamación pulmonar, y no son los mismos esteroides que pueden tomar algunos atletas.
La mayoría de los niños se tienen que tratar en un hospital. Pueden necesitar líquidos por vía intravenosa y oxígeno, si tienen problemas para respirar. Los niños con síntomas graves pueden necesitar ayuda respiratoria a través de un respirador hasta que mejoren.
No hay ninguna vacuna que permita prevenir la neumonía por pneumocystis. Pero las personas con VIH/SIDA u otras afecciones que debilitan el sistema inmunitario pueden tomar antibióticos para prevenir las infecciones por pneumocystis.
La mayoría de los bebés que nacen de madres infectadas por el VIH reciben tratamiento antibiótico para prevenir la neumonía por pneumocystis hasta que los médicos sepan si el bebé también tiene una infección por el VIH. Esto empieza cuando el bebé tiene alrededor de 1 mes de edad. Aquellos bebés que no se hayan infectado con el VIH pueden dejar de tomar antibióticos. Pero aquellos bebés que sí que se hayan infectado con el VIH seguirán tomando antibióticos hasta que el médico decida que no los necesitan. Eso suele ocurrir cuando el medicamento que se usa para tratar el VIH o el SIDA está funcionando bien, y el sistema inmunitario del bebé es lo bastante fuerte como para combatir el hongo.
Algunos antibióticos que se usan para tratar la neumonía por pneumocystis pueden tener efectos secundarios, como erupciones, diarrea o fiebre. El equipo médico estará pendiente de ellos y los controlará en el hospital. Si fuera necesario, se cambiaría a otra medicación.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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