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La pancreatitis es una inflamación (irritación e hinchazón) del páncreas. Con tratamiento, la mayoría de los niños con pancreatitis se recuperan completamente en un plazo de una semana aproximadamente.
La pancreatitis puede ser aguda (durar solo unos días) o crónica (durar mucho tiempo u ocurrir repetidamente). En los niños, la pancreatitis suele ser aguda y no reaparecer.
Los niños con pancreatitis suelen presentar un dolor intenso y repentino en la parte alta del vientre. También pueden tener dolor en la espalda, el pecho o los costados.
Otros signos de la pancreatitis son los siguientes:
Los niños con pancreatitis crónica también pueden tener:
Algunos niños que tienen episodios repetidos de pancreatitis aguda pueden acabar desarrollando una pancreatitis crónica.
El páncreas es una glándula de gran tamaño situada detrás del estómago. Fabrica enzimas digestivas que se liberan al intestino delgado para ayudar a descomponer los alimentos. El páncreas también fabrica insulina y glucagón, dos hormonas que ayudan a controlar la concentración de azúcar en sangre.
Entre las causas más frecuentes de la pancreatitis en los niños, se incluyen las siguientes:
Algunas afecciones médicas o enfermedades, como la fibrosis quística o la enfermedad celiaca, pueden aumentar el riesgo de padecer pancreatitis en los niños. A veces, se desconoce la causa de la pancreatitis.
Para diagnosticar una pancreatitis, los médicos piden análisis de sangre, donde incluyen determinaciones de las enzimas pancreáticas amilasa y lipasa. Si las concentraciones de estas enzimas son altas, una ecografía abdominal puede ayudar al médico a revisar el estado del hígado y del páncreas y a detectar posibles cálculos biliares.
Otras pruebas, como una TAC (tomografía axial computada) o una RM (resonancia magnética) permiten detectar inflamaciones o daños en el páncreas.
La mayoría de los niños con pancreatitis son tratados en un hospital con líquidos, nutrición y analgésicos administrados por vía intravenosa (VI). Son observados atentamente por parte de su equipo médico para asegurarse de que mejoran y de que no surgen otros problemas.
Algunos niños con una pancreatitis muy leve, que pueden comer y beber sin problemas y no tienen mucho dolor, se pueden tratar en casa.
Algunos niños con pancreatitis necesitan someterse a un procedimiento llamado colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE). La CPRE permite a los médicos ver los conductos del páncreas y del hígado. Durante la CPRE, los médicos pueden extraer cálculos biliares en el caso de que los detecten o encontrar y tratar otras causas de pancreatitis.
La mayoría de los niños con pancreatitis aguda se recuperan sin problemas. Puede haber líquido dentro y alrededor del páncreas, pero este es un signo que suele mejorar por sí solo. A veces, sin embargo, los médicos necesitan drenar este líquido.
Los niños con pancreatitis crónica tienen problemas para digerir los alimentos y suelen necesitar tomar suplementos de enzimas pancreáticas. La pancreatitis crónica puede derivar en una diabetes, pero esto suele tardar muchos años en ocurrir.
Ayude a su hijo a recuperarse siguiendo los consejos del equipo médico que lo lleva sobre qué debe comer y beber, si debe tomar algún medicamento y cuándo debe acudir a las visitas de seguimiento.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
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